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Etiquetas | Pablo Iglesias | Unidas Podemos | acoso
Recientemente ha aparecido en el camino cercano al lugar en el que está de vacaciones una pintada que dice “coletas rata

Pablo Iglesias y su "jarabe democrático"

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Se conoce como “jarabe democrático” al acoso, abucheo y demérito al que es sometida cualquier persona por aquellos que son contrarios a sus ideas, sobre todo políticas.

Pablo Iglesias, en su programa “Fort Apache” de Hispan TV bautizó en 2013 con ese calificativo a los escraches que se les hacían a los políticos casi a raíz del que le montaron a Soraya Sáenz de Santamaría.

No, y mil veces no a que se practiquen estas persecuciones a cualquiera por el motivo que sea.

Pero este hombre y los suyos no pueden esperar otra cosa, dado que él piensa que se debía de “naturalizar el insulto”, y que, cuando se practicase, este, no sería partidario de que se persiguiese. Quien acepta esta forma de acosamiento no puede quejarse cuando a él se la apliquen.

Recientemente ha aparecido en el camino cercano al lugar en el que está de vacaciones una pintada que dice “coletas rata”.

Esto lo interpreta él como “acoso fascista”, y ha abandonado la residencia en la que se encontraba, a pesar de que quince escoltas velan por su seguridad.

Este personaje y su partido están en, posiblemente, las horas más bajas de su carrera política. En las últimas elecciones de Galicia y en las del País Vasco ha sufrido el peor batacazo de su historia.

Además está siendo investigado por turbios asuntos de dinero, por una caja B, y por apreciación de delito en la financiación de su partido.


De sobra es conocida la capacidad de los comunistas para manejar la propaganda y lo hábiles que son para propalar la mentira. En la situación calamitosa en la que se encuentran Iglesias y su partido, nada de extraño tiene que haya optado por hacerse la víctima buscando los réditos que esta actitud le pueda proporcionar y que todo sea un montaje del que pueda salir beneficiado.

Caso de que no sea así, aunque se deba de rehuir de los escraches como del demonio, y nunca se deba de admitir que se los hagan a nadie, al fin y al cabo solo está recibiendo el jarabe que quiere que se le administre a los demás. 

Pablo Iglesias y su "jarabe democrático"

Recientemente ha aparecido en el camino cercano al lugar en el que está de vacaciones una pintada que dice “coletas rata
Manuel Villegas
lunes, 24 de agosto de 2020, 08:52 h (CET)

Se conoce como “jarabe democrático” al acoso, abucheo y demérito al que es sometida cualquier persona por aquellos que son contrarios a sus ideas, sobre todo políticas.

Pablo Iglesias, en su programa “Fort Apache” de Hispan TV bautizó en 2013 con ese calificativo a los escraches que se les hacían a los políticos casi a raíz del que le montaron a Soraya Sáenz de Santamaría.

No, y mil veces no a que se practiquen estas persecuciones a cualquiera por el motivo que sea.

Pero este hombre y los suyos no pueden esperar otra cosa, dado que él piensa que se debía de “naturalizar el insulto”, y que, cuando se practicase, este, no sería partidario de que se persiguiese. Quien acepta esta forma de acosamiento no puede quejarse cuando a él se la apliquen.

Recientemente ha aparecido en el camino cercano al lugar en el que está de vacaciones una pintada que dice “coletas rata”.

Esto lo interpreta él como “acoso fascista”, y ha abandonado la residencia en la que se encontraba, a pesar de que quince escoltas velan por su seguridad.

Este personaje y su partido están en, posiblemente, las horas más bajas de su carrera política. En las últimas elecciones de Galicia y en las del País Vasco ha sufrido el peor batacazo de su historia.

Además está siendo investigado por turbios asuntos de dinero, por una caja B, y por apreciación de delito en la financiación de su partido.


De sobra es conocida la capacidad de los comunistas para manejar la propaganda y lo hábiles que son para propalar la mentira. En la situación calamitosa en la que se encuentran Iglesias y su partido, nada de extraño tiene que haya optado por hacerse la víctima buscando los réditos que esta actitud le pueda proporcionar y que todo sea un montaje del que pueda salir beneficiado.

Caso de que no sea así, aunque se deba de rehuir de los escraches como del demonio, y nunca se deba de admitir que se los hagan a nadie, al fin y al cabo solo está recibiendo el jarabe que quiere que se le administre a los demás. 

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