El mercado de las apuestas deportivas se ha multiplicado en los últimos años, un crecimiento que parece no tener límites. Según la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), el importe total de las cantidades dedicadas a la participación en el juego, deducidos bonos y los premios satisfechos para el operador a los participantes (GGR) ascendió a 669 millones de euros (un 25,48% más que en el año anterior). En concreto el segmento de apuestas presentó una tasa de crecimiento del 18,11%, debido principalmente al crecimiento de apuestas deportivas.
Un sector con presencia creciente en las calles e internet, que mueve cifras millonarias, y sobre todo donde el binomio jóvenes-apuestas disparan las alarmas. Para José Antonio Gómez Yáñez, profesor en sociología de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), autor del “Anuario del juego en España en 2018” elaborado por el instituto de política y gobernanza (IPOLGOB) de la UC3M y CODERE: “el desarrollo del sector en inherente a los nuevos hábitos de entretenimiento de los españoles que evolucionan conforme a la demanda de la sociedad y los distintos estados de madurez de las actividades de juego”. El objetivo es claro: “preservar la salud de la ciudadanía y evitar adicciones”.
La regulación en España corresponde al Gobierno central para legislar sobre el juego por Internet y en las loterías y demás juegos organizados por Loterías y Apuestas del Estado y la ONCE, sin embargo el juego presencial es competencia de las diferentes comunidades autónomas.
Las soluciones propuestas hasta ahora pasan por aumentar las distancias mínimas entre las casas de apuestas y los centros educativos, que deberían aplicarse con carácter retroactivo. Además, hay que limitar el bombardeo de anuncios de casas de apuestas, donde deportistas y famosos prestan su apoyo. Un panorama con normas insuficientes que precisa endurecer la regulación para controlar la amenaza que las casas de apuestas y el juego online presentan especialmente para los más jóvenes. Los datos evidencian que no se están tomando las medidas adecuadas para frenar esta tendencia.
Un aspecto esencial en el que no inciden las soluciones hasta ahora propuestas es la prevención, crucial para atajar el problema desde la base. Es importante educar a nuestros jóvenes en aspectos económicos y financieros para evitar situaciones como las actuales. Por eso es imprescindible que el Gobierno apuesta por una formación integral de nuestros adolescentes, que incluyan a la economía y las finanzas como eje básico básico para ejercer una conducta socialmente responsable.
Por Fernando García Rodríguez
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