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Sobre FAES y esquizofrenia

La foto de Aznar y Rajoy en los jardines de FAES pasará a las hemerotecas de la derecha como una obra maestra de las cloacas de la política
Abel Ros
lunes, 8 de julio de 2013, 10:40 h (CET)
La foto de Aznar y Rajoy en los jardines de FAES pasará, sin duda alguna, a las hemerotecas de la derecha como una obra maestra de las cloacas de la política. El baño de hipocresía entre el líder del “España va bien” – me refiero a José María - y el líder del “España va mejor”- en palabras de Rajoy – dejó, para el asombro de algunos, el titular esperado en las bolsas de la basura. La supuesta tensión entre el ex y su discípulo fue disimilada con maestría para evitar que el malestar interno de su partido incendiase, todavía más, al problema de Soto.

La Hispania dibujada por Rajoy y los suyos no es la misma que vislumbramos en el pergamino social los plebeyos de la izquierda. Con más de seis millones de parados sobre las tablas de la EPA – la estadística que nos compara con el resto de Europa – resulta irresponsable sacar pecho, en las FAES, con los datos del paro registrado. Los mismos datos que ponen en evidencia que miles de españoles han dejado de sellar en el INEM ante la ineficacia de este organismo en la gestión del empleo. Es precisamente esta caída de la institucionalización del desempleo, la que otorga oxígeno a la derecha para utilizar la demagogia como buque insignia de sus mentiras.

Mientras en el campus azul; las corbatas de la derecha se abrazan y brindan por sus irrisorios logros económicos, en el patio de Soto del Real, un señor llamado Bárcenas confiesa a Pedro J. Ramírez – director de El Mundo - la financiación irregular de su partido (el PP) durante sus tiempos de tesorero. Es precisamente este contraste entre el “España va mejor” de Mariano y las miserias destapadas por su empleado de Génova, las que envuelven a la foto de arriba – Aznar y Rajoy - en un marco de madera putrefacta al borde de las cenizas. La supuesta financiación irregular del partido por donaciones extralegales y los supuestos sobresueldos que muchos se han metido en sus bolsillos, gracias al “cerebrillo” de su partido – me refiero a Bárcenas – sitúa a la ética política de este partido en lo más hondo de sus vergüenzas.

La clausura del campus FAES – vendida por la Caverna como el producto bandera del verano – pone sobre los ojos de la crítica, la esquizofrenia padecida por el enfermo de la derecha. Mientras ellos vislumbran, en sus delirios transitorios, un julio del 2015 mejor que el presente – en palabras de Rajoy –, la inmensa mayoría de los cuerdos – la izquierda, claro está – ríen, en su sillón, las paridas que se vierten desde la sinrazón de la derecha. Una derecha, decía, que gobierna a su antojo sin respetar la promesa electoral que les llevó a la Moncloa. Esa misma derecha – la de siempre, la de toda la vida – es la que, bajo el influjo de sus visiones y voces imaginarias, es incapaz de ver y oír, entre los barrotes de Soto, al preso que la desnuda.

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