La Iglesia, en general, parece vivir ajena a los problemas que acucian en estos momentos a los mortales. Da la sensación, así a vuelo de pájaro, que la crisis vista desde un Vaticano lleno de oropeles es algo que no le toca de cerca.
Los católicos de pro, los que hablan con Dios un día sí otro también, siguen su vida regular y cotidiana como si los casi cinco millones de parados estuvieran y vivieran encerrados en un platillo volante y no lo hicieran en su mismo país.
La Iglesia tiene su vida, sus vivencias, sus parámetros y se rige por unas reglas que están alejadas del pueblo, esa multitud de creyentes que recibieron e hicieron de cicerone al Papa en su reciente visita a Barcelona da la sensación de que su único objetivo en la vida es hacer bien las cosas, rezar mucho por si hay problemas y que se solucionen es ya cosa divina. Escribo sobre una mayoría de cristianos, no de todos, escribo de los católicos que teniendo una vida cómoda están entregados en cuerpo y alma a Dios olvidando a sus más cercanos semejantes.
Las creencias rancias
La caridad para esos católicos es algo basado en creencias rancias y en poner unos euros cuando pasa el cepillo el capellán en las misas dominicales, a este grupo de seres únicamente les importa, por encima de otras formas de vida y de otras creencias, su fe, su destino al finalizar su estancia en la tierra y mantener ese fervor hacia el del más allá que les manda sus favores esté donde esté.
Olvidar los derechos humanos
Algunos de estos católicos creen firmemente en todo aquello que proviene de la Iglesia oficial aunque muchas veces olviden los derechos humanos de una sociedad en la que muchos otros viven bajo otra manera de pensar, pero también en el seno de la Iglesia católica hay una minoría de creyentes que tienen muy claro que en momentos complicados su lugar, además de en los templos, está al lado de sus vecinos más necesitados, de aquellos que se han quedado sin comer, sin poder pagar la luz, o sin casa, son aquellos que practican la solidaridad no sólo con los desposeídos del tercer mundo sino con sus vecinos, con los que viven a su alrededor y muchas veces en su misma escalera de vecinos.
Xavier Novell, el Obispo más joven de España
Esta semana ha saltado a lo medios de información la decisión tomada por el Obispo de Solsona, Xavier Novell, 42 años, el más joven de España. Los titulares han destacado que el monseñor se ha rebajado su sueldo un 25%, cobraba 1200 euros y a partir de su decisión le llegarán 900 a sus arcas.
Averiguamos qué le había llevado al Obispo a tomar esta determinación y la realidad es mucho más compleja, el Obispo Novell no sólo se ha rebajado el sueldo sino que ha preparado un plan de choque contra la crisis para aplicarlos en su diócesis.
La crudeza de la crisis
Hablo con él vía teléfono y me explica: “El pasado año viendo la crudeza de la crisis y que cada día había más familias de mi diócesis que se quedaban sin trabajo y por ello sin poder comer, sin poder pagar la luz y sin lo más elemental para vivir reuní a un grupo de personas de Caritas y a asistentes sociales para poner en marcha, dentro de nuestras posibilidades, un plan de trabajo para asistir a los que lo están pasando mal en estos momentos”.
Lo primero que hizo el Obispo fue donar a Caritas 300.000 euros, superávit de su diócesis del presupuesto del año 2011 y del que espera tener este año 2012: “A base de ajustarnos mucho el cinturón”.
Los nuevos pobres
Xavier Novell sabe que en estos momento hay unos “nuevos” pobres: “Antes trabajaban todos los miembros de una familia, madre, padre y los dos hijos, podían pagar la casa y vivir, ahora ninguno de ellos trabaja, a la mayoría el subsidio del paro se les ha acabado y no tienen nada para vivir, hay que echar un cable a estas familias, no es la solución, ya lo sé, pero, de momento, les ayudamos a que vivan con una cierta tranquilidad”.
Parar el golpe
Sabe el Obispo que la solución no está en sus manos: “Con esta decisión sólo paramos el golpe, lo que es interesante es que la gente vuelva a tener trabajo, mientras esto llega nosotros les ayudamos a que vivan, son personas que si vuelven a trabajar su vida regresará a la normalidad, si ahora, en estos terribles momentos, les dejamos solos se desesperarán”.
Consciente de la situación
Xavier Novell se sorprende que haya sido noticia importante el hecho de que se haya rebajado el sueldo, le digo que estas acciones en los miembros de la Iglesia no suelen ser habituales, le comento que parece que la Iglesia vive en la opulencia y que muchas situaciones les pasan de soslayo y le hablo también de que los párrocos de su diócesis tienen el sueldo congelado: “La verdad es que tenemos que ser conscientes de la situación en la que vivimos y la gravedad de la misma, puedo hablarle por mi, el sueldo a los párrocos se lo congelé yo, y es muy fácil de comprender, nosotros no pagamos hipoteca, ni tampoco tenemos familia a nuestro cargo, por lo tanto con lo que nos llega podemos vivir con el cinturón más o menos apretado, hay que ser conscientes de lo que sufren nuestros vecinos a causa de no tener en estos momentos nada a causa de carecer de trabajo”.
Hay que ponerse las pilas
El Obispo ha hecho una homilía que se repartió ayer domingo en todas las misas celebradas en su diócesis en la que conmina a todo el mundo a ser responsable y a ayudar a todos los que lo necesitan y a los empresarios de su diócesis les anima a que se pongan las pilas y sean responsables con sus actos y hagan lo imposible para resistir en estos momentos. Xavier Novell ha creado este plan de choque para que nadie en su diócesis padezca hombruna: “No hay dinero y lo poco que tenemos Caritas debe saber administrarlo de la mejor manera, a ellos les llegan directamente los casos, los deben estudiar y deben saber cómo administrarse, mi deseo es que nadie de mi diócesis se quede ningún día sin comer”.
Recibe a todo el mundo
Es un hombre decidido, sabe lo que dice y se le nota convencido, su agenda bulle pero atiende a todo el mundo, eso también me sorprende: “Todas las personas que quieren hablar conmigo lo pueden hacer, muchos me han pedido trabajo, yo no puedo darles trabajo pero sí hablo con alguien que sé que lo tiene les pongo en contacto, tengo la suerte de estar en una zona donde las distancias con las personas son cortas y yo hablo con todos los que lo quieran hacer conmigo. No hay razón para que yo me encierre. Es mi manera de ser.”
La homilía de la conciencia
Xavier Novell en la homilía que repartió ayer hace un repaso exhaustivo de cómo nació la crisis, de su evolución, de la carga de los empresarios, de los bancos, de los gobiernos, de la sociedad, desde el más rico al más pobre. Asegura que todos hemos querido tener mas de lo que podíamos tener, habla de los bancos y sus créditos, habla del endeudamiento de las empresas, de comprar lo que no se podía pagar, de vivir por encima de las posibilidades, de los créditos sin sentido, de la forma inadecuada de actuar de los políticos llevando a cabo iniciativas, sin tener dinero, sólo para quedar bien con su electorado. Y en su escrito, visto desde la sobriedad y buscando alentar la situación, asegura que las personas que más sufren, como siempre, ante situación finales son los que menos han tenido y tienen. Implica a todo el mundo para que hagan algo para superar estos días críticos, explica que muchos jubilados están ayudando con su precaria nómina a su familia, hijos y nietos y asegura que la solidaridad empieza a ser tan urgente que todos tenemos la obligación de poner toda la carne en el asador para intentar superar estos dramáticos tiempos.
Xavier, Bisbe de Solsona
Para Xavier Novell el plan de choque que hemos conocido esta semana sólo acaba de empezar, hemos conocido la primera parte, ha dicho que en estos próximos días habrá una segunda parte, le digo si le ha molestado que sólo se haya destacado que se ha rebajado el sueldo: “Si esta ha sido la causa para que todo el mundo se implique en este tema me parece válido, creo que seria importante que no sólo todo el mundo de mi Diócesis trabajara para los más desfavorecidos, seria interesante que llegaran a este extremo en todas partes donde hay personas que lo pasan mal”.
Xavier Novell firma el texto que ha escrito y que se ha repartido ayer domingo así: Xavier, Bisbe de Solsona.
Nos ha dado una alegría para los que creemos que la para la Iglesia y sus feligreses la vida es fácil ver a un cura joven con espíritu de lucha, nos da coraje y hay que estar de su parte, hacer lo que esté en nuestras manos a favor de aquellos que lo pasan mal, somos la mayoría, Obispo.
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