Dioniso dios del vino y de la vegetación, enseño a los mortales la vid y cómo hacer vino. De acuerdo con la tradición, el hijo de Júpiter en la mitología griega, moría cada invierno y renacía en la primavera.
Y este renacimiento cíclico es el que se produce todos los años en los excelentes pagos del Somontano, donde renovación, sabiduría y buen hacer originan unos vinos cada vez más valorados en el mundo.
“La vendimia se realizó manualmente y trasportada en pequeñas cajas. En bodega se efectuó una selección exhaustiva de uvas. Tras la fermentación, controlada en temperatura, maceración y meloláctica los vinos se pasaron a barricas nuevas de roble francés de Allier, procedentes de cuatro tonelerías diferentes. Terminado el proceso de crianza, el vino fue embotellado”. Afirma el enólogo Enrique Castells.
La cata
Color guinda picota profundo. Aromas de fruta negra madura, tonos balsámicos y un grácil fondo especiado. En boca se muestra denso, carnoso, con estructura tánica y gran cuerpo. Un final permanente largo con reminiscencias de tostados y tabaco. Perfecto para acompañar menestras de los valles del Pirineo, asados a la leña, carnes rojas, platos de caza y quesos curados.
Ficha técnica
Variedades: Cabernet sauvignon, Merlot, Syrah Parraleta, Garnacha Temperatura de consumo: 16-18º C.
Grado alcohólico: 15%
Precio: 18 euros
Calificación: 92