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No soy experto en salud mental. Por lo tanto no me corresponde inmiscuirme en el terreno de los profesionales de la salud. Si no me equivoco, sicólogos y psiquiatras tratan el suicidio desde la fisiología, es decir, de acuerdo a las leyes que actúan en los órganos y tejidos del cuerpo humano.
Con el comienzo del curso surgen nuevas dudas sobre cómo ha afectado la pandemia en las relaciones personales y el comportamiento de los más pequeños. Según un estudio, siete de cada diez españoles con edades comprendidas entre los seis y los 18 años presentaban puntuaciones medias-altas de ansiedad por el confinamiento.
El fin de las vacaciones suele ser un momento difícil para todos. Si, además, durante estos meses te has entregado a los excesos y has abandonado un poco tus hábitos de salud, es posible que retomarlos cueste más de la cuenta y que esta circunstancia se sume a las complicaciones asociadas al retorno a las obligaciones.
Este segundo verano pandémico está poniendo difícil que la población logre alcanzar esa desconexión emocional necesaria al tener que seguir lidiando con las dificultades de seguridad y distancia social, en una situación de pseudolibertad de las restricciones. Según los expertos, la población está más enfadada, hastiada y cansada que hace un año.
Aunque las reservas de viajes para este verano han aumentado, el temor al Covid-19 sigue presente en la población y puede acarrear problemas de salud mental. Incluso han aflorado términos hasta ahora desconocidos para la mayoría como la hafefobia, miedo a tocar o ser tocado por otros. Se debe viajar siguiendo las recomendaciones y pautas sanitarias para no poner en peligro nuestra salud ni la de nuestro alrededor.
Estos meses, lejos de ser un periodo de relajación y descanso, para muchos jóvenes son especialmente propicios para la aparición de trastornos asociados con la alimentación, el abuso de pantallas, el consumo de sustancias como alcohol, tabaco y cannabis, o cuadros de ansiedad por expectativas incumplidas. La cuarentena y la nueva normalidad también les ha afectaddo, generando una sensación de “pérdida de su adolescencia”.
La falta de contacto social, en el colegio y con amigos, está acrecentando los casos de trastornos en menores, como las autolesiones o trastornos alimentarios, que causan ansiedad, depresión, autismo, problemas en la conducta, etc. Por ello, es necesario un abordaje que prevenga y trate de manera urgente esta situación especialmente preocupante en los más pequeños.
La pandemia ha mostrado claramente la importancia de la salud mental dentro del sistema sanitario, que comienza a ocupar un lugar central en el debate público, aunque todavía con una grave falta de recursos. Tal como recuerda el doctor Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría: “España invierte un 5,5% del presupuesto total de sanidad en salud mental, mientras que la media europea es de más del 7%”.
En este universo que es la microbiota existen organismos beneficiosos y otros perjudiciales. El equilibrio entre unos y otros es fundamental. Sin embargo, diferentes factores pueden afectarlo y ocasionar lo que se conoce como disbiosis, impactando directamente en la salud del individuo.
La salud mental es un componente esencial para lograr una vida de calidad. Por ello, cada vez se le da la importancia que se merece y, poco a poco, ir al psicólogo está dejando de ser un tabú.
Apenas un año después de que la pandemia de la Covid-19 cambiara la vida tal y como la conocíamos, la crisis sanitaria ha desatado una enorme crisis económica y social que está impactando en la salud mental de las personas de forma dramática.
Tras más de un año desde el inicio de la pandemia y del confinamiento total que se vivió en muchos países, aún hoy seguimos viviendo con muchas limitaciones que nos recuerdan que el Covid sigue formando parte de nuestra normalidad. Si bien los planes de vacunación avanzan, la incertidumbre en torno a estos también lo hace ante las incesantes incidencias alrededor de algunas vacunan que ponen en peligro el avance hacia la consecución de la tan deseada inmunidad de rebaño, que significaría la vuelta a algo parecido a lo que era la vida antes de la pandemia.
Con motivo de este primer año desde el inicio de las restricciones por el COVID-19, la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA lanza, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y Fundación ONCE, la campaña ‘Salud mental y COVID-19. Un año de pandemia’. Con ella pretende, por un lado, visibilizar cómo ha afectado la pandemia a la salud mental de las españolas y los españoles, y por otro, reivindicar y proponer medidas que ayuden a la mejora de la salud mental y, con ello, a la reconstrucción social y económica.
Olvidamos que, es la autenticidad de lo que entregamos a los demás, lo que verdaderamente nos sana o nos aniquila. Cierto, amar hasta volver amigo al enemigo, no deja de ser el punto más alto de ese poema gozoso, pletórico en salud, que es lo que en realidad nos trasciende y enciende las pupilas del alma, para concluir en un armónico oleaje de dichas que nos abracen y cautiven.
De todo se aprende. Incluso de las malas situaciones, consiguiendo valorar los pequeños detalles: “El ser humano es superviviente y resiliente por naturaleza, pero si hay algo que ayuda a las personas a lo largo de su vida y en momentos vitales difíciles, es dar sentido y sacar aprendizajes de lo vivido”.
El estrés es una respuesta natural del organismo, que reacciona ante una situación que requiere un esfuerzo importante o que percibimos como una amenaza. Su aparición genera una sensación de intranquilidad, dificultad de concentración y en el descanso, así como momentos de irritabilidad y nerviosismo, que pueden afectar a nuestro bienestar emocional. Se considera que hasta un 90% de personas han sufrido estrés en el último año y un 40% de las personas lo sufre de manera continuada.
La juventud española cuida su salud física, pero la mitad tiene una mala percepción de su propia salud mental. Así se concluye de los resultados del II Barómetro Juvenil de Salud y Bienestar, realizado por Fad, a través del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, y la Fundación Mutua Madrileña, y que continúa el trabajo realizado por el primer Barómetro publicado por ambas entidades en 2017
El 23 de agosto se cumplen 45 años del secuestro de Estocolmo que dio nombre a un fenómeno psicológico paradójico por el que se desarrolla una vinculación afectiva entre un rehén y sus captores.
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