El F.C. Barcelona será el representante del balonmano español en la “Final Four” de la Liga de Campeones 2012-2013, que un año más se jugará en la ciudad alemana de Colonia (1 y 2 de junio). Los barcelonistas, ausentes hace un año, vuelven a estar entre los cuatro mejores de Europa para luchar por su noveno título de la competición, segundo que lograrían con el formato clásico por excelencia de la fase final de la NCAA y de la Euroliga de baloncesto. Los clásicos Kiel y Hamburgo, y el Kielce polaco serán sus rivales.
La otra cara fue la del BM Atlético de Madrid, que no pudo repetir la gesta de octavos de final en Berlín, y que vio cómo el Barça le remontaba el sábado en el Palau los cinco goles que los colchoneros habían obtenido en Vistalegre siete días antes. Una entidad, la de Domingo Díaz de Mera, que faltará por vez primera a una “Final Four”, ya que desde la inclusión en 2010 de este formato siempre había estado presente, bien como BM Ciudad Real o como Atlético.
Y aquí es donde comienza la controversia, ya que algunos medios de comunicación –no sólo de prensa escrita y digital- no han dudado en señalar a los colegiados del partido como poco menos que principales responsables –casi únicos- de la remontada azulgrana, por la tremenda permisividad defensiva que brindaron a los de Xavi Pascual “Pasqui”.
Debo decir ante todo que no he visto el partido. Tanto mi presencia el mismo sábado en el encuentro benéfico de baloncesto celebrado en Sevilla, como el hecho de que RTVE –que tan diligente estuvo a la hora de colocar el choque de ida a disposición de todos- aún no lo haya colgado en su web (19:25 del lunes 29 de abril) han posibilitado que todavía no haya podido tener la ocasión de comprobar por mí mismo que todo lo que he leído y escuchado sea rigurosamente cierto.
Pero hay un factor que, conociendo a su protagonista, me hace dudar bastante del tema, respetando a los compañeros encargados de realizar las crónicas antes aludidas. No es que no me crea lo de la permisividad arbitral –uno, que no es tonto, conoce sobradamente cómo se arbitra en el balonmano internacional-; pero si Talant Dujshebaev no dijo absolutamente nada del tema en la rueda de prensa post-partido, me es inevitable llegar a la conclusión de que lo que realmente acabó por decantar la balanza fueron las paradas de Daniel Saric y la tremenda motivación de unos jugadores que no dieron la talla en Madrid.
Todos sabemos perfectamente que el técnico del Atlético, excepcional ex jugador internacional con la URSS/CEI, Rusia y España, no es un tipo que se muerda la lengua precisamente a la hora de “rajar” de los arbitrajes cuando considera que no le han sido favorables. Conocidas son sus denuncias, a veces reiteradas, de complots existentes en la EHF para beneficiar a clubes históricamente poderosos como el Kiel y el propio Barça; y que el sábado Talant comentara tajantemente que, sin excusa alguna por su parte, había ganado el mejor creo que es síntoma inequívoco de que el BM Atlético no quedó eliminado precisamente porque los árbitros, aun siendo -como casi siempre- caseros, “permitieran al Barça repartir estopa”, como llegué a escuchar literalmente esa misma noche en un –conocidísimo donde los haya- programa deportivo radiofónico.
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