Esta obra, además de ser la última obra inédita de Francisco Umbral que ha sido publicada, reúne los textos cortos en extensión, pero largos en intencionalidad, escritos para la radio, concretamente para la emisora La Voz de León, emitidos entre 1958 y 1961, que aparecen agrupados bajo tres títulos a modos de diferentes partes que componen la obra: Buenas noches (Francisco saludador nocturno y desvelado (1958) que inspira el título con el que ha sido publicada; El piano del pobre (El mundo en sus labios)(1959); y El tiempo y su estribillo (Nuestro pequeño León) 1960-1961.
Lo que tiene de interés este título es que, siendo textos radiofónicos con la brevedad y concisión que ello precisa, se ve en ellos a un Umbral joven y aún no convertido en el famoso escritor que llegaría a ser con el tiempo, pero que empieza a apuntar maneras en sus escritos que perfilan al gran prosista que llegó a ser en plena madurez literaria y vital, y que no ha sido superado por ningún otro escritor y cronista de su época como él llegó a ser en sus artículos periodísticos, notario improvisado de un siglo, de una época, en la que pudo dar fe de los profundos cambios sociales, culturales, políticos y económicos de un país que antes, cuando escribía estos textos para la radio, estaban muy lejos de llegar a perfilarse en el horizonte marcado por la situación política del momento que exigía cautela y contención en las expresiones habladas y escritas.
Por ese motivo Umbral escribe estos textos en los que comenta, analiza, alaba y critica de una forma sutil, certera y con auténticos tintes literarios, situaciones, costumbres, hábitos de vida que sometían a todos quienes vivieron esos años a las moralidad más estrecha y sofocante, a la rigidez social encorsetada a la que se veían constreñidos los ciudadanos y a la más absoluta y rotunda ausencia de capacidad crítica que sólo podían ejercer, pero siempre dentro de unos límites muy cautelosos, quienes como Umbral se adentraba a hablar de la realidad social, de sus contemporáneos, de las costumbres, virtudes y vicios del español, desde el humor, la sátira ingeniosa, la ironía y el guiño cómplice que hace al lector como advirtiéndole que "digo más de lo que aparentemente digo, pero eres tú, lector, quien debes buscarle el verdadero sentido a mis frases".
Estos textos son una buena muestra que adelantan y promete las obras que irían siguiendo en el tiempo, nacidas de la pluma de un escritor que presentaba las mismas contradicciones de cualquier ser humano, pues criticaba a los aristócratas, poderosos, ricos y famosos y como dice en esta obra
"... porque luchamos contra todas las burguesías y al cabo resulta que la vida es burguesía por sí misma" (pág. 165). Por ello, le encantaba asistir a esas reuniones sociales en las que todo el mundo saluda a todos, pero nadie conoce a nadie realmente, en un juego de frivolidad compartida en la que importa más "estar" en determinados ambientes y "aparentar" que "ser", porque el escritor, el intelectual, acepta también ese juego de máscaras y participa en él, para poder tener un buen punto de observación que le devuelva la imagen de esa misma sociedad a la que crítica, vista desde el caleidoscopio cercano de su propio talento y su aguda mirada crítica.
Si en la primera parte que lleva el título de
Buenas noches, Umbral trata de hablar desde la cercanía, de hacerle confidencias, de despertar emociones en el oyente, hablándole sobre temas cotidianos, sobre ese paisaje urbano o rural y su paisanaje que tan bien conoce quien le escucha, el ciudadano que siente cómo la voz del escritor va poniendo en palabras lo que el oyente siente, percibe, ve y juzga, pero a quien le falta, quizás, la capacidad discursiva para poder expresarlo y hacerlo inteligible para sí mismo y para los demás; en la segunda parte, El piano del pobre, ofrece con mayor nitidez la naturaleza de escritor, de periodista de Umbral que, después, alcanzaría cotas más altas, pero que se percibe en los artículos que componen dicho apartado, porque pasan de ser textos radiofónicos para ser leídos y escuchados y toman la naturaleza de auténticos artículos del gran columnista que ya despuntaba en él, en los que comenta la actualidad nacional e internacional, hechos y personajes con la misma aguda y certera mirada y la prosa exquisita que nunca abandonó. La tercera parte, El tiempo y su estribillo, toma a la ciudad de León como inspiración, y pasa a comentar en los textos que la componen toda la actualidad política, social, cultural y económica de la capital y su provincia, por lo que el tono es más cercano a los oyentes ya que les habla de su propia región para ser desgranada y comentada por el agudo punto de vista de un Umbral joven pero siempre dispuesto a afilar la precisa punta de su pluma para sacar de ella, con la misma facilidad con la que el mago saca de la chistera un conejo, la actualidad filtrada por el juicio del entonces joven iniciado en esas difíciles artes que llamamos literatura y periodismo.
Esta obra, por lo tanto, es una introducción a la obra de Umbral que cuando la escribió ya comenzaba a mostrar señales de que llegaría a ser uno de los mejores prosistas del siglo XX, y un escritor que, a pesar de su juventud de entonces, escribe desde una mirada prematuramente madura y avezada en el difícil oficio de juzgar la actualidad y escribir sobre ella.
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Diario de un noctámbulo,Francisco Umbral.Planeta, 2015, 271 pp.
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