Relatos
Confesión (II)
Camino de casa la gata cortó dos rosas, una para el pelo y la otra para el pecho...
Confesión (I)
Luz lunar, estación, luz veraniega, sombras cantadas más no, luz corazón, mirada candente que mira y no se detiene.
Inmerecido castigo II
Vivir amando, luchando y recordando los colores de las flores que intenté no pisar, escribiendo versos que no acaban y viendo tus ojos tan negros, morenazo, talentoso...
Capricho solar...
Capricho solar… sentarme yo aquí y querer dormir… capricho solar recibir el sol y desear la luna. Capricho solar de soles amarillos que viene con soles secos a mi cuerpo inundar de armonía, de luz.
La belleza se va
Soy una señorita algo gordita, pero estuve delgada y fui guapa, pero no importó ni contó para que pudiese llevar una vida normal.
Reflexiones de doña Amapola, flor silvestre
Holocausto en la distancia… tu presencia ante mí, comparecencias ¿tristes?, amor ¿qué será?, que todo te doy y vuelvo a dar… que eres lo mejor, mi corazón rojo y vivo, sin razón ni medida, mi precaución ante ti, sin condición alguna, sin razón ni medida, sin lamentación, mío tú, tuya yo, gran ser, tuya yo, con lo que soy.
Amor, a pesar de la distancia
Luz lunar, estación, luz veraniega, sombras cantadas más no, luz corazón, mirada candente que mira y no se detiene. Candela pura, fortuna universal que se quemó, restarán sus huesos, su lamento, no verán la luz del sol, pero la lunar...
Mi personaje voló
Intuiciones, buen rumbo al sol, flores de colores, que no querré en su momento, ni misas ni recordatorios, mi paso por Les Trinchiparriénx, y todo para rogar: “que descanse en paz los muertos aunque no hayan recibido todos sus sacramentos”.
Amor, a pesar de la distancia
Luz lunar, estación, luz veraniega, sombras cantadas más no, luz corazón, mirada candente que mira y no se detiene. Candela pura, fortuna universal que se quemó, restarán sus huesos, su lamento, no verán la luz del sol, pero la lunar...
Ser libres, es crecer por dentro
Siendo una niña pequeña, ser libres era “ser una paloma blanca que volaba muy alto o una chica montada sobre un hermoso caballo marroncito, llamado Palomo, y que trepaba sobre la arena de una hermosa playa con su inmenso y eterno mar de color azul turquesa y muchas aves volando por el cielo”.
Buscando un sentido a la vida
No era de familia adinerada, por eso no creció ni se convirtió en una tonta de tantas, pero llevó golpes, más que si tuviera la cartera bien llena.
El libro de los viajes equivocados
Tuve la suerte de entrevistar a Clara Obligado en marzo de 2015. ¡Ya pasaron doce meses, horror! Fue uno de los mejores momentos literarios del año pasado.