El otro día llegó a mis manos el número 48 del cuaderno Allioli de la Intersindical Valenciana. La revista contiene dos artículos que no dejan lugar a dudas: “Davant dels resultats electorals del 20-N” y “20-N Una data per a reflexionar i actuar”. Terror ante la victoria aplastante de la derecha, y frente a este terremoto que aplastará España. Pero ahí están ellos, los sindicatos salvadores, los Robin Hood de la clase obrera y trabajadora.
El sindicato invita a los afiliados, lectores y simpatizantes a manifestarse contra los resultados electorales de las pasadas elecciones generales. Unas votaciones democráticas en las que los ciudadanos hablaron; cosa que ellos, al igual que UGT, CCOO y ANPE entre otros, han permanecido callados hasta ahora gracias a subvenciones suculentas.
El artículo concreta que las movilizaciones, las charlas y agrupaciones son para frenar el avance de la derecha. No sé que avance debe ser ese y que temor genera el nuevo Gobierno del Partido Popular, que recuerden ustedes, todavía no ha sido nombrado, y como consecuencia no ha tomado ninguna medida. Es una tónica en el sindicalismo español infligir temor hacia la derecha con iglesia incluida, y en esa línea, el STEPV sigue anclado en una visión caduca de España.
Tras la lectura te quedas con la idea de que nuestro país va a entrar en una era oscura, un tsunami de recortes sociales. Pero vaya sindicatos tenemos que no se dan cuenta que hace ya 6 años que en España se ha dilapidado el estado de bienestar, y ellos han sido cómplices con su silencio. Un mutismo pagado con subvenciones, liberados sindicales, y cursos de formación.
Durante la legislatura de Zapatero algunos afirmaban que: “Una huelga general no solucionaría la crisis”. En mi opinión seguiremos en sequía económica, social y laboral. Así que si la huelga no solucionaba nada entonces no creo que lo haga ahora.
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