Las autoridades de Rusia han descartado este viernes cualquier tipo de injerencia en las elecciones presidenciales celebradas en Rumanía, que se han saldado contra todo pronóstico con la victoria del candidato ultraderechista Calin Georgescu, cercano a Moscú. El portavoz del Kremlim, Dimitri Peskov, ha vuelto a señalar que los resultados de los comicios en Rumanía no tienen relación alguna con las políticas rusas y ha insistido en que el país "no tiene por costumbre intervenir en procesos electorales" de terceros países. En este sentido, ha aseverado que este tipo de acusaciones son "infundadas" y ha afirmado que, siguiendo la tendencia de mantenerse al margen, "ahora no iba a ser diferente en el caso de Rumanía". "Cualquier acusación de este tipo carece de base alguna y supone únicamente una forma de imitar la tendencia generalizada por parte de los países occidentales sobre este asunto", ha dicho en declaraciones recogidas por la agencia rusa de noticias Interfax. La primera vuelta de las elecciones en Rumanía se saldó con la victoria de Georgescu, que se hizo con el 22,9 por ciento de los votos frente a la candidata conservadora Elena Lasconi, que obtuvo el 19,1 por ciento de los respaldos, lo que ha dejado fuera de la segunda vuelta electoral, que tendrá lugar el 8 de diciembre, al actual primer ministro, el socialdemócrata Marcel Ciolacu, por apenas unos 2.000 votos de diferencia. No obstante, los resultados llevaron a otros candidatos, como Sebastian Constantin Popescu, del Partido Nueva Rumanía, y Cristian Terhes, del Partido Conservador Nacional Rumano, a presentar sendas solicitudes ante el Constitucional para que realice un recuento de los votos. Posteriormente, la corte ha aceptado dichas peticiones a trámite, por lo que ha ordenado el recuento de los 9,4 millones de votos emitidos durante la primera vuelta de las presidenciales ante las acusaciones de irregularidades. Popescu presentó el miércoles un escrito en el que cuestionaba la financiación de la campaña de Georgescu, que había presentado un informe en el que se reflejaba un gasto mínimo gracias al uso de redes sociales, especialmente TikTok, para hacer llegar su mensaje al grueso de la población.
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