En tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner era célebre en Paraguay la fórmula que aplicaba el gobierno de acuerdo a la cara del cliente: para los amigos todo, para los neutrales la ley y para los adversarios prisión y tortura. Durante la actual administración del cura Fernando Lugo, salpicada de publicistas y antiguos colaboradores de la dictadura, la fórmula del gobierno no ha variado mucho, a pesar de haber incorporado algunas caras nuevas de la “sociedad civil”, es decir, referentes de las ONG derechistas financiadas por la embajada norteamericana de Asunción.
Para los adversarios de la izquierda, aunque sean ex discípulos, la fórmula aplicada por el gobierno luguista ha sido la tortura y ejecución extrajudicial, con la cual también quemaban archivos. Para los neutrales la ley, y para los amigos los peajes, la publicidad oficial, la quiniela, los zoquetes, etc.
A pesar de presentarse como un gobierno izquierdista, los trabajadores no tienen derecho a opinar dado que no han invertido un centavo en este negocio, exclusivo de un puñado de empresarios enriquecidos con la dictadura y las ONG vinculadas a USAID.
No al aumento
Como no era de esperarse otra cosa de un gobierno indiferente a los graves problemas del país y que solo se mantiene atento a los requerimientos del poder mediático, para los trabajadores y excluidos no hay concesiones.
Hace pocos días, la Comisión Nacional del Salario Mínimo (Conasam) ha decidido rechazar la subida propuesta por los trabajadores del 15%. En respuesta, las centrales de trabajadores anunciaron que podrían convocar a un paro general para obligar al “socialista” cura Fernando Lugo a cumplir con ellos, y elevar el salario de hambre mínimo.
Varios manifestantes se han expresado ya frente a la sede del Ministerio de Hacienda, copado por personeros del FMI y claudicantes ante las directivas políticas de los centros de poder internacional. El gobierno anunció que se sentaría a una mesa de diálogo, pero estas expresiones son poco confiables, como todo lo emanado de una administración encabezada por un personaje acostumbrado a escudarse en un púlpito para abusar de menores indigentes.
Endeudamiento se agudiza
El cura presidente Fernando Lugo, en medio de invasiones de especuladores a tierras de nadie, brotes de fiebre aftosa por negligencia de entes estatales y desastres naturales, se enfrenta ahora a serios problemas financieros.
En ese contexto, su gobierno se encuentra buscando dinero desesperadamente para intentar reactivar la maltrecha economía de su país, con una grave desaceleración que Lugo solo se considera capaz de enfrentar con fórmulas cipayas: flexibilización para competir con explotares transnacionales y recurriendo a la usura internacional.
En ese contexto, el ministro de Hacienda, Dionisio Borda, gestor de préstamos y donaciones de larga trayectoria, ha anunciado que han intentarán conseguir 402 millones de dólares (305 millones de euros) para este propósito.
En tanto el futuro del país se sigue hipotecando para atraer préstamos que el pueblo no verá, y mucho menos los trabajadores, las cifras indican que bajo el reinado del sumo sacerdote de la falacia que hoy lo desgobierna, la pobreza no ha hecho otra cosa que aumentar de manera sostenida, al igual que el lucro antisocial de un puñado de dueños del Paraguay.
La corrupción sigue aumentando de manera proporcional, obviamente, a los niveles de humillación a los cuales la oligarquía sigue sometiendo a los paraguayos. Ya lo advirtió el geógrafo, naturalista y pensador político ruso Piotr Kropotkin, en una sociedad basada en la explotación y la servidumbre, la naturaleza humana se degrada.
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