El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha extendido la orden ejecutiva decretada en 2018 contra Nicaragua, por la cual declara al país centroamericano una "inusual amenaza para la seguridad nacional". Biden se ha referido en particular a la "violenta respuesta" del Gobierno de Daniel Ortega a las protestas que comenzaron en abril de 2018 por una polémica reforma de la seguridad social y que se extendieron rápidamente hasta exigir la democratización de Nicaragua. Los enfrentamientos entre policías y manifestantes dejaron más de 300 muertos. "(También) el continuo desmantelamiento y debilitamiento sistemático por parte del régimen de Ortega y (su esposa, Rosario) Murillo de las instituciones democráticas y el Estado de derecho, su uso de la violencia indiscriminada y las tácticas represivas contra los civiles, así como su corrupción que conduce a la desestabilización de la economía de Nicaragua, sigue planteando una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de EEUU", ha aseverado el mandatario. Así pues, Biden ha anunciado que la orden continuará en vigor "más allá de la fecha de aniversario". "He determinado que es necesario continuar la emergencia nacional declarada en la Orden Ejecutiva con respecto a la situación en Nicaragua", ha concluido. Nicaragua está llamada de nuevo a las urnas en noviembre de 2026. El Gobierno de Ortega ha impulsado una violenta campaña de persecución de la oposición, privando de nacionalidad a los disidentes. Además, ha expulsado del país a embajadores y ha clausurado miles de ONG nacionales e internacionales, así como medios de comunicación y organizaciones religiosas.
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