“En los fragmentos de ADN mitocondrial de Diego Colón que hemos podido analizar hay una identidad absoluta, lo cual es propio de una relación maternofilial, es decir de dos hermanos”. Y así acaba una de las polémicas más interesantes de la actualidad entre investigadores de la historia. Las palabras son de José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, encargado de descifrar si los restos humanos de la catedral de Sevilla son los de Cristóbal Colón.
En una conferencia, pronunciada la semana pasada en la Fundación Juan March, Lorente sentenció que se podía afirmar el parentesco entre los restos de Diego y Cristóbal: hermanos. Ahora, este investigador, pretende descifrar otro de los entuertos más polémicos: el origen del descubridor de América. Pero Lorente también dejó claro otra cosa. El estudio que su equipo de la universidad granadina está llevando a cabo ha dejado claro que los restos conservados en Sevilla son de Cristóbal Colón, pero no todos los restos del navegante están en Sevilla. Así pues, podría ser, según Lorente, que los restos expuestos en República Dominicana también fueran de Cristóbal. ¿Permitirán las autoridades correspondientes del país americano una investigación científica de los restos que guardan? En dos ocasiones aceptaron un estudio detallado y en dos ocasiones anularon el proceso antes de iniciarlo.
Lorente quiere ir más allá. En Cataluña, Baleares y Génova se están recogiendo muestras de ADN para poder descubrir el origen familiar del almirante Colón. Se sospecha que el origen de la familia de Cristóbal podría estar en alguno de estos tres lugares, como han defendido diversos historiadores a lo largo de la densa historiografía sobre la vida de Cristóbal Colón, y con las muestras de ADN (estudiando el cromosoma Y, que se transmite de padres a hijos) –de personas con el apellido Colón, Colom, Colombo o Colonne-, se pretende llegar hasta la familia directa del aventurero. En cualquier caso, este nuevo reto que ya está en marcha, tardará probablemente varios años, según Lorente, hasta poder dar una conclusión científicamente aceptable.
La polémica siempre ha acompañado a todos los estudios que se han realizado sobre la vida de Cristóbal Colón. Jordi Billbeny, historiador catalán, asegura y defiende la idea de que Cristóbal Colón fue un corsario catalán que batalló contra Juan II, padre de Fernando el Católico, y de familia noble. Contradiciendo la tesis más extendida, y de momento más aceptada, que mantiene el origen genovés de Cristóbal y de familia humilde. Billbeny –subvencionado suculentamente por los diferentes gobiernos autonómicos de la Generalidad-, por otro lado, no deja de sorprendernos y hace pocas semanas publicó un estudio asegurando que Miguel de Cervantes había sido, también, catalán.
Otro estudio polémico e interesante sobre el origen del navegante Colón lo firmó Manuel Ayllón, escritor y arquitecto madrileño, en su libro ‘Yo, Fernando de Aragón, el único rey de las españas’. Ayllón defiende que Colón era sobrino del esposo de Isabel la Católica, teoría ya defendida tiempo atrás por otros historiadores, y por lo tanto hijo ilegítimo de la judía Magdalena Colón, rica dama de Palma de Mallorca, y de Carlos, el hermano de Fernando el Católico.
Estando así las cosas, sigo pensando que muy probablemente nos quedaremos sin saber el origen familiar de Cristóbal Colón. Al menos de momento. La historia continúa.
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