José Ignacio Wert deja su cargo como ministro de Educación, Cultura y
Deporte habiendo liderado la décimo tercera reforma del sistema, la Ley
Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), un proyecto
con el que se enfrentó a la mayoría de los grupos políticos de la
oposición, asociaciones de padres, sindicatos docentes y organizaciones
estudiantiles.
En el comunicado en el que el Gobierno anunciaba el relevo de Wert por
Íñigo Méndez de Vigo, el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha agradecido
al ministro saliente la tarea realizada al frente del departamento y,
singularmente, su "determinación" en la elaboración de la LOMCE.
Aparte de con la comunidad educativa, Wert --uno de los ministros con peor valoración ciudadana en encuestas como el CIS-- recibió por políticas del Gobierno como la subida
del IVA las críticas de otros colectivos de la cultura como el de los cineastas, llegando
incluso a no asistir a la ceremonia de los Premios Goya.
Por otra ley polémica, la de Propiedad Intelectual, provocó el cierre de Google News en
España del gigante estadounidense. Una de las últimas gestiones en las que medió al
frente del Ministerio fue en la aprobación de los nuevos derechos televisivos del fútbol.
Rajoy nombró a Wert titular de la cartera de Educación el 22 de diciembre de 2012, tras
veinticinco años fuera de la escena política, al renunciar en 1987 a su escaño como
diputado nacional de Alianza Popular y reintegrarse en sus tareas profesionales, como la
de presidente de Demoscopia durante dieciséis años o la docencia universitaria, entre
otras.
La ley con más peso y en la que más se implicó el hasta ahora ministro, no obstante, fue
la de la reforma del sistema educativo español, que llevó a cabo de la mano de su 'número
dos', la secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades,
Montserrat Gomendio, que fue cesada por el Gobierno el pasado 9 de mayo tras fichar en
abril por la OCDE para ocupar el cargo de directora general adjunta de Educación.
Entre las primeras medidas llevadas a cabo en los primeros meses de su etapa como
ministro, destaca el Real Decreto de Racionalización del gasto educativo, de abril de 2012,
más conocido como el 'decreto de recortes', contra el que una gran parte de la comunidad
educativa respondió con una huelga general de todas las etapas educativas, en mayo,
respaldada por varios partidos de la oposición.
Desde el primer borrador de la LOMCE de septiembre de 2012 hasta su aprobación
definitiva, el 28 de noviembre de 2013, en el Congreso de los Diputados, las
manifestaciones y protestas contra la reforma por varios sindicatos de padres y
estudiantes, reunidos en la Plataforma Estatal por la Escuela Pública, han sido una
constante, continuando durante el último año.
RECURSOS ANTE EL TC Y PLANTÓN DE LOS RECTORES
El rechazo a la reforma educativa llegó hasta el Tribunal Constitucional mediante los
recursos presentados durante el mes de marzo de 2014 por varias comunidades
autónomas --Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña y País Vasco-- y el Grupo Socialista
en el Congreso y que admitidos a trámite un mes después.
Además de la LOMCE, Wert ha promovido otros cambios, como el endurecimiento de los
requisitos académicos para el acceso y mantenimiento de las becas, que tuvo como
respuesta el plantón de los rectores en mayo de 2012, en el Consejo de Universidades.
La reforma del sistema universitario español anunciada por el Gobierno al principio de la
Legislatura se ha limitado finalmente a tres decretos: el que modifica la duración de los
grados de cuatro años y másteres de uno a tres años y dos, respectivamente, también
conocido como el 'decreto 3+2'; un segundo decreto que flexibiliza los requisitos para la
creación de nuevas universidades; y el tercero que cambia el sistema de acreditación del
profesorado para que tenga más peso la experiencia profesional.
"ESPAÑOLIZAR A LOS ALUMNOS CATALANES"
De estos casi cuatro años como ministro, destacan los enfrentamientos que ha tenido
con la Generalitat de Cataluña y con diputados catalanes durante los debates
parlamentarios. El primero de ellos tuvo lugar el 10 de octubre de 2012 cuando dijo en el
Pleno del Congreso que la intención de su departamento en Cataluña era la de
"españolizar a los alumnos catalanes" para que estos se sintieran "tan orgullosos de ser
catalanes como españoles".
La respuesta a esta afirmación fue sonada por parte de los diputados nacionalistas e
independentistas y del propio Ejecutivo catalán, que le pidió que rectificara. El ministro, por
el contrario, dijo que no iba a cambiar "ni una coma" al considerar que no había "nada
reprobable en españolizar".
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