Dijo un pensador que unas cuantas verdades no hacen una verdad y así unas cuantas medias culturas no hacen una cultura, aunque debe admitirse que unos cuantos chupamedias sí son capaces de producir el más completo fracaso de un gobierno .
Es lo que ha sucedido varias veces en la historia del Paraguay, donde el obsecuente que escala posiciones utilizando como herramienta la lisonja es considerado el virtuoso por excelencia.
Viene al caso repasar algunos momentos de la historia paraguaya, solo algunos, aunque existan muchos más.
La primera se remonta al año 1936, cuando alentado por sus adulones, el presidente paraguayo Eusebio Ayala pretendió su reelección que implicaba hollar la constitución entonces vigente, sancionada en 1870. Esta coyuntura habilitó al ejército para el golpe de estado del 17 de febrero de 1936, que desalojó del poder al Partido Liberal.
El segundo hito fue la dictadura de Alfredo Stroessner, creada por las constituyentes de 1967 y 1977, donde una mayoría multicolor de adulones habilitó al jefe del gobierno a imponer una autocracia prácticamente perpetua.
El tercer episodio se produjo durante el gobierno del presidente Nicanor Duarte Frutos, quien mal asesorado por sus adulones se lanzó a intentar su reelección inconstitucional. El resultado fue la caída de su propio partido, el colorado.
El diputado Oscar Tuma advirtió en este contexto que los adulones que rodean al presidente Horacio Cartes pretenden hacerle incurrir en un grave error. Sostuvo que debe defenderse a ultranza la independencia del poder judicial, y que la inamovilidad de los ministros de la Corte Suprema de Justicia puede ser un camino hacia la independencia del Poder Judicial.
Algunos parlamentarios que integran el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados tendrían los días contados, ya que sus pares colorados estarían analizando la posibilidad de "rodar cabezas". Sin embargo, Óscar Tuma, uno que podría estar afectado, recalcó que para sacarlos se debe realizar un juicio político, de lo contrario los propulsores serán pasibles de sanciones, como la suspensión.
Tuma (ANR) se refirió a la intención de la bancada "A" colorada del Senado, de pedir la revocatoria de su mandato y también la de Óscar González Daher (ANR), y de Adolfo Ferreiro (Avanza País).
Versiones palaciegas indican que los cortesanos de Cartes han iniciado una campaña para apartar a Tuma, por sus críticas al gobierno de Horacio Cartes y a la desastrosa gestión del intendente de la capital, Arnaldo Samaniego. El mismo es hermano de la actual presidenta del partido de gobierno, quien ha marginado de la gestión pública a amplios sectores de su propio partido.
El legislador declaró ante los medios que "Lo que supuestamente pretenden algunos senadores, o uno o dos, de remover a algún Miembro del Jurado sin el procedimiento de juicio político, es una violación a la Constitución Nacional, y el solo planteamiento de esa posibilidad habilita a la Cámara, donde se da esa situación, a suspender por reglamento interno a ese Senador o Diputado”.
Recordó que los legisladores están obligados por juramento al respeto y cumplimiento de la Constitución Nacional, y no a proponer un quiebre del Estado de Derecho. Comparó dicho plan con el golpismo de proponer la remoción de un Ministro de Corte o del propio Ejecutivo sin respetar los procedimientos.
Tuma aseguró que el procedimiento correcto de la remoción de algún Miembro del Jurado o del Consejo es por juicio político. "Si existe un antecedente pasado, no significa que sea válido, porque la propia Cámara enmendó el error en el caso Gustavo Mussi. Si se cometieron barbaridades pasadas, estas no habilitan a cometerlas otra vez", argumentó. Señaló también estar seguro que ni el Senado ni la Cámara de Diputados está dispuesto a aprobar una violación constitucional.
Es posible que algunos miembros conocidos por no respetar las normas de la institucionalidad puedan plantearlo, pero no tendrán apoyo de la mayoría, señaló. Evidentemente, no puede ser bueno el destino de un gobierno si toma los senderos de la censura y se aferra a los obsecuentes.
Decía el famoso premier británico Benjamin Disraeli que ningún gobierno puede mantenerse sólido mucho tiempo sin una oposición temible. Debería tomar nota aquellos que buscan silenciar críticas eliminando a sus opositores, camino que solo ha llevado siempre a debilitar toda virtud.
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