La fórmula según la cual a veces es preciso que todo cambia para que nada cambie ingresó en el análisis político bajo el nombre clave de gatopardismo, desde el libro de un representante de la nobleza siciliana, el duque Giuseppe di Lampedusa,.
La fórmula de cambiar para que todo siga igual se aplica con frecuencia en diversas situaciones, pero es en Paraguay donde alcanza el rango de norma. Ello se comprueba observando el afán del monopolio mediático reaccionario vinculado a la Secta Moon, de realizar cambios en la Corte Suprema de Justicia, usando como pretexto el asesinato de dos trabajadores de la prensa en la frontera con Brasil.
Se trata del mismo conglomerado de empresarios de la prensa y políticos que ya llevaron al Paraguay a un callejón sin salida en el año 2012, entronizando a un presidente como Federico Franco al que los bloques regionales y países limítrofes jamás reconocieron.
El esquema de hechos sucesivos que ya fue desarrollado varias veces, ha empezado no obstante a mostrar grietas en su maquinaria. Para aprobar el juicio político que los medios promueven, se necesitan 53 votos (dos tercios) y hasta ahora solo hay 50. La intención urdida a partir del asesinato de un corresponsal del monopolio, es someter a juicio político a sus enemigos dentro de la Corte Suprema de Justicia.
Luego de las deliberaciones pertinentes, los dos partidos mayoritarios del Paraguay acordaron someter a un juicio político a los ministros Miguel Óscar Bajac, Víctor Núñez, Sindulfo Blanco y César Garay Zuccolillo, todos integrantes de la máxima instancia judicial.
Algunos diputados del Partido de gobierno han señalado que no se consideran obligados a obedecer mandatos de la presidenta de su partido, Lilian Samaniego, quien ha desoído reclamos de su propia dirigencia y dado muestras de no interesarse por la suerte de sus propios correligionarios, al punto de dar su voto en el Senado a candidatos del Partido Liberal.
En el Partido Liberal, a su vez, consideran ofensivo que el rumbo a ser tomado por sus legisladores sea marcado desde la Junta de Gobierno del Partido Colorado.
Para el diputado Tuma, el objetivo debiera estar claro: Lograr una justicia independiente. Ello no se logrará, asegura, realizando cambios supeditados a apetencias de ciertos políticos y ligados al cuoteo.
Advierte que con ello se diluye la posibilidad que tenía Horacio Cartes de lograr una justicia independiente. Además, hizo notar que no está claro el método de selección que piensan usar luego de “pulverizar” la Corte Suprema. Me informaron que todavía no existe una reglamentación en torno a los parámetros para definir quiénes pueden ser los mejores y los más aptos candidatos para ser ternados, para ocupar una instancia máxima, que es la de Ministro de la Corte”, manifestó el diputado Tuma.
Se ignora si la reglamentación de los parámetros para la selección de los ternados a Magistrados, será la misma que se utilizará para la selección de los ternados al cargo de Ministro de la Corte Suprema de Justicia, sin embargo, los cambios ya están decididos para complacer al monopolio y sus representantes en el Congreso.
En la narración de Lampedussa, el príncipe Fabrizio Salina, protagonista de la novela en cuyo escudo nobiliario se destaca la figura de un felino parecido al gato montés o gatopardo, teme el advenimiento de los nuevos tiempos y el fin de la nobleza. Se entera con horror, además de que su amado sobrino Tancredi se ha unido a los revolucionarios.
Cuando el príncipe recrimina a su sobrino, éste lo tranquiliza diciendo que la familia Salina saldrá intacta, de una manera o de la otra, de la agitación reinante porque, si pierden los revolucionarios, Tancredi confía en que su tío lo protegerá y, si ganan, él estará entre los vencedores para proteger a su tío. Es entonces cuando Tancredi da a conocer una fórmula que deslumbra a Fabrizio: "Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie".
Al parecer, es la filosofía que lleva a la clase política paraguaya y a los autores de su libreto hacia el mismo atolladero una y otra vez. Ya lo dijo un recordado estadista: La política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra se muere una sola vez.
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