Almería es fuente inagotable de historia. Sus pueblos y paisajes han sido testigos activos de innumerables acontecimientos sociales, culturales e históricos a lo largo de milenios de historia.
En Almería nacieron culturas como la argárica y la de los Millares, se levantaron murallas árabes, se extrajeron minerales, se cultivó en mares de plástico y se rodaron películas que quedarán para siempre en el recuerdo. Y por si esto fuera poco, entre los siglos XVI y XVIII tuvieron lugar batallas marítimas por el control de este rico espacio mediterráneo cuando piratas y bereberes se acercaron a sus costas para abastecerse o llevar a cabo fechorías y actos de pillaje.
Fruto de esta lucha es la serie de baterías y castillos que se levantan a lo largo del litoral almeriense y que hoy suponen uno de los más bellos reclamos turísticos de la provincia.
Poniente
El Poniente almeriense fue una zona castigada ya desde tiempos del Imperio romano, que contaba allí con importantes ciudades como Abdera, actual Adra.
El Castillo de Guardias Viejas, situado en el municipio de El Ejido, es una muestra de la necesidad defensiva del Poniente y uno de los bonitos edificios por el que pasa la ruta. Anterior a esta construcción es la Torre de Los Cerrillos, en estado de ruina progresiva ya abandonada por las Administraciones, se erigió en época de Felipe II con la misma finalidad.
También se defendieron las costas desde Torre Balerma y Torre Cuadrada; así como el Castillo de Santa Ana (Roquetas de Mar) que hoy en día es también visitable de martes a domingo.
Y aunque menos suerte corrieron otras importantes edificaciones, aún pueden observarse las ruinas de la Torre de la Garita (Dalías) o los castillos de Cerro Moriscos o el Cerroncillo, ambos en Dalías.
Almería
La propia ciudad contaba con magníficas defensas construidas ya desde la dominación musulmana, como la alcazaba, así como torres levantados con posterioridad.
Algunos buenos ejemplos son la Torre del Perdigal, en la playa homónima, cercana al aeropuerto y sin urbanizar aún. La torre data del siglo XVI y sirvió durante la Guerra Civil española como refugio antiaéreo y contra los bombardeos alemanes de aquel período; o la Torre García, en la playa de Torregarcía, restaurada en 1989 y en buen estado de conservación; hoy está incluida en el Parque Cabo de Gata, pese a pertenecer a la capital almeriense.
Y la más célebre, Torre de Cárdenas, que da nombre a todo el barrio y al hospital de Torrecárdenas. Esta torre linda con el municipio almeriense de Huércal de Almería, que lleva la torre en el propio escudo.
Cabo de Gata-Níjar
Entre pueblos tranquilos y calas de ensueño se levantaron a lo largo de los años baterías, castillos y torres que completaran la defensa marítima de Almería. Un magnífico ejemplo de estas baterías es el Castillo de San Felipe, situado en Los Escullos y que supone uno de los edificios de este tipo mejor conservados hasta el día de hoy.
Otros ejemplos de castillos son el Castillo de San Ramón y el Castillo de San Pedro. La historia del primero es un ir y venir entre diferentes dueños, hasta que en 1875 el Estado lo vendió a un particular como residencia privada, lo que ha favorecido su deterioro. En cuanto al segundo, su estado no es mucho mejor que el del primero, pero aún así merece la pena acercarse a sus ruinas.
Pero también hay importantes torres como la de Mesa Roldán, construida por Carlos III por medio de un reglamento que impulsó la construcción de estas torres-baterías que hoy han dado lugar a la célebre Ruta de los Piratas. Y muy similar a esta es la Torre del Cerro de los Lobos, del siglo XVIII.
En este paseo por las torres y baterías del Cabo de Gata no puede ser olvidada la célebre Torre de los Alumbres, en el valle de Rodalquilar, y que recibe su nombre de las minas de aluminio y sulfatos explotadas en esa zona del parque.
Otras torres importantes son la Torre del Rayo o la Carbonera, en la localidad de Carboneras, último pueblo perteneciente al parque hacia el Levante, y cuyo origen se dice que se remonta al período de Aníbal en la Península ibérica; y la Torre de la Vela Blanca, en Níjar, muy cerca de San José y que fue destruida y reconstruida en varias ocasiones a lo largo de la historia.
Levante
Ya en el Levante almeriense, tocando al fin este hermoso paseo, el viajero puede acercarse al Castillo de San Andrés, en la localidad costera de Carboneras; o el Castillo de las Escobetas, también llamado Castillo del Nazareno, construido en 1769 por el arquitecto Francisco Ruíz Garrido con el mismo fin que los anteriores.
Y precisamente muy cerca de Garrucha, en la turística Mojácar, se encuentran la Torres del Peñón o del Pirulico, y la de los Escobetos, ambas de origen musulmán; así como el Castillo de Macenas, torre de pezuña de construcción mucho más reciente.
En la muy Noble, Leal y Laboriosa Villa de Huércal-Overa se hallan el Torreón y lo castillos de Úrcal y Santa Bárbara, dos magníficas muestras de la importancia defensiva de un territorio clave para Granada y Lorca.
Finalmente, antes de entrar en Murcia, el interesado puede visitar el Castillo de San Juan de los Terreros, en la localidad levantina de Pulpí. Y con él terminar un viaje por la costa almeriense, la costa de los castillos, dejando en el interior de la provincia fantásticas obras defensivas, castillos y murallas que ver en otro espléndido viaje por una provincia de contrastes.
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