Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Carta al director
Venancio Rodríguez, Zaragoza

La pulsión del río Guadalope

|

Cuando llegamos a Aliaga (Teruel) el pasado domingo, pillamos al sol deshaciéndose en besos y abrazos con las hojas de los chopos cabeceros. Mientras éstos se mantenían gruesos, enhiestos, estáticos y dispuestos, yo me hice el desentendido y pasaba junto a ellos como si nada hubiera pasado. Su sed teñía el ambiente de un verde lechoso. En los remansos de los desorbitados ojos del Guadalope, se reflejaba la mirada acuosa y lasciva del desenfreno. 


Después de su atrevida tropelía, el agua corría hacia abajo para fundirse en un libidinoso abrazo con el Pitarque y el Cañada. En el intervalo, acariciaba con las yemas de sus dedos los sinuosos muslos de las montañas, las redondeadas nalgas y pechos de las rocas de los órganos de Montoro. Para, con brío penetrar en las femeninas pozas que a su paso dejaba deshonradas. El impetuoso jadeo salpicaba de provocadores sonidos nuestros sentidos. En el aire flotaban los efluvios de un aroma evocador a la par que excitante que nos traía recuerdos lujuriosos.  


Al terminar los estrechos de la Hoz Mala, bajo la cúpula de los sensuales bosques, se podía tocar aquella calidez que desprenden los cuerpos al friccionarse mutuamente. Solo la tibia brisa que por allí corría nos sacaba de nuestro febril trance. Al llegar a las pasarelas de los Estrechos de Valloré, nos percatamos de que el agua lamía con fruición el interior de sus piernas... Y como “voyeurs” contemplámos extasiados el reflejo en el río de su lencería fina color azul cielo jaspeado. 


Cuando llegamos a Montoro de Mezquita, nos tomamos unas cervezas bien frescas para, al menos en mi caso, rebajar el ardor que tal espectáculo en la libido me había provocado.

La pulsión del río Guadalope

Venancio Rodríguez, Zaragoza
Lectores
miércoles, 17 de abril de 2024, 08:41 h (CET)

Cuando llegamos a Aliaga (Teruel) el pasado domingo, pillamos al sol deshaciéndose en besos y abrazos con las hojas de los chopos cabeceros. Mientras éstos se mantenían gruesos, enhiestos, estáticos y dispuestos, yo me hice el desentendido y pasaba junto a ellos como si nada hubiera pasado. Su sed teñía el ambiente de un verde lechoso. En los remansos de los desorbitados ojos del Guadalope, se reflejaba la mirada acuosa y lasciva del desenfreno. 


Después de su atrevida tropelía, el agua corría hacia abajo para fundirse en un libidinoso abrazo con el Pitarque y el Cañada. En el intervalo, acariciaba con las yemas de sus dedos los sinuosos muslos de las montañas, las redondeadas nalgas y pechos de las rocas de los órganos de Montoro. Para, con brío penetrar en las femeninas pozas que a su paso dejaba deshonradas. El impetuoso jadeo salpicaba de provocadores sonidos nuestros sentidos. En el aire flotaban los efluvios de un aroma evocador a la par que excitante que nos traía recuerdos lujuriosos.  


Al terminar los estrechos de la Hoz Mala, bajo la cúpula de los sensuales bosques, se podía tocar aquella calidez que desprenden los cuerpos al friccionarse mutuamente. Solo la tibia brisa que por allí corría nos sacaba de nuestro febril trance. Al llegar a las pasarelas de los Estrechos de Valloré, nos percatamos de que el agua lamía con fruición el interior de sus piernas... Y como “voyeurs” contemplámos extasiados el reflejo en el río de su lencería fina color azul cielo jaspeado. 


Cuando llegamos a Montoro de Mezquita, nos tomamos unas cervezas bien frescas para, al menos en mi caso, rebajar el ardor que tal espectáculo en la libido me había provocado.

Noticias relacionadas

El ciberacoso es una forma de intimidación o acoso que ocurre a través de tecnologías digitales, como llamadas telefónicas, correos electrónicos, redes sociales o plataformas de mensajería y afecta a personas de todas las edades, con mayor incidencia en adultos de más de 55, 60 años, hasta el punto de hacerse pasar por un familiar muy cercano, entidades e incluso organismos. 

Existe la presencia de un nuevo mundo en nuestra Patria Nicaragua, extensivo a todos los países del mundo como mejor les convenga y competa. No hay nada mejor y bonito que vivir en paz, y tranquilidad, sin odios, pues entre todos se puede evitar una hecatombe, hay que observar la realidad que nos merodea, que no es justo estar buscando descontentos, no se logra nada con ello.

El atrevimiento consiste en cierta medida en asumir riesgos, ello es fundamental para nuestra existencia, y también lo es su justa ponderación en nuestras decisiones. En la industria financiera, particularmente en la evaluación de riesgos, existe una máxima: “A mayor riesgo, mayor rentabilidad esperada”.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto