En esos días donde la actividad diaria se incrementa, nos llena y entendemos que llega a desbordarnos, intento parar para reubicarme, para ello intento conectar con el mundo. Pensarás que puede ser una ilusión eso de intentar conectar con nuestro mundo, pero en ocasiones el día a día nos lleva a eso que yo denomino nuestro Matrix interior y en ese momento, necesito vivir la sensación de estar vivo y sentir el aire que me rodea.
Para ello me gusta respirar profundamente para poder conectar con mi entorno y sentir que estoy en casa, levantar la cabeza y notar la presencia de ese mundo exterior que en ocasiones olvidamos que existe.
En unos de esos días mientras paseaba por una de las calles de mi urbe me encontraba con un gran amigo, que aunque vivimos en la misma ciudad y frecuentamos mucho lugares pues no había tenido la ocasión de pararme y disfrutar de su compañía.
Así que decidimos ambos dedicarnos unos minutos, mientras conversábamos me me contó que atravesaba por momentos de cambio, se había dado cuenta que su vida se había vuelto rutinaria y que nada parecía tener sentido. Además llegó a comentarme que atravesaba por un momento de revisión total de su vida. Me afirmó rotundamente que estaba en crisis con todo.
Cuantas veces a lo largo de nuestra vida hemos tenido esa sensación de encontrarnos perdidos como un naufrago a la deriva de nuestra vida sin plan, ni destino al que llegar. Pero no es menos cierto que también hemos batallado y superado muchas situaciones de crisis a lo largo de nuestra vida.
Cuando nos encontramos en esta situación, lo primero que solemos hacer es poner una etiqueta a lo que nos está pasando, hablamos entonces de la tan temidas crisis existenciales que van rutinariamente apareciendo en nuestra vida.
Normalmente suelen aparecer una serie de sentimientos muy intensos, todo parece amplificarse en tu vida, y los problemas cotidianos para los que sin duda habías encontrado una respuesta, parecen dejar de encajar. Además aparece una sensación de malestar psicológico, ya que comienzas a cuestionarte tu propia existencia.
Comienza a atravesarte la inmensa sensación de que tu vida ha sido como un tetrix, donde cada pieza conseguía encajar, pero al ir superando niveles, comenzaste a tener la sensación de que todo escapaba de tu control y sin querer se colapsó la pantalla.
Cada persona tiene una forma de ver la vida, de interpretar todo aquello que va sucediendo a su alrededor, pero de un día para otro las cosas parecen no encajar, es como si necesitásemos una nueva versión del programa de funcionamiento, es decir, como si fuésemos smartphones y tuviésemos que actualizar la versión del programa, ya que esta no te aporta soluciones, ni te da respuesta a esta nueva situación por la que atraviesas.
Pero sabes que para afrontar este nuevo momento debes de arriesgarte, aventurándote a salir de tu zona de confort. Ya que sientes que te encuentras en un proceso cambio que puede aportarte una oportunidad de crecimiento personal. Para ello debes de afrontar un proceso de reflexión, lo que llevará aparejado enfrentarte a algunos fantasmas de tu vida. Miedos y situaciones que has ido dejando en el cuarto oscuro, ello te supone un coste emocional, pero has perdido parte de la confianza en ti mismo, ya que muchas de las herramientas que usabas continuamente para superar tus momentos complejos, ahora parecen no encajar.
Lo que implica una mirada hacia dentro, cosa que no nos gusta mucho, para cuestionarnos aquellos aspectos de nuestra vida que no encajan y preocupan, pero además lleva unido un levantar la cabeza y asumir aquello con lo que cuentas, e incluso implica ir más allá y asumir los costes que estás dispuesto a asumir para dar cabida a esa nueva situación en tu vida y superar la crisis.
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