MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
El síndrome posvacacional afecta aproximadamente a un tercio de la población en España y se ceba en los trabajadores cuyos empleos están peor pagados o son poco motivadores. Para combatirlo, los expertos recomiendan aprender a adaptarse a los cambios "en positivo".
“No existen datos concretos sobre el impacto que pueda tener el síndrome posvacacional en España, aunque la mayor parte de los expertos señalan cifras de afectación que pueden oscilar entre el 30 y 40% de la población”, explicó a Servimedia Olga Merino, coordinadora de Prevención y responsable del Grupo de Psicosociología de Fremap.
A pesar de que este síndrome no está considerado como una enfermedad, sí tiene síntomas claros, como sensación de malestar generalizado, tristeza, apatía, falta de energía o motivación o alteración del sueño, y suelen darse tras un periodo prolongado de vacaciones. Es lo que los médicos y psicólogos denominan un proceso de “estrés adaptativo”, causado por la necesidad de volver a la rutina laboral.
Según la psicóloga Olga Merino, el síndrome posvacacional es “la punta del iceberg” de la salud emocional de los trabajadores que, en muchos casos, no es la óptima. De un estudio elaborado entre 2015 y 2021 por Fremap con datos de tres millones de personas y 380.000 bajas laborales por trastornos relacionados con la salud mental, se desprende que dichas bajas han subido un 17,3% en todas las franjas de edad y un 30,9% entre jóvenes menores de 35 años. Esto hace que la vuelta al trabajo sea más dura para los empleados que tienen un trastorno de salud mental de base.
Además, para la doctora Silvia López Chamón, especialista en Medicina de Familia, aseguró que este año afectará mucho a la vuelta al trabajo por “la importante crisis económica y social” que atravesamos. A ello hay que sumar “el teletrabajo y lo que supone, todo el aislamiento que ha supuesto la covid, la precariedad laboral y las dificultades para la conciliación laboral”, factores que afectan notablemente a la percepción de la vuelta a la rutina.
Cuando los síntomas del síndrome posvacacional interfieren con la vida diaria, los expertos recomiendan consultar con un psicólogo. “Todos somos susceptibles de padecerlo y sabemos que los niños lo sufren de otra manera. Por eso, como los padres somos sus modelos, hay que intentar animarles para que se enfrenten a la vuelta al colegio destacando siempre los aspectos positivos”, aseguró Abel Domínguez, psicólogo sanitario infantojuvenil.
CÓMO COMBATIRLO
Lo fundamental es planificar la vuelta a la rutina y tener “proyectos estimulantes” que puedan ilusionarnos, como explicó la doctora López, quien también es miembro del grupo de trabajo de Salud Mental y Comunicación de Semergen (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria). Los empleos mejor pagados o más estimulantes serán los que, según la especialista, tengan un menor grado de trastornos posvacacionales.
Sobre cómo preparar ese aterrizaje suave en la rutina, la especialista recomendó “dejar pasar al menos dos días entre la vuelta de viaje y el comienzo del trabajo para ir adaptando nuestro organismo, especialmente si volvemos en avión”. También es conveniente regular el horario de sueño y las comidas “porque ahoraya no podemos trasnochar ni dormir siestas como en vacaciones, ni tampoco tomar picoteos a deshora”.
Y siempre hay que “dejar algo en el tintero”, para reincorporarnos a la actividad laboral con más entusiasmo, “ya sea un proyecto individual o colectivo que nos haga ilusión”, concluyó López. A todo ello hay que añadir el mantener un estilo de vida saludable durante todo el año, lo que significa comida equilibrada, ejercicio físico y fomentar las relaciones sociales.
En el caso de los niños, la vuelta a la rutina debe prepararse “con 7 o 10 días de antelación", ajustando horarios, rutinas, y “anticipando cosas positivas” que los niños se van a encontrar en los centros escolares, como explicó el especialista Abel Domínguez, también director del centro Domínguez Psicólogos. La clave está en aprender a valorar los aspectos positivos de la vuelta a la rutina, ya sea el trabajo o el colegio.
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