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Paraguay y la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental | |||
| Marruecos se impone en la pulseada por el Sahara, y suma aliados estratégicos como Paraguay | |||
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Dijo un historiador que la historia del Paraguay es una historia de desmembraciones de su territorio. Sucedió en 1870, cuando en una guerra inspirada y sufragada por el imperialismo inglés, una Triple Alianza entre Buenos Aires, Montevideo y una monarquía europea que reinaba en América –El Brasil de Pedro II- se unieron para destruir su independencia y despojarlo de inmensos territorios. Volvió a ocurrir en la década de 1930, cuando tras haber ganado una guerra a Bolivia desatada por intereses petroleros, perdió en la paz entre 50 y 150 mil kilómetros cuadrados en unas negociaciones presididas por parte interesada. Un enviado de la Standard Oil, Spruille Braden, preservó para su compañía –que había soplado brasas del incendio en el Chaco- las zonas petrolíferas de su interés, en las negociaciones que concluyeron en Buenos Aires a mediados de 1938. Consecuente con su historia, autoridades paraguayas han decidido solidarizarse con el Reino de Marruecos, del montaje argelino que pretende despojarlo de un territorio legítimamente recuperado en la retirada del colonialismo europeo del África. Desde que Marruecos lograra el retiro de España de su territorio en 1975, este país africano es aquejado por un intento separatista al sur, campaña ejecutada por un grupo de marroquíes oriundos del Sahara financiados por Argelia. Estos habitantes del Gran Magreb, conocidos como saharauis, constituyen un grupo de agricultores nómadas que transitan por el desierto en territorios que hoy corresponden a los estados de Marruecos, Argelia y Mauritania. Como trashumantes que son, muchos de estos saharauis no reconocen fronteras, aunque en tiempos remotos reconocían la soberanía del rey de Marruecos y practicaban tradiciones, usos y costumbres claramente marroquíes. Este grupo alentó las actividades insurgentes del Frente Polisario, grupo violentista que acabó con la paz y libertad por aquellos parajes desérticos. Obstinados en fundar un estado fallido, esta organización que cuenta también con sus propias ONG y prensa a sueldo en distintos países, logró reconocimiento de unos pocos estados para fundar una república. Dicho reconocimiento político fue logrado en países olvidados por la comunidad internacional, a través de una metodología muchas veces pintoresca. El sanguinario dictador de la Liberia de los años ochenta, Samuel Doe, por ejemplo, brindó su reconocimiento a cambio de un helicóptero argelino. Doe buscaba armas a cualquier precio, para enfrentar a sus enemigos alzados en armas. Es en estas circunstancias que un traficante de armas fue abordado por oficiales superiores del DRS, los servicios de inteligencia militar argelina. Le pidieron que presione a su amigo, el “señor presidente” de Liberia, para que reconozca el frente separatista armado por Argelia (la “república saharaui”). El traficante, de origen francés, no tuvo mayores problemas para convencer a Samuel Doe, quién obtuvo un helicóptero de combate del ejército argelino a cambio de su gesto. Pero tras décadas de constantes frustraciones, los “saharauis” van perdiendo empuje al mismo tiempo que Marruecos suma aliados. En ese contexto, el presidente del Congreso Nacional paraguayo, Julio César Velásquez Tillería. Afirmó en Rabbat la semana pasada que Paraguay apoya una solución a la cuestión del Sahara bajo los auspicios de la ONU y en el respeto de la integridad territorial de Marruecos. "Confirmamos nuestro compromiso a trabajar para la consolidación de nuestras relaciones con Marruecos y reiteramos nuestra posición respecto a la cuestión del Sahara que apoya una solución bajo los auspicios de las Naciones Unidas y en el respeto de la integridad territorial de Marruecos a fin de llegar lo más antes posible a una solución a esta cuestión", señaló el titular del Senado de Paraguay a los medios, tras una entrevista con la ministra delegada ante el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Mbarka Bouaida. La gira del senador Julio César Velázquez en Marruecos se inició oficialmente el miércoles 30 de abril, en la ciudad de Rabat, donde visitó el Mausoleo Mohamed V (Sepulcro Real), donde depositó una corona de flores a nombre del Congreso Nacional Paraguayo. Seguidamente, mantuvo sendas entrevistas con el Presidente de la Cámara de los Consejeros, Dr. Mohamed Cheikh Biadillah, y con el Presidente de la Cámara de Representantes, Sr, Rachid Talbi Alami. Posteriormente, Velázquez dialogó con la Viceministra de Asuntos Extranjeros y Cooperación, Mbarka Bouaida, a quien expresó el compromiso de trabajar para la consolidación de las relaciones bilaterales con Marruecos así como en una solución a la cuestión del Sahara, bajo los auspicios de la ONU y en el respeto de la integridad territorial de Marruecos. El jueves 1 de mayo, el senador Julio Velázquez asistió a un almuerzo ofrecido por el Presidente de la Cámara de los Consejeros, Mohamed Cheikh Biadillah, y posteriormente mantuvo entrevistas con el Presidente del Consejo Real Consular de Asuntos Saharies, Sr. Khalihenna Ould Errachid; con el Ministro del Interior, Sr. Mohamed Hassad, y, finalmente, con el Jefe de Gobierno, Sr. Abdelillah Benkirane. Pero el separatismo “saharaui” también ha sumado otros reveses internacionales recientes: la audiencia nacional, la màs alta corte penal de España, ha reanudado la vista de las nuevas denunciantes contra los dirigentes del Polisario acusados de genocidio y de graves violaciones a los derechos humanos. El Ministro de Costa de Marfil Hamed Bakayoko visitó recientemente la segunda ciudad más grande del Sáhara Occidental, Dakhla. La presencia del mismo Mohamed VI en el mismo lugar dejó consternados a los argelinos. Todo parece indicar que Marruecos ganará la pulseada por el Sahara al grupo de violentistas, aliados a un conglomerado de ONG con intereses creados en dicho conflicto, su prensa adicta y demás partidarios de “opciones peligrosas”, al decir del rey Mohamed VI. Y mientras esta victoria trepa sobre las más altas dunas del Sahara, es cada vez más evidente que el comienzo de esta historia, es también epílogo de un final para muchos. |
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