A muchos nos ha pasado, que nos vimos sorprendidos al conocer la petición de Vox en Andalucía referida a la derogación de las leyes de igualdad de género para apoyar un gobierno de PP y Ciudadanos.
A mí no me sorprendió tanto ver a Pablo Casado ceder diciendo que una de cada cuatro personas maltratadas o víctimas de violencia familiar no es mujer, que la violencia se ejerce contra los vulnerables, niños y ancianos (en masculino) también. Y que incluso está dispuesto el PP a conceder ayudas a los hombres víctimas de violencia (sea la que sea, supongo) con tal de que Vox apoye a Juanma Moreno para la presidencia de la Junta.
Gran número de jóvenes, indocumentados y no tanto, se suman a la nueva política de derechas por lo atractivo que es una sociedad asentada en el patriarcado. El niño de azul y la niña de rosa, dijo la ministra de La Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil, Damares Alves. Y el gobierno de Bolsonaro se autocalifica de "nueva era". Quieren decir que es lo que nos espera, y que la ola avanza tanto en América como en Europa.
Se comprueba una vez más la teoría feminista consistente en que el movimiento por los derechos de las mujeres da un paso adelante y dos o tres hacia atrás a lo largo de la historia. El vaivén se repite y estamos en un intento de retroceso claro, pero ¿dejaremos que ocurra?
Días a atrás se publicaron artículos de opinión sobre el vacío del centro político. Se argumentaba que las ideas se extremaban y las derechas y las izquierdas se aclaraban más que en décadas pasadas. Las elecciones, sin embargo, se ganan con una política de centro, en la que se vea reflejado el mayor número de votantes. En España parece que el centro no interesa o que de él huyen las ideologías. Por eso me sorprendió favorablemente Ciudadanos y en concreto el secretario general, José Manuel Villegas, cuando dijo de forma tajante: "no hay un problema de violencia hacia los hombres", en respuesta a la petición de Vox de derogar las leyes por la igualdad de género y contra la violencia que sufren las mujeres.
Ciudadanos se va tener que estirar como un chicle si quiere dar respuesta a las peticiones que de ellos van hacer los partidos de la izquierda y de la derecha. Es posible que aun así crezca esta organización, porque lo razonable se tiene que imponer a la larga, pero de momento, los que están de moda son Vox y el Partido Popular de Pablo Casado. Estos tienen que llegar a un acuerdo como sea en Andalucía para hacer historia, esto es: echar a los socialistas después de casi 40 años en el poder.
Debe ser importante conseguir la igualdad de género porque se ha convertido en tema central para formar gobierno en Andalucía. No era una cuestión baladí, como sugerían los mismos que reclaman ahora el presupuesto para otras hipotéticas necesidades sociales.
Además de las palabras, tenemos que poner atención a los gestos de los políticos que quieren volver a la España de la dictadura de Franco. Son nostálgicos de una era, de un ideal masculino, que era el centro de la sociedad. No encontraron su sitio en la democracia. Quizá los más jóvenes no conocen este estilo que consiste en que debe tener el poder el más fuerte, no el que sabe ceder y consensuar.
El órdago de Vox y la respuesta del PP parece un tira y afloja entre grupos de la misma ideología, pero mientras debaten atraen a votantes y se llevan consigo el momento político, al tiempo que las mujeres siguen siendo asesinadas en nombre del machismo.
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