En unos tiempos, particular y generalmente, tan oscuros como los que corren actualmente, el atletismo español está tardando en hacerle un homenaje como Dios manda a Ruth Beitia. La mejor saltadora de altura en la historia de nuestro atletismo es la baza que nunca te decepciona; y en el tramo final de su carrera está consiguiendo destapar lo mejor del tarro de sus esencias.
Ruth cumplirá el próximo 1 de abril 34 años, y desde la retirada de “Superman” Manolo Martínez ejerce de capitana del equipo nacional español allá donde hay que dar el callo. En un principio tenía pensado retirarse –al menos de la alta competición- después de los JJOO de Londres; pero se ve que, por fortuna, se lo ha pensado mejor.
El compromiso, el “gusanillo”… o el hecho de que 2012 fuera el mejor año de su carrera con diferencia –campeona europea al aire libre y cuarta en la cita olímpica- le hizo reflexionar; y para empezar, la plusmarquista nacional -2,02- ha podido lograr un nuevo éxito en el primer gran campeonato de 2013.
Después de ganar el pasado verano en Helsinki, en Londres se le escapó la medalla olímpica por muy poco. El penúltimo día, Ruth compitió magistralmente bien, pero un salto “in extremis” de la norteamericana Brigetta Barrett sobre 2,03 le dejó con la miel en los labios pese a su gran 2,01. Pero ayer, en la cita cubierta de Goteborg, se resarció en parte con su segundo oro continental, el primero “indoor”.
Optimismo y sencillez, su esencia vital
Aunque lo mejor de ella no son las medallas que está consiguiendo últimamente, sino su capacidad de compromiso –más allá de los resultados, es la primera en "dar el callo"- de la que siempre ha hecho gala, especialmente desde que está al frente del combinado nacional. Y también su simpatía.
No la conozco personalmente, pero no me hace falta para poder afirmarlo: sus hechos le delatan. Siempre –llueva, truene o salga el sol, metafóricamente hablando- dispuesta a atender a los medios con esa sencillez y ese optimismo que le caracteriza, al escucharla es inevitable ponerte de buen humor, aunque tan solo sea por un rato.
El atletismo de élite en España hace años que, por unas y otras razones –que a nadie se le escapan-, está más allá que acá; pero con jóvenes como, por ejemplo, los “ochocentistas” sevillanos Kevin López y Luis Alberto Marco; con veteranos incombustibles como Higuero; y con una capitana de la –físicamente enorme, 1,92 más concretamente- talla de Ruth Beitia –dure lo que dure, aunque ya no sea mucho más-, igual no todo está perdido. Ojalá.
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