Se atribuye a Groucho Marx haber dicho que deseaba que al morir, su cadáver sea incinerado y que el diez por ciento de sus cenizas sean vertidas sobre su representante. Una muestra de desprecio parecida por quien ejerce su representación fue la que pusieron de manifiesto los dirigentes y militantes del Partido Colorado en los últimos días.
Dicha nucleación política tiene previsto organizar el 10 de mayo un festejo del primer aniversario de su triunfo electoral del año pasado, que llevó a Horacio Cartes a la presidencia de la república. Atendiendo al descontento reinante en filas del partido, la misma presidenta de dicha asociación política fue desplazada y fue designado como principal organizador el vicepresidente de la república.
El descontento del partido colorado se había iniciado con la marginación de varios de sus exponentes por parte de la nueva administración, asumida en agosto pasado, y la aparición en importante secretarías de estado de personajes conocidos por su aversión al partido de gobierno. Uno de ellos, el actual ministro del Interior, fue objeto de duras críticas en esta semana debido a su impotencia ante los desmanes que ocasiona la guerrilla que actúa en las selvas del norte del país.
Los descontentos acusan a la presidenta del partido, Lilian Samaniego, de haber apañado las designaciones de varios ministros que además de ser cuestionados por haber militado en otras fuerzas políticas ajenas al partido gobernante, han demostrado escasa idoneidad para las funciones en las cuales han sido nombrados.
Paralelamente, la familia Samaniego acaparó importantes posiciones y prebendas aumentando el malestar.
Uno de los detonantes fue el nombramiento de Gustavo Samaniego como consejero de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). La designación fue desaprobada por el sector del presidente del Congreso Julio Velázquez, a quien se sumó el senador Juan Carlos Galaverna.
Todas las críticas apuntaban que resultaba poco ético el nombramiento del hermano de la presidenta del partido, Lilian Samaniego, como si fuera un cupo ganado por el clan familiar. Ello a pesar que la misma presidenta Samaniego se había mostrado partidaria de implementar los concursos públicos para acceder a los cargos vacantes de las instituciones públicas, para transparentar la administración pública.
El diputado Óscar Tuma señaló a su vez que el problema es que algunas veces el mismo apellido en diferentes funciones satura. Recordó que el hermano de la presidenta del partido fue impulsado como candidato a la intendencia de Asunción, y ahora más familiares aparecen en otros puestos prebendarios.
El malestar ya no se pudo disimular en el seno de la agrupación. Aunque la designación de Afara como organizador principal se pretende lograr la unidad partidaria, de modo a que haya gran concurrencia en el acto del 10 de mayo, el enroque no parece haber mejorado los ánimos en varios sectores.
El acto del 10 de mayo, que se realizará en frente del Congreso Nacional, pretende festejar con todos los adherentes colorados la vuelta al poder de la ANR, pero muchos dirigentes hoy amenazan con boicotear el acto. Por si fuera poco, varios influyentes legisladores piden evitar un evento festivo en momentos en que la sociedad se encuentra fuertemente conmocionada por una ola de acciones guerrilleras.
En ese contexto, los diputados nacionales Dany Durand, Óscar Tuma, Víctor González, Fernando Ortellado, Enrique Pereira y Del Pilar Medina solicitaron a la presidenta de la ANR, Lilian Samaniego, suspender la fiesta que se prevé realizar por la vuelta al poder del partido.
Los legisladores llaman ponerse en la piel de la familia de Arlan Fick, actualmente rehén de la guerrilla, y de todos los paraguayos de bien quienes sienten un inmenso dolor y angustia ante esta tremenda adversidad que aún no ha podido ser resuelta.
El pedido pone al clan Samaniego en la cuerda floja, dado que nadie ignora que la presencia de un ministro ajeno al partido de gobierno, cuya gestión en la cartera del Interior está evidenciando su fracaso, los expone a ser cómplices de nombramientos inoportunos donde lo poco serio no tiene lugar.
Ya decía un viejo y sabio adagio, sólo los necios confunden la carga de su estulticia con el peso de la responsabilidad.
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