Mientras España vive una edad de oro en el tenis masculino, en féminas se convive con más nubarrones que soles. Los éxitos de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez no han encontrado continuidad en sus herederas. Las causas son diversas, amén de los formidables éxitos vividos antaño. Lo mejor es que empieza a florecer una nueva generación, cuyos pasos pueden verse en esta undécima edición del Mutua Madrid Open, y donde justamente se vio un rayo de esperanza en Carla Suárez. La canaria sorprendió a Jelena Jankovic.
Uno de los triunfos más sonados de estas primeras rondas del Mutua Madrid Open estuvo protagonizado por Carla Suárez. La canaria se deshizo de Jelena Jankovic (4-6, 7-6 y 6-4) en dos horas y 47 minutos. La serbia, toda una número uno en su currículum, buscaba en Madrid reencontrarse con las sonrisas. Llegaba muy motivada. Pero Suárez, que venía de ser finalista en Estoril y donde tiró dos bolas de partido, mostró su calidad, ambición, sufrimiento (remontó) y capacidad de adaptación (apenas había entrenado en las pistas azules) para convertirse en ese rayo de esperanza que busca el tenis español. Su próxima adversario será la checa Lucie Safarova. No ha sido la única noticia buena. Silvia Soler también avanzó ronda. Le espera la china Na Li. Lo mismo sucede con Anabel Medina, con un cruce más asequible en teoría: contra Cirstea, que viene de eliminar a Bartoli.
La pregunta, no obstante, es tan sencilla como obligada. ¿Por qué no hay una estrella española en el tenis femenino? “No sé muy bien qué contestar. Desde luego es una pena que no salgan más jugadoras. Creo que hay que hacer un mejor trabajo en el tenis base, apoyando al sector femenino, y con el tiempo seguramente saldrán nuevos talentos, aunque no de la noche a la mañana”. La que contesta es Arantxa Sánchez Vicario. “El listón está muy alto. No es sencillo que haya otra Arantxa u otra Conchita a corto plazo, pero sí en el futuro. En España, el tenis masculino ha evolucionado más rápidamente que el tenis femenino. Se ha estancado algo, pero ahí están Carla Suárez o Anabel Medina”. Lo dice un pionero de este deporte como Manolo Santana. Ambos miran al futuro.
Más cartuchos con Medina y Soler
Quizá porque el presente ya es insalvable. No sólo por la escasa presencia en las rondas finales de los grandes torneos, sino porque España ha descendido al Grupo Mundial II de la Copa Federación, después de caer ante Eslovaquía (3-1).Lo peor no son estos resultados o no encontrar rápidamente una tenista de garantías -un Nadal o un Ferrero o un Ferrer en femenino-, sino que incluso las relaciones entre las implicadas no es placentera. Y esto no ayuda en nada a la regeneración. Hace unas semanas, Arantxa Sánchez Vicario mantuvo un severo roce con Anabel Medina. Luego, hubo disculpas, pero el daño al tenis femenino ya estaba hecho de cara a la luz pública
Este incidente ha sido esa gota que ha rebasado el vaso. Ha puesto de actualidad esa decadencia que vive el tenis femenino. Actualmente, según la clasificación WTA, tan solo cinco raquetas españolas se sitúan entre las 100 primeras: Anabel Medina (30), Carla Suárez (45), María José Martínez (48), Silvia Soler (60) y Laura Pous (95). Sobre estas tenistas ha ido recayendo esa formidable responsabilidad de asumir el liderazgo del tenis femenino, pero, por unos motivos u otros, no han conseguido acercarse a metas tan exitosas. Martínez, Medina -perseguida por los percances- y Parra (hace una semana estaba entre las 100 mejores) ya cuentan con un tenis asentado. Lo mismo que Lourdes Domínguez o Laura Pous, que ya han dicho adiós a Madrid. Con un mayor margen de progresión cuenta Carla Suárez. Es la gran esperanza. El rayo de luz del tenis femenino. Lo demostró ante Jankovic. La canaria aún debería crecer e ilusionar como hizo en algún Grand Slam - alcanzó dos veces cuartos de final, en Roland Garros 2008 partiendo desde la previa, y Open de Australia 2009, remontando a Venus Williams-, pero tendría que aumentar su regularidad en cuanto a resultados -no encadena casi 5 torneos seguidos desde hace dos temporadas). La presión, quizá, ha sido desproporcionada.
Arruabarrena y Muguruza, el futuro
Por detrás de ellas empieza a despuntar una nueva generación. En este nuevo relevo están tenistas como Silvia Soler (ya entre las 60 mejores del mundo), Eloisa Compostizo, Lara Arruabarrena (ya eliminada en Madrid), María Teresa Torro y, muy especialmente, Garbine Muguruza, aunque ya ha caído en Madrid. La tenista nacida en Caracas es quien reúne todas las esperanzas. Atesora suficientes condiciones que debe perfeccionar con el tiempo. Su reciente éxito en Miami ha confirmado estas expectativas. Por si acaso, Adidas ya cuenta con ella en su nómina de jóvenes estrellas. Sobre ellas debe edificarse esa nueva etapa de recuperación y éxitos venideros de la Armada femenina. Esto no será a corto plazo, aunque seguramente España volverá a tener mayor presencia en el circuito de féminas.
Por el momento, a la espera de tiempos mejores, este Mutua Madrid Open, en su cuarta edición para féminas, espera ver cómo una española se clasifica, por primera vez, para la final de este torneo. Si no puede ser, el objetivo estaría en superar los octavos de final que alcanzaron Arantxa Parra (2010 y 2011) y Anabel Medina (2010). Quizá sea Carla Suárez. Ese rayo de esperanza.
|