El presidente de Túnez, Kais Saied, ha tildado este jueves de "acto traicionero y cobarde" el atentado perpetrado el miércoles en el oeste del país, que se saldó con la muerte de cuatro militares, y ha recalcado que las autoridades están "más decididas que nunca" a continuar su lucha contra el terrorismo. "Estamos hoy más decididos que nunca a continuar este combate en todos los frentes y estamos convencidos de que la victoria será nuestra. Honraremos a Túnez y a sus mártires", ha dicho, durante un acto en el hospital militar de Túnez para rendir homenaje a los fallecidos. Así, ha aplaudido "el valor y la valentía de estos héroes de Túnez y su devoción a la hora de servir al país, manteniendo seguros a los tunecinos y defendiendo el país de los enemigos que lo amenazan", según ha informado la agencia estatal tunecina de noticias, TAP. Los cuatro soldados murieron a causa de la explosión de una bomba de fabricación artesanal durante una operación de seguridad en el monte Mghila, situado en la provincia de Kasserine (oeste), cerca de la frontera con Argelia. La provincia de Kasserine ha sido escenario de numerosas operaciones antiterroristas en los últimos años, especialmente en varias zonas montañosas de la misma. Túnez y Argelia comparten una frontera porosa utilizada habitualmente por contrabandistas y que ha sido usada en los últimos meses para la infiltración de combatientes y armamento. El país vive bajo estado de emergencia desde noviembre de 2015, a raíz de un atentado perpetrado contra un autobús de la Guardia Presidencial que dejó trece muertos y más de 15 heridos. Túnez había sido objetivo de sendos atentados en marzo y en junio de ese mismo año contra el Museo del Bardo de la capital --que concluyó con más de una veintena de muertos-- y un complejo turístico de la localidad de Susa --en el que murieron 38 personas, entre ellos varios extranjeros--, respectivamente.
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