Empiezo con una explicación previa. Desde hace tres días estoy haciendo el Camino de Santiago. Los tres primeros días no he tenido wifi, y me las he apañado como he podido para enviarle puntualmente al redactor jefe de este periódico mi artículo diario. Lo he hecho mediante un enlace desde dropbox a través del móvil.
El hecho es que los anteriores artículos han llegado y se han publicado. Ahora bien, no se cómo se las habrá apañado el redactor jefe para incluirlos. Quizá haya tenido algún problema tecnológico o simplemente un despiste. El hecho es que el artículo 28 apareció teniéndole a él por autor, y ello ha suscitado dos comentarios que quiero aclarar. Dichos comentarios sostienen que, o bien la redacción hace suyo mi artículo 28, o que he recibido alguna represalia por mi osadía de opinar de modo crítico sobre el Opus Dei.
Debo decir, que tal y como quedé con el redactor jefe previamente a la publicación de tales artículos, todos ellos me tienen a mí por autor, y por tanto, me responsabilizo de ellos a todos los efectos, como no podía ser de otro modo. Además, ni he sido represaliado por nadie del Opus Dei como consecuencia de estos artículos, ni se si desde la redacción coinciden con mis ideas, porque ni yo se lo he preguntado ni ellos me han dicho nada. Entre la redacción y yo lo único que hay es respeto a las ideas mutuas y cordialidad, pues yo estoy encantado de que me publiquen todo lo que les envío y ellos de momento no han manifestado nada en contra.
Hecha esta aclaración, advierto que no es fácil publicar a la vez que se hace el Camino de Santiago, pero al menos hasta ahora, estamos en ello.
Enlazando con las desviaciones de la santidad que denuncia el Papa en su reciente exhortación, se puede ver que uno de los problemas del Opus Dei es su falta de objetividad al pretender que los demás tengan la misma visión que tienen ellos de sí mismos.
Leí hace años un libro de José María de Areilza que me gustó mucho. Se titula "Así los he visto". Es un libro de pequeñas biografías o semblanzas sobre personajes relevantes, de todo tipo de signos, principalmente políticos; españoles y extranjeros, que él conoció y trató personalmente. Me pareció un buen libro, libre de prejuicios y de miedos a tópicos sobre esos personajes. Sin caer en ingenuidades, los personajes tratados quedan bien. Pero sobre todo, lo que me gustó del libro es que el autor no pretende juzgar ni pontificar, sino simplemente dar su visión personal de los protagonistas. El libro tiene bien escogido el título. En vez de llamarse "Así son", tiene por título "Así los he visto". Es un título más humilde, y por tanto, más real, si atendemos a Santa Teresa, cuando decía que “la humildad es la verdad”.
El libro, además de un buen retrato de los personajes tratados, quizá sin él pretenderlo, es un buen retrato del autor; también es muy sugerente acerca de todo lo que vengo diciendo, porque, efectivamente, puede ser importante cómo nos vemos a nosotros mismos, pero no es nada desdeñable fijarse en "cómo nos ven" los demás. Esto es algo que interesaba incluso al mismísimo Jesucristo, cuando, hablando con sus discípulos, y tras oír qué es lo que se decía de Él, les interpela y les pregunta: "¿Y vosotros quien decís que soy yo?".
Escuchar es muy importante, no para ser acomodaticios, sino para examinar si el mensaje que pretendemos transmitir, llega como pretendemos que llegue. Voy a poner sobre esto dos ejemplos. El primero es de una página web que hace tiempo encontré por casualidad. Es un blog de un tipo, probablemente ateo o agnóstico, para quien la religión y la secta son prácticamente lo mismo. Este señor se ha tomado la molestia de poner en su blog un elenco multitudinario de religiones y sectas, todas mezcladas y sin orden, ni siquiera alfabético, con un pequeño comentario de lo que es cada una de ellas desde su punto de vista. ( http://incredulos-reunidos.blogspot.com.es/ ). Para muchas personas, este trabajo podrá ser considerado como irrelevante, y más viniendo de un tipo que probablemente no parece interesado a nivel personal en practicar nada que suene a religión. Sin embargo, todos los puntos de vista son importantes. Es importante leer lo que dice del Opus Dei un ateo perdido en la nube virtual, entre otras cosas porque en este mundo hay muchos ateos y no nos viene mal, a quienes creemos en Dios, entender a los ateos para ver si hay algo que hemos hecho mal y es causa del ateísmo de otros. A los del Opus Dei debería interesarles esto, porque se trata de "cómo les ven"
Dentro del blog mencionado, que parece estar elaborado en 2010, recojo el comentario que este señor dedica al Opus Dei y que es el siguiente:
"OPUS DEI.- organización de fieles católicos fundada en 1928 en Madrid por el clérigo J.M. Escribá de Balaguer. Su objetivo principal es devolver a la Iglesia Católica su puesto central en la sociedad, como en la época medieval. Sus miembros –que se dividen en dos clases: solteros y casados– se someten a un rito de iniciación secreto. Se jura obediencia al prelado general y a "otras personas autorizadas de la prelatura".
Una vez introducidos deben someterse a lo que se conoce como "normas formativas", una forma de condicionamiento mental. Ellas incluyen el informe semanal a un "director" que tiene derecho a supervisar todas sus actividades personales y profesionales. Confesarse una vez a la semana con un sacerdote del Opus Dei es prescriptivo.
Los solteros consagrados deben llevar cilicios regularmente – un objeto punzante metálico, usado por las comunidades católicas en la Edad Media– y practicar la autoflagelación.
A los miembros casados se les estimula para que sus hijos asistan a las escuelas del Opus Dei. Las escuelas sirven como centros de reclutamiento.
Aunque algunos de sus socios pertenecen a la clase obrera, la organización en su conjunto es muy elitista y está organizada sobre bases jerárquicas muy severas. Debido a que constituyen un grupo cerrado y disciplinado guiado por una ideología autoritaria, los estrategas del Opus Dei han cosechado grandes éxitos en el Vaticano. Estuvo estrechamente ligado a la política de la España de Franco. Cuentan con grandes recursos (universidades, escuelas, escuelas empresariales, residencias). Son aproximadamente unos 70.000. En el frente seglar, el Opus Dei está bien representado en toda América Latina, en donde se ha introducido en todos los ámbitos militares y financieros. Por ejemplo en Perú, el Opus Dei ha creado una coalición de empresarios, banqueros y políticos que dieron su apoyo al presidente Alberto Fujimori. España, Italia, Francia, Alemania, EE.UU. Perú, Chile, Argentina".
Como puede verse, aparte de que quizá adolezca de una falta de precisión terminológica, normal en quien ve la religión "desde fuera", el comentario es certero y exacto, y se ve claro que no está hecho con animadversión apasionada, sino con frialdad y afan de objetividad.
El otro ejemplo al que me quería referir tiene por origen la conversación reciente con un amigo mío. Es un tipo sencillo, no especialmente intelectual. Digamos, un tipo normal, como la mayoría de los españoles.
Resulta que su mujer fue invitada a hacer un retiro a una casa de convivencias del Opus Dei, y él fue a recogerla a la hora en que dicho retiro terminó. La directora del servicio doméstico de esa residencia les invitó a él y a su mujer, después de concluido el retiro, para que vieran las cocinas de la residencia.
Cuando mi amigo me contaba esto, me lo refirió diciéndome que "la madre superiora" les invitó a ver la zona de cocinas, etc. Como se puede imaginar el lector, mi amigo no está para sutilezas iuscanonísticas, por lo cual, no me pareció adecuado puntualizarle que el Opus Dei no es una congregación religiosa, y por tanto, las mujeres del Opus Dei no son "madres superioras" de nada. No le dije nada; me pareció que si le hacía esa puntualización, sería una pedantería por mi parte y le ampliaría su confusión. Preferí dejarlo todo como estaba.
De todas formas, me pareció interesantísimo su comentario, porque expresaba sinceramente "cómo les ha visto él". Ellas serán lo que quieran ser, pero no menos importante es "cómo les ven". Yo me pregunté por dentro: ¿Qué habrá visto este amigo mío en esas mujeres para que a la directora del servicio doméstico de esa residencia la haya visto como "la madre superiora"?
Pensando en este suceso, y al hilo de lo que vengoescribiendo estos días, caigo en la cuenta de una cuestión: Después de casi 90 años de existencia, la mayoría de la gente no sabe exactamente qué es el Opus Dei. Después de tanto galimatías jurídico, ni siquiera la mayoría de la gente del Opus Dei sabe explicar correctamente con un mínimo de rigor lo que es el Opus Dei.
¿No tendrán en esto algo de culpa los propios miembros? Primero una pía unión, luego un instituto secular, luego una prelatura...
Y todo esto, cuando nadie sabe qué es una prelatura. Y los que tienen algo de idea, en muchos casos confunden las prelaturas personales con las prelaturas nullius dioecesis. Si a esto añadimos la confusión alimentada por el propio Opus Dei, de considerar a las prelaturas personales como parte de la estructura jerárquica de la Iglesia, rotundamente desmentido después por el propio Papa, llega un momento en el que nadie sabe qué es realmente el Opus Dei.
En reciente publicación de la oficina de información del Opus Dei en España, a la vista de los recientes documentos mencionados, ya no se atreven a considerarse parte de la estructura jerárquica de la Iglesia y se definen como "una institución pastoral de la Iglesia Católica". Incluso ya no se atreven a comenzar diciendo que son prelatura personal porque son conscientes del embrollo creado por ellos mismos. Claramente se han ganado a pulso esa confusión ante la que ya no es extraño que a las directoras del Opus Dei se las confunda con madres superioras.
Me parece de gran interés una apreciación de Alberto Moncada, ex-miembro del Opus Dei, buen intelectual, catedrático de derecho administrativo y sociólogo, que en su libro "El Opus Dei, una interpretación", dice algo que me parece de gran interés sobre lo que tocamos ahora:
"En la mayoría de los fenómenos religiosos, los interesados suelen afirmar que solo pueden entenderlos quienes participan del credo respectivo. Ello puede ser cierto en términos doctrinales, a tenor de la mayor o menor familiaridad del crítico con las intimidades esotéricas del fenómeno. Pero deja de serlo cuando se trata de analizar comportamientos".
Esto es exactamente lo que le pasa a la gente del Opus Dei: Piensan que los demás "entienden" o "no entienden" lo que es el Opus Dei, mientras que ellos mismos "saben" lo que es. Creen que el conocimiento del Opus Dei es una cuestión puramente teórica o doctrinal, y como ellos poseen toda la doctrina sobre la institución (hemos visto que incluso esto no es cierto), ellos "saben" y los demás, a lo sumo "entienden". Piensan en el Opus Dei como si se tratase de un teorema de matemáticas. Se olvidan de esas palabras del Señor: "Por sus frutos los conoceréis".
En un comentario que un lector me hizo acerca de uno de mis anteriores artículos, tocaba el tema de Dan Brown y el Codigo da Vinci y lo ponía como ejemplo de lo que es no tener ni idea de lo que es el Opus Dei.
No he leído ese libro pero sí lo que ha dicho su propio autor acerca del mismo. El Código da Vinci es simplemente un divertimento de Dan Brown, aficionado desde niño a los códigos secretos, que en un momento determinado decidió pasar un rato entretenido escribiendo su primera novela sobre códigos secretos. En dicha novela, es decir, en dicho divertimento, como parte del “thriller”, decidió meter en escena al Opus Dei basándose en algunas cosas que él conocía sobre la institución, las cuales, no serán exactas, pero tampoco son mentira. Tienen buena parte de verdad. Y sobre todo, contienen la visión del Opus Dei que "él ha visto", y por tanto, la que le han ofrecido desde el Opus Dei, queriéndolo o sin querer.
¿Qué es lo que ha llevado a Dan Brown a tener esa visión del Opus Dei? No lo se, pero presiento que no han sido los textos doctrinales que le hayan podido facilitar miembros del Opus Dei, sino el comportamiento que él haya visto en miembros del Opus Dei. Presiento que el análisis que hizo Alberto Moncada bastantes años atrás, se ha visto materializado en el Código da Vinci de Dan Brown.
No se trata de autoculparse siempre y de todo, pero sí de tener cierta autocrítica, suficiente como para entender que si otros nos ven de una determinada manera, es muy posible que nosotros, voluntariamente o no, hemos contribuido a esa visión. Y el modo como otros nos ven, forma parte de lo que somos, porque se trata de nuestro comportamiento, de los "hechos" de nuestra vida.
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