El coaching es sin duda un término de moda, ha tenido una amplia difusión durante los últimos años. Cada año miles de personas se forman como coaches y deciden dar un paso adelante por introducirse en un método que cada vez más personas, empresas y equipos utilizan para mejorar sus resultados. Hoy me gustaría hablar, desde mi punto de vista de lo qué es el es coaching (y qué no lo es), más que nada porque empieza a haber mucha confusión. Y viendo la televisión uno puede pensar que el coaching es asistir a una conferencia en la que te hacen bailar y decir en voz alta “¡yo puedo!” o similares…
¿Cuál es la definición de coaching?
De forma simple y sencilla:
El coaching es un método para ayudar a las personas a conseguir aquello que quieren. Con la ayuda del coach las personas se orientan a sí mismas hacia la consecución de sus objetivos.
Una definición más exacta, es la que ofrece la International Coaching Federation, la mayor asociación de coaches a nivel mundial:
“El coaching profesional consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching, el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida.
En cada sesión, el cliente elige el tema de conversación mientras el coach escucha y contribuye con observaciones y preguntas. Este método interactivo crea transparencia y motiva al cliente para actuar. El coaching acelera el avance de los objetivos del cliente, al proporcionar mayor enfoque y conciencia de sus posibilidades de elección. El coaching toma como punto de partida la situación actual del cliente y se centra en lo que éste/a está dispuesto a hacer para llegar a donde le gustaría estar en el futuro, siendo conscientes de que todo resultado depende de las intenciones, elecciones y acciones del cliente, respaldadas por el esfuerza del coach y de la aplicación del método de coaching”.
Se puede entender qué es el coaching viéndolo desde el punto de vista de la metáfora del puente: Todos en nuestras vidas personales o profesionales nos encontramos en momentos en los que nos gustaría avanzar porque tenemos nuevos retos, objetivos o simplemente porque estamos bloqueados y queremos salir de una determinada situación en la que sabemos que estamos perdiendo potencial. Imaginemos que el coaching es como la construcción de un puente que nos ayuda a avanzar, y como todo puente tiene:
La situación inicial. El punto de partida en el que se encuentra uno (es el lugar donde empieza el puente), la situación inicial de un proceso de coaching.
La situación final. Sabemos o por lo menos intuimos a donde nos gustaría llegar, como nos gustaría sentirnos, qué nos gustaría conseguir, siendo esa situación deseada el final del puente o las expectativas que tenemos del proceso de coaching.
El camino para llegar de una a otra situación. Para llegar desde el lugar inicial al final hace falta construir el puente. Cliente y coach trabajarán juntos para construir ese puente y hacer que el cliente consiga sus objetivos.
Este puente será construido descubriendo y potenciando las capacidades del cliente o coachee (el nombre que recibe la persona que recibe un proceso de coaching), identificando y superando obstáculos, generando recursos, habilidades y actitudes ante su propio desarrollo.
El hecho de que el coach sea un especialista en sacar lo mejor de su cliente sin necesidad de “decirle lo que tiene que hacer”, “aconsejarle” o “enseñarle como lo tiene que hacer” hace que las personas que mundialmente se dedican al coaching provengan de distintas experiencias profesionales y contextos, desde directivos con gran experiencia en entornos organizacionales, pasando por psicólogos, deportistas, y en definitiva, cualquier persona que en un punto determinado de su vida decidió dedicarse al desarrollo de otros, bien sean personas independientes, profesionales, directivos o equipos.
Hoy día el coaching está muy extendido a nivel mundial en países desarrollados, lo utilizan las empresas para aprovechar el potencial de sus directivos y las personas para mejorar sus vidas. Son muchos los profesionales que persiguiendo realizar cambios en sus carreras profesionales o superar retos con los que se encuentran, contratan los servicios de un coach.
El coaching siempre está al servicio del cliente, siempre y cuando se actúe dentro de los códigos éticos de la profesión que se pueden consultar en la página web de cualquier asociación de coaching mínimamente seria.
Si el coaching está consolidado como un método efectivo para desarrollar a las personas es porque durante estos años, los que nos dedicamos a él, y las asociaciones, hemos acotado el término y defendido lo que es y lo que no es coaching. Sin embargo, esto no impide que algunos profesionales tengan malas prácticas o que los medios de comunicación con su poder de influencia sobre la conciencia social confundan en ocasiones el término.
Formación. En la formación de cualquier tipo se transmite un conocimiento al alumno, ya sea mediante libros, clases magistrales, mediante dinámicas de grupo o reflexiones. Es cierto que hay formación más directiva y otra más experiencial y participativa, pero en cualquier caso el profesor sabe lo que hay que hacer, las buenas prácticas, los consejos y teorías subyacentes para conseguir los fines del alumno, y de alguna forma lo transmite.
Mentoring. El mentoring es un método de mucha efectividad para desarrollar a otros, pero no es coaching. El mentor sabe, conoce el campo de expertise del pupilo o mentee y puede dar consejo, ayudar a reflexionar y tutorizar o servir de guía sobre su desarrollo. El mentoring ha evolucionado desde un estilo más directivo hace tan sólo una o dos décadas, a un estilo mucho más parecido al coaching, por su carácter reflexivo y de involucración del mentee. Aún así, las expectativas en mentoring son que el mentor tutorice, guíe y oriente al mentee.
Consultoría. En la consultoría los consultores son expertos en el terreno y área de mejora, y por lo tanto pueden ofrecer un análisis fiable de la situación, así como ofrecer un plan de mejora fruto de su experiencia, teorías, tecnologías u otros campos. La consultoría no es coaching (aunque muchos consultores hayan enriquecido sus métodos con técnicas de coaching).
Counselling. En el counselling al igual que en el mentoring hay un experto en algo, bien sea relaciones de pareja, negocios, carrera profesional u otro. Este/a experto/a aconseja y orienta a otra persona sobre el camino a seguir. Por este motivo no es coaching.
Terapia. Dentro de la psicología existen multitud de corrientes terapéuticas que ayudan a las personas a superar problemas o a tener mejores vidas. Las corrientes más psicodinámicas se enfocan más en el pasado, en la historia del paciente (no cliente) y en cómo esa historia condiciona su presente. Las corrientes más conductistas se enfocan en lo que el paciente tiene que hacer para mejorar su vida, ofrecen consejo y asesoramiento claro y concreto. Existen también corrientes y terapias humanistas, que comparten algunos de los principios del coaching, y de los que a buen seguro el coaching ha tomado conocimientos y buenas prácticas.
Sin embargo la principal diferencia entre el coaching y estas corrientes, es que los coaches no trabajamos (ni estamos capacitados para hacerlo) con los problemas habituales que llevarían a un paciente a terapia.
Nuestro campo de expertise no es la psicología, ni el sanar a las personas, sino más bien ayudar a personas que ya están sanas, se saben maduras e identifican como quieren sentirse, a conseguir más plenitud en sus vidas personales o profesionales.
También es cierto que la realidad nos demuestra que muchos profesionales del mundo del coaching, debido al background que tienen, realizan entres sus actividades profesionales más de una de las actividades que he citado, ya sea formación, consultoría, terapia o cualquier otra. Esto no debería suponer ningún tipo de inconveniente siempre que tanto los clientes como el profesional sepan diferenciar y estén explícitamente informados de cuál es el método que se está utilizando, sus limitaciones, ventajas e inconvenientes.
Quizás esta falta de clarificación es lo que causa que en muchos casos los clientes acaben confundiendo el coaching con otras metodologías de desarrollo, y por este motivo tanto las asociaciones de coaching, como cualquier profesional de los que nos dedicamos a ello debamos velar constantemente por la profesión.
Que tengas un gran día.
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