Hablábamos en la anterior entrega de la ausencia de transparencia en el Opus Dei, que le ha llevado siempre a ocultar sus Estatutos, como expresión típica de su carácter de secta.
En la era de Internet es un empeño vano actuar con secreteo, sobre todo en una institución de la Iglesia Católica que está abocada a actuar con transparencia, si no quiere causar daño a la Iglesia y a si misma.
Por eso, desde hace ya bastantes años, ha terminado ocurriendo algo normal en las sociedades pluralistas: Un grupo cada vez más numeroso de ex miembros del Opus Dei viene actuando en una página de Internet llamada OpusLibros, en la que muchos van vertiendo lo que en el Opus Dei se oculta, entre otras cosas, los Estatutos del Opus Dei.
Pero no solo los Estatutos, sino otros escritos normativos, pues en el Opus Dei se da una característica más, típica de las sectas: La existencia de "normas internas" no escritas y no promulgadas, al margen de los Estatutos, que se presentan a los miembros de la institución como disposiciones de carácter normativo, con las que se les controla en aspectos que sería ilegítimo controlarlos desde unas normas transparentes como los Estatutos. Es decir, son normas desconocidas para el público, pero ejecutivas para los miembros, sobre todo si estos mayoritariamente desconocen lo que es una norma en sentido jurídico o no han leído a Santo Tomás de Aquino cuando define qué es una norma jurídica.
Estas "normas" se van administrando poco a poco, a modo "iniciático", como en las sectas gnósticas de los primeros tiempos de la Iglesia, hasta que los miembros las incorporan plenamente a sus vidas, como auténticos "iniciados" en ese "camino".
En el Opus Dei esto se expresa diciendo que tal miembro "tiene bien cogido el espíritu del Opus Dei", es decir, que ha llegado a un nivel importante de compromiso con la organización, hasta el punto de que ha llegado a identificarse con ella, a "ser Opus Dei", como ellos mismos se expresan, olvidando que lo que llevó a los miembros del Opus Dei a pertenecer a esta institución fue el amor a Cristo y el deseo de llevarlo a cabo de un modo concreto, pero no a terminar sustituyendo la entrega a Cristo por la "entrega a la Obra", o a hacer prevalecer el grupo sobre la persona.
En dicha normativa interna del Opus Dei, está regulado absolutamente todo. Cada tema es desarrollado en un libro en el que se contienen absolutamente todos los pormenores de lo que en él se trata.
Por poner algunos ejemplos, hay volúmenes sobre las siguientes cuestiones: Ratio Institutionis (Plan de formación), Catecismo del Opus Dei, Reglamento Interno de la Administración (en el Opus Dei llaman "Administración" a lo que el resto de los mortales entendemos "el servicio doméstico", en este caso formado exclusivamente por mujeres, casi todas del Opus Dei), Vademecum de sacerdotes, Vademecum del apostolado de la opinión pública, Glosas sobre la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, Del Espíritu y Costumbres del Opus Dei, Ceremonial del Opus Dei, Experiencias sobre el modo de llevar "charlas fraternas" de dirección espiritual, Vademecum del gobierno local, Experiencias de labores apostólicas, Experiencias de los encargados de grupo, Programa de formación inicial, Instrucción sobre el modo de hacer proselitismo, Instrucción para los directores, etc.
Estos documentos, ocultados selectivamente por los directores del Opus Dei, y muchos escritos más, es lo que empezó a difundir OpusLibros hace ya casi dos décadas.
En el documento interno del Opus Dei cr5038/2012 de 3 de abril ( http://opuslibros.org/html/cr5038_12.htm ), emitido por la Comisión Regional del Opus Dei de España para todos los miembros del Opus Dei de este país, se alertó acerca de la página web OpusLibros y se vino a decir que, en definitiva, se trataba de pobre gente resentida, ex miembros del Opus Dei que no habían sabido encajar su fracaso. No se les dio importancia.
Sin embargo, lo cierto es que esa alerta significaba justo lo contrario, ya que OpusLibros empezaba a ser algo muy preocupante para los directores del Opus Dei porque llevaba ya diez años sacando a la luz lo que estos pretendían ocultar.
En la era de Internet, las prácticas sectarias del Opus Dei se empezaban a hacer difíciles, porque aunque los directores empezaron a cortar Internet en los centros de la prelatura a partir de las 11 de la noche, cualquiera puede actualmente conectar con la página OpusLibros mediante la tarifa de datos de su ipad o de su móvil, y no digamos en el caso de los supernumerarios, que no viven en centros, y que por tanto, son más difíciles de controlar.
La censura del Opus Dei a la información no dirigida desde arriba es, hoy día, prácticamente imposible; es un mar desbordado. El problema para ellos es que no se han dado cuenta del mundo en que vivimos.
A la postre, habría que responder a los directores del Opus Dei con las mismas palabras que pronunciara el fundador, en el sentido de que "hay que oír las dos campanas, y saber incluso quién es el campanero", recogidas en la primera biografía que se publicó sobre él, poco tiempo después de morir, cuyo autor fue Salvador Bernal, miembro numerario.
La página web OpusLibros es, simplemente, la otra campana. Solo quien sea alma sectaria se negará de antemano a oírla.
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