Debí de haber sabido de que iría el día cuando escuche por la radio, mientras esperaba que vinieran a levantarme y demás faenas de intendencia, que el personal que curra en el complejo del 9 de Octubre no cruzaba al otro lado de la Avenida del Cid, por las dificultades que suponía atravesarla, y los establecimientos hosteleros se quedaban a dos velas. Y es que para los cascaos es jodido cruzar la avenida por los pasos elevados de pendiente imposible, si encuentras un “sherpa” (persona de apoyo y empuje) corres peligro de deslomarlo o de que te suelte en la bajada y tengas, por cuenta de la sanidad pública, cirugía plástica para reconstruirte la cara.
El caso es que hizo un día de fuego y a una compañera de Torrent que tenía que venir a Valencia para ir hacia la calle Cádiz, le dijo un “vertical” que cuando venía a San Valero, en el barrio de Ruzafa, se bajaba en la estación de Bailén y cruzaba por el subterráneo de las Grandes Vías porque había descubierto que el vestíbulo de la estación estaba conectado con el túnel. Además mi amiga y creyó recordar que yo hace tiempo dije que estaba aprobado, o eso entendí yo en la noticia, instalar un ascensor por la parte de Germanías, dado que “al otro lado del paso inferior existe ya la posibilidad de emplear otro ascensor, el de la estación de Bailén, conectada con el túnel”. El caso es que tras subir con el ascensor al vestíbulo no encontró conexión con el túnel, tampoco a persona humana con contrato con FGV, así que pilló el ascensor para subir a la calle y comenzar un recorrido de más de un kilometro, huyendo de los rayos de Lorenzo y privándose de recorrer el paso peatonal, un humedal protegido y con la brisa que exhalan los vehículos que atraviesan un túnel en el que el sonido de los pájaros no se echa de menos.
Cuando me lo contó le dije que le había informado del acceso al túnel un “vertical” (persona que anda) bienintencionado que no reparó en la falta de accesibilidad del recorrido. Pensé que podía haber sido peor; a ella le empujaba su madre porque no puede darle a los aros de las ruedas. Si el usuario impulsa la silla en un suelo con agua y coge un poco de velocidad, la rueda lanza el agua hacia arriba y te vas refrescando los sobacos y humedeciendo la ropa. Vamos es el mismo efecto que observamos en los ciclistas cuando corren en días de lluvia, que llevan barro por el pecho y la cara, por delante, mientras que lucen una raya de barro en la espalda. Pero si vas despacito en un terreno encharcadito, mientras rezas un credo para no pillar un hueco tapado por el agua y salir disparado como un jinete de un caballo desbocado, se puede ir. Aunque teniendo en cuenta que si llueve te mojarás más por el agua de la lluvia, porque los verticales corren y los cascaos debemos reducir la marcha para no meter la rueda en un agujero, dar un resbalón o meter el bastón o muleta en un hueco.
Vamos que mi amiga estaba igualito que las personas con movilidad reducida (viejos y cascaos) aquel 18 de julio de 1962 cuando se inauguró el túnel de las grandes vías; los “verticales” por el paso peatonal del túnel y los cascaos a pegar la vuelta a la estación en un paseíto de poco más de un kilómetro. Hasta ese día los verticales utilizaban la pasarela elevada, construida en 1917, que unía las grandes vías y los cascaos a pegar la vuelta a la estación. Gracias a Dios en 2017 los cascaos celebraremos el privilegio de ver 100 años la fachada de la Estación del Norte cuando queremos pasar de la Gran Vía Germanías a la de Ramón y Cajal. Tengo que acordarme de pedir cita al sastre para el traje de la ceremonia del centenario.
En 2005, con la inauguración del apeadero de Bailén, se conecta uno de los vestíbulos con el paso peatonal del subterráneo, con tan mala suerte que es el del vestíbulo recayente a la parte de la calle Dr. Vila Barberá, justo el vestíbulo que no tiene ascensores que lo conecten con la calle ni con el andén. El ascensor está en el acceso de la parte de la calle Xátiva.
Lo del vestíbulo lo he descubierto ahora, porque me picaba la curiosidad por lo que me contó mi amiga de que le dijeron que podía acceder al túnel desde el apeadero de Bailén y luego no encontrará esa vía que le conectaría con un ascensor en la esquina de la calle Cuba. Y ante tanta cábala decidí jugármela e ir de cuerpo presente a visitar el lugar, acompañado de una sherpa que haría labores de explorador y reportero gráfico. Primero inspeccioné las entradas peatonales al túnel, comprobando que la que se encuentra a la izquierda del túnel, mirando a las vías de la estación, estaba cerrada con una reja. La de la derecha estaba abierta y contaba con una canaleta metálica sobre la escalera, que resultó ser “carril metálico para facilitar la bajada y subida a pie de bicis”.
Para mí que quien diseñó el carril no iba en bici, o por lo menos no en las de Valenbici, por lo que me comentó un ciclocrósista que entrena con todas las pasarelas elevadas de Valencia. Me sorprendió verle llegar y poner el pie en tierra con la bici en marcha para a continuación echársela al hombro y bajar la escalera del túnel a toda velocidad. En ese momento no sé porque pero me acorde del tercer carril y pensé que poniendo otro carril metálico en paralelo al de las bicis podía utilizarse para sillas de ruedas. Yo me comprometo a bajar el día de la inauguración inmediatamente después de la autoridad que lo estrene. Por cierto, como cuando visita la ciudad una autoridad reservan cama en la UCI del Hospital La Fe, que sean dos, por favor.
Debería saber que el ascensor no estaba instalado, pero claro, los medios de comunicación poco ayudan porque ponen todo mezclado y uno se arma un lio.
Vamos a ver si me explico. Que una autoridad dice que se construirá un túnel ferroviario para atravesar Valencia, que dos autoridades quedan para comer y de paso hablar del túnel, que se ha convocado un concurso de ideas y unos estudios para el túnel, que se va a firmar un protocolo de intenciones para financiar las obras del túnel (con el dinero que sale de un único bolsillo, el del contribuyente) y parezca que lo pagan dos y así es más barato, …. Todo eso debía de estar en el apartado de PUBLICIDAD. Ahora bien: que se ha aprobado en los presupuestos una cantidad para las obras del túnel, eso la sección de RUMORES. Cuando: se publica un concurso para hacer la obra en el BOE y el de la Comunidad Europea, comienzan las obras, una autoridad visita las obras y las obras son inauguradas es cuando corresponde colocarlo en NOTICIAS. Que las obras se paralizan….SUCESOS.
En fin, la verdad es que al ascensor de la calle Cuba poca utilidad le veo para las personas con movilidad reducida (cascaos, abuelos, accidentados y madres con cochecito de niño) si no puedes salir a la superficie por el otro lado. Para lo único que me ha servido el debate de momento es para pelearme con mi hija, ella dice que la solución es poner un traslador (objeto encantado para enviar a la persona que lo toca a un lugar específico) en cada lado del túnel, a lo Harry Potter, y yo que soy más viejo digo que puestos a fantasear mejor ponemos un teletransportador a lo Star Trek de mis mocedades. De todas formas Julio Verne en 1865 escribió de la Tierra a la Luna, y en 1969 el Apolo XI alunizaba. Posiblemente el teletransporte de Star Trek solucione el paso del túnel de las Grandes Vías, solo me cabe rezar porque esa tecnología me pase de un lado a otro con mi silla, porque maldita la gracia que solo traslade a la persona y me deje al otro lado espanzurrado en el suelo.
A quienes empujan sillas de ruedas.
1. Capítulo 6 de Harry Potter y el Cáliz de Fuego
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