Una práctica muy utilizada por las diferentes administraciones estadounidenses a lo largo de las últimas décadas. Podemos decir que el precedente de todo fue la Guerra Fría, una situación de inseguridad frente al enemigo, un respeto inseguro. Los gobiernos de un lado y del otro infundieron a sus habitantes "la cultura del miedo". Crearon en ellos parámetros culturales sobre la base del miedo al enemigo, estar en constante vigilancia, y creer ser el objetivo continuo de ataques.
Hoy en día, 40 años después, la cultura del miedo se ha impuesto como alma mater de las agendas políticas de los gobiernos. Los gobiernos intentan controlar a la población mediante el miedo, llenando las televisiones de atracos, robos, asesinatos, violencia domestica, epidemias, sequías, plagas, cualquier excusa es buena para sembrar de pánico a la población. El estandarte de la “cultura del miedo” es, y no podía ser de otra manera, el terrorismo. La búsqueda de terroristas suicidas, los niveles naranja y rojo, la proliferación de informaciones por Internet hacen que la “cultura del miedo” no tenga fecha de caducidad y se plante encima de la mesa como la mejor opción a la hora de conseguir votos fácil y rápidamente.
¿Quién no ha pensado que Osama Bin Laden esta hace mucho tiempo muerto? Seguro que más de uno lo habrá pensado y con razón debido a su deteriorada salud y en las condiciones en las que parece vivir. Aunque esté muerto jamás lo sabremos con certeza y seguridad, siempre volverán a salir videos o grabaciones. Y ¿Por qué? Sencillamente porque interesa que Bin Laden no este muerto. Estando vivo, suben los niveles de riesgos nacionales y la población confía ciegamente en sus representantes, cediéndoles partidas presupuestarias incalculables para la lucha contra el terrorismo. Sin embargo sin Bin Laden, la población igual prefiere que se gaste un poco más de dinero de reconstruir Nueva Orleans en vez de tirar los millones en viajes al desierto.
Esta es la Cultura del miedo. Un estado de inseguridad continuo que no hace sino delegar en altas instancias todos los movimientos nacionales, convirtiendo la mal llamada democracia de algunos países en una tiranía sarcástica. "Contra más miedo tenga la población, más fácil será gobernar estos años" -- palabras de un alto mando de un país de bandera tricolor --.
Por otro lado, ha aparecido en algunos medios de comunicación la muerte de Osama Bin Laden, el líder de Al Qaeda y el hombre más buscado del mundo, según publicaba ayer el diario francés L'Est Republicain, que afirma haber tenido acceso a un documento de los servicios de inteligencia galos en el que se indica que, según el espionaje saudí, Bin Laden falleció en agosto de tifus en Pakistán. ¿Cuál creen que ha sido el posicionamiento de EE.UU. ante esta noticia? Incredulidad y desconfianza y, por supuesto, en ningún momento confirmarla. Al igual que EE.UU., Rusia, Francia y Alemania responden con la misma premisa, "no confirmamos".
Lo más triste de todo es que cada vez me doy más cuenta que este mundo sólo se basa en seguir pisándonos los unos a los otros, sometiendo a unos y siendo sometidos por otros; Y la “cultura del miedo” se perfila como la mejor correa de transmisión y control que han creado los gobiernos para con los ciudadanos.
Señores no olviden que el miedo siempre estará ahí, pero no podemos dejar que las mentiras nos quiten la vida.
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