Dijo Cicerón que cuando mayor es la dificultad vencida, mayor el triunfo de la gloria, y al parecer el diputado Oscar Tuma ha decidido transitar por ese camino escarpado hacia cumbres más luminosas.
Desde que se convirtió en favorito para ganar las elecciones municipales de Asunción en las encuestas, sus adversarios de la prensa no han dejado de intentar montar sus burdos operativos de prensa una y otra vez, en busca de desprestigiarlo.
Sin embargo, los esfuerzos se han estrellado contra una muralla infranqueable levantada por la supremacía de Tuma en las redes sociales y los innegables méritos de su gestión.
En ese contexto, un informe elaborado por la Dirección de Estadísticas de la Cámara de Diputados lo muestra como el parlamentario más productivo, dentro de la baja productividad de la labor legislativa de muchos de sus colegas en el último año.
El informe referido señala también un ranking de productividad de los diputados, encabezado por el legislador colorado Óscar Tuma, quien presentó 40 proyectos de ley.
Muy lejos de Tuma se encuentra el segundo diputado más productivo, Hugo Rubin, del Encuentro Nacional, con 22 proyectos; casi la mitad.
Otros legisladores que siguen en la lista son Karina Rodríguez, de Avanza País, con 20; Olga López, independiente, con 16, y Rocío Casco, de Avanza País, con 14.
A pesar de la alta producción de Tuma, a nivel global la producción de la Cámara en su conjunto ha sido más bien pobre, especialmente atendiendo a las enormes necesidades y urgencias que tiene el Paraguay.
La importancia de los logros de Tuma no solo se mide en cantidad de proyectos, ya que ha sido autor de varias leyes de vital importancia. La última de ellas, la 5.208 establece plazo para la designación, nombramiento o prestación de acuerdos para el ejercicio de cargos públicos.
Estos logros son conocidos por los votantes de Tuma a través de las redes sociales, donde sus seguidores tienen un amplio predominio. En contrapartida, el periodismo al servicio de empresarios sólo se ocupa de atacarlo de manera permanente, sin resultado alguno.
Ha señalado el legislador al respecto que por el bien de la democracia, señala Tuma, los empresarios que manejan medios deberían tomar conciencia de su papel y sus obligaciones, evitando desinformar. De lo contrario, estarían generando suspicacias, dando a entender que buscan beneficiar a cierto sector empresarial y político con su desinformación.
Al parecer a estos medios hegemónicos de Paraguay, un monopolio en manos de un puñado de personas vinculados a intereses extranjeros a la región que deforman la información porque la consideran un negocio, se sienten molestos porque un candidato a logrado posicionarse como favorito para ganar las elecciones municipales de Asunción sin su ayuda ni su permiso.
Decía un famoso periodista que cuando la prensa intenta exagerar el poder que tiene, es porque está ocultando su propia debilidad, y el continuo ascenso de los políticos que ignoran al monopolio mediático en Paraguay corrobora tal afirmación.
En un mundo en que la decadencia de medios tradicionales es pan de todos los días, y en el que muchos de ellos se enfrentan a la clausura o al remate, no resulta extraño que la empresa de la información paraguaya también acuse repercusiones de este fenómeno mundial.
Si como dijera Balzac los periódicos son tiendas que venden al público las palabras del mismo color que las quiere, no resulta extraño que la posibilidad de difundir masivamente la información sin su ayuda los devalúe y les reste capacidad para manipular conciencias.
No resulta lógico que un candidato arremeta contra su arma principal, como los anticuados manipuladores de noticias lo pretenden. La difusión de falsedades con tanta insistencia, y su repetición tan desproporcionada, solo son un signo de la impotencia ante los avances de la tecnología que le arrebatan jirones de su monopolio.
Después de todo, como lo señala un conocido experto en informática, Internet es la primera cosa que la humanidad ha construido y que no entiende, el experimento más grande de anarquía que hemos tenido.
Y como dijera un sabio pensador, muchas personas tienen poder, pero pocos tienen poder para llegar a las personas. Sin duda esos son los verdaderos líderes, y no las pequeñas figuras serviles a los medios que el monopolio mediático maneja como marionetas.
|