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El señor de los hilillos

Rafa Esteve-Casanova
Rafa Esteve-Casanova
jueves, 15 de diciembre de 2005, 23:58 h (CET)
El día 5 de Diciembre del 2002 Mariano Rajoy, a la sazón miembro del Gobierno de José María Aznar y responsable gubernamental en el tema del hundimiento del “Prestige” declaraba que del barco, ya hundido, tan sólo salían por sus cuatro grietas unos “hilitos en forma de plastilina en estiramiento vertical”. Cuatro días después, el 9 de Diciembre, aquellos hilitos se habían convertido, en boca del mismo Rajoy, en 14 grietas por las que manaban diariamente 125 Toneladas de “chapapote”. Una gran parte de la ciudadanía tuvimos la impresión de que el Gobierno del Sr., Aznar nos mentía una vez más en todo aquel triste asunto del hundimiento del petrolero.

Durante aquellos días y mientras miles de voluntarios llegados de toda España se afanaban en intentar dejar limpias las costas gallegas, las gaviotas del PP, sin contaminación alguna de petróleo, se dedicaban a las frases grandilocuentes. Ana Botella, entonces tan sólo esposa consorte- o habría que decir con suerte- abría su boca para decir que “la culpa tan sólo era del barco”, Fraga quería bañarse, como hizo en Palomares, al volver de una de sus cacerías, Álvarez Cascos se escondía detrás de todos los demás, Aznar ni se dignaba pisar las playas inundadas de mierda negra y Mariano Rajoy decía que “La marea no va a llegar a las Rías Bajas”, mientras Trillo, señor de Perejil, proponía bombardear el barco para acelerar su hundimiento. El resto se dedicaban al rezo y la oración pero ni Santiago Matamoros ni el mismo Dios estuvieron de su lado y las costas gallegas sufrieron la mayor catástrofe ecológica de todos los tiempos.

Sabíamos que mentían, como mintieron en tantas cosas, pero ha sido ahora, al cabo de tres años cuando hemos podido tener pruebas tangibles de la miseria de un gobierno que siempre quiso tener engañados a los españoles, siempre nos han visto como súbditos y nunca como ciudadanos de pleno derecho. Han creído que España era su cortijo, y, por desgracia, lo siguen creyendo. Mintió Trillo en el asunto del Yakolev 42 como se comprobó más tarde, mintió Acebes el ll-M y encima nos llamó miserables a los que nunca creímos que ETA hubiera cometido los sangrientos atentados de Madrid, ese mismo día mintió Aznar a los directores de los periódicos y mintió Ana Palacios, Ministra de AA.EE., al mundo entero. Y sigue mintiendo Zaplana, portavoz de los populares en el Congreso, cuando hace un par de días dijo en Valencia que las presuntas infracciones de la legalidad en los casos del IVEX y Terra Mítica son cuestiones que afectan a particulares. Y entre todos ellos nos escondieron que nuestras tropas en Irak estaban siendo acosadas militarmente, con armas, y que de misión humanitaria nada de nada. En lugar de agua y donuts recetaban ráfagas de ametralladora a los insurgentes iraquíes.

Y sigue mintiendo Mariano Rajoy, “el señor de los hilillos” cuando dice que las cintas que ahora han visto la luz y en las que queda claro que a las tres horas de recibir el primer SOS. desde el Prestige la consigna fue “separar el barco de la costa hasta que se hunda” son una cortina de humo. Rajoy en sede parlamentaria dijo que dicha decisión se tomó al día siguiente y previa consulta a un grupo de técnicos, reunión de la que no existe acta ni constancia para contraponer a las cintas ahora descubiertas. Lo que nunca sabremos es si Rajoy mintió descaradamente y a sabiendas, si lo hizo para salvarle el culo a un Álvarez Cascos muy desprestigiado por sus devaneos amorosos o bien el tozudo Ministro de Fomento le metió un gol en propia meta.

Ahora que el ventilador agita la verdad y la mierda en su dirección los muchachos de la gaviota se sienten heridos y amenazan a los socialdemócratas con dar vuelta al ventilador y resucitar el viejo lema de “paro, despilfarro y corrupción”. Yo les aconsejaría sumo cuidado y que se dieran una vuelta por la Comunidad Valenciana donde la corrupción está aflorando cada día que hasta sus socios en la UE les dan la espalda o que miraran bien en los bolsillos de su portavoz en el Congreso que hace unos años quería ser el Juan Guerra de las comisiones y ganar dinero, mucho dinero amigo Boro.

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