Su mágico y realista poder literario ha quedado en la historia de la literatura mundial. Acontecimiento destacado de la editorial Acantilado publicando sus Relatos completos, considerados unánimemente “ejemplos culminantes de la prosa alemana”.
Heinrich von Kleist (1777-1811) nos dejó para gloria de la literatura su calidad admirable. El siempre exigente Thomas Mann señalo que “El lenguaje narrativo de von Kleist es único”. El otro maestro de la narrativa alemana Stefan Zweig, selló que “Nunca la literatura alemana ha logrado un estilo tan objetivo, una tranquilidad tan aparente, un realismo tan magistral” Fran Kafka lo consideró su maestro. No son en absoluto elogios gratuitos la de estos tres magos de la literatura en la lengua de Goethe. Y el buen lector puede saborearla en esta cuidada edición de Acantilado.
El 21 de noviembre de 2011 se cumplieron doscientos años de la muerte por suicidio del autor alemán Heinrich von Kleist (1777-1811). Contaba 34 años de edad, su desencanto de la vida era total. El voluntario adiós de adioses lo llevó a cabo junto al de su querida amiga Henriette Vogel. Ella padecía un cáncer incurable y se sentía dispuesta llegar al adiós definitivo un día de noviembre junto al lago de Wannsee en Berlín. Kleist le quitó la vida a su íntima amiga de un disparo en el pecho, luego se disparó el mismo en la garganta. Antes de los adioses se tomaron un refresco. Hoy este tipo de decisión, por los gacetilleros que escriben sucesos sin aclarar los hechos, lo hubieran tachado de “un asesinato más de machismo”. Kleist no era un asesino ni un maltratador. Kleist no fue un criminal más de la página diaria de sucesos.
Escribo de un creador inimitable, dejó escuela de altura como escritor inadaptado ante una sociedad tan corrosiva y amancebada con la mentira y la mediocridad semejante a la actual. Su mágico y realista poder creativo, ha quedado en la historia de la literatura mundial como un ser creador atormentado y genial. El acontecimiento destacado es que la editorial Acantilado aprovechó esta fecha para publicar una nueva traducción de sus Relatos completos. Veinticuatro relatos considerados unánimemente “ejemplos culminantes de la prosa alemana. Con quince años, Nietzsche pidió que le regalaran por Navidad las obras completas del suicida.
La esmerada edición de Acantilado de sus Relatos completos, trescientas treinta y ocho páginas, traducidos por Roberto Bravo de la Varga, ofrece a los amantes de la buena literatura, sin efectos especiales, una joya en lengua de Cervantes. Sorprendente edición que se suma a su ya reconocida y reputada obra de tan reconocido dramaturgo. Ahora, la lectura de su primer relato, titulado Michael Kohlhaas me ha cautivado. La considero una novela corta por su extensión de 131 apretadas páginas. En ella se cuenta la epopeya histórica del inquietante drama social y político, humano, demasiado humano en su contenido. “En las orillas del Havel, a mediados del siglo XVI, un tratante de caballos de nombre Michael Kohlhass, hijo de un maestro de escuela, una de las personas más rectas y al mismo tiempo más terribles de su época” Nadie que lo conociera pudo pensar que su vida, bruscamente, se rompería en su totalidad. Como así su comportamiento sereno y pacífico por obtener justicia frente al poder absoluto de la autoridad local y del condado siendo el mejor exponente de lo que defendían los románticos, tener que luchar por el Ideal frente a la realidad corrupta. Costase lo que costase. Existían valores por los que merecía la pena morir.En Michael Kohlhaas se desarrolla en un traumático enfrentamiento del protagonista contra una injusticia; el laberinto oprime al tratante de caballos frente a la corrupción de los poderes establecidos. Una lucha kafkiana ante la impunidad del poder. Todo por su juego manipulador sobre dos caballos hermosos caballos negros, que el tratante, nuestro personaje, lleva a la Feria de Dresden para venderlo con una justa compensación económica, fruto de su docta labor en el oficio.
Queda aquí, pues, esta reseña dedicada a su primer relato: Michael Kohlhaas. Inicio de otros relatos que deseo continuar comentando como podrán ser La marquesa de O y El duelo. El propio Jacob Grimm, que junto a su hermano Wihelm conformaron a los reconocidos Hermanos Grimm, señalaba sobre Heinrich von Kleist “Era más grande y más perfecto que Schiller. Solo puede comparársele con Goethe, que tal vez haya podido inspirarle, pero a quien nunca se subordinó. Únicamente le amamantó Shakespeare”.
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