Decía Groucho Marx que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar el remedio equivocado. Es exactamente la secuencia que ha venido siguiendo la agenda política supeditada a la agenda mediática en Paraguay.
Ya ocurrió anteriormente, cuando se votó en el Congreso la destitución del ex presidente Lugo, que como todo mal político se dedicaba a irritarlo con tonterías sin dar buen golpe alguno. El resultado fue la suspensión del Paraguay en la escena internacional, y el aislamiento del gobierno que ese mismo monopolio mediático entronizó.
Siguiendo el mismo esquema, hoy algunos congresistas pretenden votar la destitución de varios ministros de la Corte Suprema, instados por el monopolio mediático golpista y la ambición de algunos que buscan insertar a su propio ministro en la Corte.
Luego de un oscuro episodio en el que fue asesinado un corresponsal del monopolio, que lo había abandonado a su suerte y precarias condiciones en una peligrosa zona de la frontera entre Paraguay y Brasil, faltando el respeto al fallecido, el empresario que dirige dicho medio –--Aldo Zucolillo- busca forzar un juicio político inconexo con los hechos luctuosos. Lo apoya en sus ambiciones la presidenta del Partido Colorado, Lilian Samaniego, comprometida como Zucolillo con la Secta Moon.
A propósito el diputado oficialista Oscar Tuma, señaló que la única forma en que prospere el juicio político contra ministros de la Corte Suprema de Justicia es que así lo quiera el presidente de la República. La semana pasada el presidente Horacio Cartes ha dado a conocer su posición a través de legisladores de su confianza, quienes informaron que el juicio político que el monopolio mediático intenta forzar, no está entre sus prioridades.
Cuando fiel a su estilo, el monopolio intentó hacer hablar del tema al presidente esta semana, no logró declaración alguna que contradiga la postura ya expresada. Sin embargo, Lilian Samaniego convocó a los medios para decirles que está de acuerdo con su libreto, y que hará lo que reclama Zucolillo.
De esta manera, el grupo de los Samaniego se distancia del presidente Horacio Cartes y crea una profunda crisis política en el partido de gobierno, cuyas consecuencias podrían ser insospechadas. En prueba del escaso liderazgo de Samaniego, considerada por sus pares una simple marioneta de Cartes, varios legisladores afirmaron que no existe consenso para llevar adelante el juicio político propuesto, que incluye a los ministros de Corte Víctor Núñez, César Garay, Sindulfo Blanco y Óscar Bajac, y el ministro Alberto Ramírez Zambonini, titular del TSJE.
Los diputados colorados están divididos en cuatro bancadas y la mayoría no reconoce la autoridad de Samaniego y su entorno, Algunos de ellos se reunieron con el “enjuiciable” Miguel Óscar Bajac y convocaron a una conferencia de prensa para explicar que no tendrán en cuenta al comité del partido que responde a la titular.
El Partido Liberal, cuyo concurso es indispensable para el objetivo trazado por el monopolio, también se encuentra dividido dado que solo proclamó que le interesaba la salida del ministro Víctor Nuñez, pero no de tres ministros de su propio signo. La mayoría de los legisladores de uno y otro signo, coinciden con lo expresado por el diputado Oscar Tuma, de que el problema judicial no pasa por una o dos personas, sino por el sistema completo.
Planteado en clave de comedia, el enredo en que el monopolio y Moon han envuelto al presidente Cartes, parece insuperable y más bien mueve a risa a pesar de haber tenido su punto de partida en la tragedia de Pablo Medina.
Escribió el dramaturgo francés Jean Racine que en la tragedia sólo conmueve lo verosímil. La falta de credibilidad de un monopolio oportunista, y la falta de respeto a un muerto que reclama como suyo y toma como bandera, definitivamente han perdido la capacidad de conmover.
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