Los chefs españoles: Quique Dacosta, Blanca y Samuel Moreno, Verónica García, Luisa Lorenzo, María Malvar, Mar Suau, Angel Miguélez, Mario Sandoval, Juan Mari y Elena Arzak y Xavier Rocas se han unido y movilizado para luchar contra la pesca eléctrica.
Los chefs miembros de la asociación Relais & Châteaux, invitados por el chef Christopher Coutanceau, se movilizaron el pasado mes de enero, junto a la asociación BLOOM en contra de la pesca eléctrica. Hoy, vuelven a alzar su voz. A ellos se han unido los miembros de la asociación "Euro-Toques", que cuenta con 300 miembros en Francia.
El mensaje promovido por los chefs; "Nos negamos a trabajar con productos pesqueros que condenan nuestro futuro y el del océano. Con los pescadores artesanales y de pesca recreativa, son decenas de comercios que desaparecerán, así como nuestra cultura y patrimonio”, ampliamente difundido por los medios de comunicación en más de 25 países de todo el mundo, contribuyó y reforzó la exitosa campaña de BLOOM y de los pescadores artesanales hacia los eurodiputados. El 16 de enero de 2018, el Parlamento Europeo votó en gran mayoría a favor de la prohibición total y definitiva de la pesca eléctrica en Europa (402 votos contra 232).
Lamentablemente, a pesar de este claro voto del Parlamento Europeo a favor de la prohibición y la revelación de nuevos escándalos en un expediente ya controvertido, las negociaciones europeas entre la Comisión, el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento están avanzando, con el consentimiento implícito de Francia, hacia la inaceptable autorización de la electrocución de la vida marina.
Ante esta urgencia, y en un contexto de mayor conciencia sobre nuestra desastrosa trayectoria ecológica, los chefs están ampliando y reiterando su llamada a los ciudadanos e instituciones. Piden que las políticas públicas dejen de contribuir a la destrucción del medio ambiente y, aun peor, de las mejores prácticas de pesca, ya que la pesca eléctrica conduce a quiebras masivas de pescadores artesanales alrededor del Mar del Norte.
Después de meses de inercia, y bajo la presión de la opinión pública, Francia acabo por oponerse oficialmente a la pesca eléctrica, pero en lugar de usar su potencia diplomática para formar una mayoría de Estados miembros en contra de esta técnica bárbara, dejó que Holanda continuara practicándola, ya que sus destructivas flotas industriales están muy movilizadas.
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