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Acusar sin aportar pruebas refuerza a quienes critican a los medios de comunicación

La APM se equivoca

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El lunes la Asociación de la Prensa de Madrid emitía un comunicado en el que denunciaba supuestos casos de acoso a periodistas por parte de miembros del equipo directivo de Podemos. En el comunicado se hablaba de una “campaña sistematizada de acoso personal y en redes contra profesionales de distintos medios desde hace más de un año”, de una “vulneración del derecho a la libertad de expresión e información” y de un “estado de miedo entre los periodistas”. Las acusaciones son sumamente graves y recuerdan a regímenes dictatoriales y a tiempos pasados.

Desde su aparición, Podemos ha realizado constantes críticas a los medios de comunicación, por considerar que llevan a cabo una manipulación sistemática y que se encuentran en manos de los grupos de poder. Y es que cualquier persona o partido político, en democracia, puede criticar todo lo que considere a los medios de comunicación, sin que esto suponga una vulneración de derechos ni sea políticamente reprobable.

Lo que ahora denuncia la APM es cosa muy diferente. Cuando se pasa de la crítica a la amenaza, bien sea personal o vía Twitter, entramos en el terreno del delito. El problema es que, cuando se denuncia una actitud de este tipo, lo mínimo que hay que hacer es aportar pruebas, cosa que la APM no hace. En el comunicado dice disponer de pruebas documentales, pero no sólo no las aporta, sino que ni tan siquiera indica quiénes son los periodistas acosados ni en qué ha consistido el supuesto acoso. Y, ante tales acusaciones, no vale escudarse en la protección de la intimidad de los afectados. No voy a entrar en si las acusaciones son ciertas o no, pero me sorprende que una asociación de periodistas emita un comunicado con acusaciones de tal gravedad sin citar fuentes ni datos de ningún tipo. Si realmente existe esa documentación, lo lógico es que los afectados denuncien los hechos ante la justicia y la aporten como prueba.

Que existe una campaña para desacreditar a ciertos periodistas y medios de comunicación por parte de Podemos es cierto, y es lógico que éstos se defiendan, porque deben hacerlo. Sin embargo, lanzar acusaciones de esta manera contribuye más a enfangar la situación y otorga munición a quienes los critican. La mejor forma de defensa que tenemos los periodistas es realizar nuestro trabajo con honradez y con rigor, para que todas las críticas a nuestra labor informativa resulten inválidas por sí mismas. Como bien dice la APM, los periodistas debemos resistir todas las presiones, vengan de donde vengan, y ejercer siempre la libertad de expresión, pero sin olvidar nunca que como mejor se defiende la libertad de expresión es ejerciéndola abiertamente, contrastando y exponiendo los hechos con todo detalle, y aportando pruebas. Por eso, con su comunicado, la APM se equivoca y hace un flaco favor al periodismo.

La APM se equivoca

Acusar sin aportar pruebas refuerza a quienes critican a los medios de comunicación
Guillermo Valiente Rosell
jueves, 9 de marzo de 2017, 00:12 h (CET)
El lunes la Asociación de la Prensa de Madrid emitía un comunicado en el que denunciaba supuestos casos de acoso a periodistas por parte de miembros del equipo directivo de Podemos. En el comunicado se hablaba de una “campaña sistematizada de acoso personal y en redes contra profesionales de distintos medios desde hace más de un año”, de una “vulneración del derecho a la libertad de expresión e información” y de un “estado de miedo entre los periodistas”. Las acusaciones son sumamente graves y recuerdan a regímenes dictatoriales y a tiempos pasados.

Desde su aparición, Podemos ha realizado constantes críticas a los medios de comunicación, por considerar que llevan a cabo una manipulación sistemática y que se encuentran en manos de los grupos de poder. Y es que cualquier persona o partido político, en democracia, puede criticar todo lo que considere a los medios de comunicación, sin que esto suponga una vulneración de derechos ni sea políticamente reprobable.

Lo que ahora denuncia la APM es cosa muy diferente. Cuando se pasa de la crítica a la amenaza, bien sea personal o vía Twitter, entramos en el terreno del delito. El problema es que, cuando se denuncia una actitud de este tipo, lo mínimo que hay que hacer es aportar pruebas, cosa que la APM no hace. En el comunicado dice disponer de pruebas documentales, pero no sólo no las aporta, sino que ni tan siquiera indica quiénes son los periodistas acosados ni en qué ha consistido el supuesto acoso. Y, ante tales acusaciones, no vale escudarse en la protección de la intimidad de los afectados. No voy a entrar en si las acusaciones son ciertas o no, pero me sorprende que una asociación de periodistas emita un comunicado con acusaciones de tal gravedad sin citar fuentes ni datos de ningún tipo. Si realmente existe esa documentación, lo lógico es que los afectados denuncien los hechos ante la justicia y la aporten como prueba.

Que existe una campaña para desacreditar a ciertos periodistas y medios de comunicación por parte de Podemos es cierto, y es lógico que éstos se defiendan, porque deben hacerlo. Sin embargo, lanzar acusaciones de esta manera contribuye más a enfangar la situación y otorga munición a quienes los critican. La mejor forma de defensa que tenemos los periodistas es realizar nuestro trabajo con honradez y con rigor, para que todas las críticas a nuestra labor informativa resulten inválidas por sí mismas. Como bien dice la APM, los periodistas debemos resistir todas las presiones, vengan de donde vengan, y ejercer siempre la libertad de expresión, pero sin olvidar nunca que como mejor se defiende la libertad de expresión es ejerciéndola abiertamente, contrastando y exponiendo los hechos con todo detalle, y aportando pruebas. Por eso, con su comunicado, la APM se equivoca y hace un flaco favor al periodismo.

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