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Expresaiones religiosas en la lengua española

Pasar las de Caín, Con la iglesia hemos topado...
Francisco Cano Carmona
viernes, 4 de julio de 2014, 10:20 h (CET)
Continuando con la lista de expresiones en español y su origen, que ya tratáramos en un artículo anterior, pero procedentes del ámbito militar y conquistador de nuestro país, veamos algunas de las más peculiares y recitadas sobre la iglesia o la religión, que no ha carecido precisamente de importancia a lo largo de la historia de España.

Puede que por esta misma importancia haya legado al español un buen puñado de expresiones como las que se explican a continuación.

Llegar y besar el santo
Sin duda una de las que más problemas dan, quizá por haberse perdido en buena medida la tradición peregrina tanto en España como, en general, en Europa. No obstante, cualquiera que ponga un poco de atención es capaz de comprender su uso: llevar a cabo una empresa sin espera alguna y sin apenas dificultades.

Al parecer, esta expresión tiene su origen en las largas colas y eternas esperas que los caminantes debían soportar una vez que llegaban a la iglesia para poder besar y rezar al santo con el fin de pedir sus favores. Al largo y no precisamente seguro viaje de peregrinación que podía durar horas, días e incluso semanas, había pues que sumarle la tediosa cola para mostrar la devoción al santo.

Por eso, cuando alguien tiene mucha suerte o cree que la tendrá y que ésta le llegará rápidamente, se dice que “es llegar y besar el santo”.

Irse el santo al cielo
Expresión empleada para indicar que nos hemos olvidado de algo, que no nos hemos dado cuenta, o que por un momento nos hemos despistado.

Aunque el origen de esta expresión no está del todo claro, se le atribuye normalmente a un clérigo español que olvidó el nombre de un santo en medio de su sermón. Por más que rebuscaba en su memoria, no logró hallar el nombre del personaje y allí mismo, frente a sus fieles, admitió que “se le había ido el santo al Cielo”, que había desaparecido de su mente para reunirse con Dios todopoderoso.

Con la iglesia hemos topado
Sin duda alguna, la expresión que más ha cambiado desde que fuera pronunciada por el mismísimo Miguel de Cervantes a través de la boca de su caballero andante don Quijote de La Mancha.

Aunque en la actualidad se emplea para hacer referencia a un obstáculo, generalmente de tipo moral, que es el que acostumbraba a poner la Iglesia a los fieles para alejarlos del pecado, su origen era algo diferente y se encuentra, como ya hemos dicho, en la obra cervantina.

Resulta que cuando el caballero y su escudero llegaron a la aldea de El Toboso a buscar el castillo de la bella Dulcinea, toparon con la fachada de la iglesia del pueblo, algo completamente inesperado a lo que el caballero andante dijo “Mira, Sancho, con la iglesia hemos topado”.

Pasar las de Caín
Pasar muy mala racha o una etapa durísima de nuestras vidas. Ese es el significado de esta expresión que tiene su origen en el libro bíblico del Génesis.

Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Edén, tuvieron dos hijos: Caín y Abel. Este último era el favorito de Dios por su trabajo, su pureza de corazón y por las ofrendas realizadas al Altísimo; razón por la que Caín se vio consumido por la envidia y el odio hasta que no pudo más y cometió el primer fratricidio de la historia. Asimismo, además del mal de envidia, tuvo que soportar ser desterrado de la tierra de sus padres por Dios y marcado por éste hasta el final de sus días, que pasaría vagando sin consuelo ni piedad alguna.

Pasar las de Caín, ser más chulo que el Cristo de los faroles, llevar a uno por la calle de la amargura… no son sino muestras de cómo la religión ha marcado indudable e indeleblemente nuestra lengua y, con ella, nuestra cultura.

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Me refiero a esas apreciaciones que nos deslizan hacia la experiencia sublime en los diferentes estratos de la presencia humana. Contienen el duende necesario para abstraernos de las naderías y hacernos fijar la atención con maestría, moviendo hilos indescriptibles. Funcionan con ese algo especial capaz de congregar en el mismo estrado fascinante a la emisión de un mensaje de calidad y la fina sensibilidad del receptor.

Basado en las microexpresiones faciales, sin que digas una sola palabra, está claro que la mirada lleva diferentes firmas emocionales. Las arrugas de expresión transmiten mucho más de lo que imaginas y la mayoría de las veces, quienes conviven contigo suelen decir que te conocen.

 
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