¡Claro!. Así se disculpa la apostasía, la deserción. Y lo dice ante las cámaras horas después del impacto de ROMPER EL CARNÉ. Corría el rumor desde hace meses, dicen la televisión y los políticos. Yo lo ignoraba, no pertenezco a los ENTERADOS, a quienes manejando conceptos le declaran a uno LOCO O CUERDO según convenga. Para el PARTIDO, metido en varias roturas de carné, un alivio que su máximo dirigente en Cataluña no “esté del todo bien”. Y él, en persona, lo suelta ante las cámaras con esa sonrisa de siempre, esas hendiduras en la cara que a su hermano Ernesto se la convierten en adusta, sin atractivo, y a él en agradable y simpático, ELEGIBLE.
Ya me perdonarán si en mi vulgar entender la vida, de hombre raso y arrasado, de la calle, acostumbrado y endurecido por la MENTIRA DE LOS PODEROSOS, NO CREA EN ESE ALZHEIMER. No pueden, SU CLAN, el Partido, o como se quieran definir esas oficinas de COLOCACIÓN, fábrica de GENIOS o denostados, según intereses, decirme ahora que TIENE ALZHEIMER, disculpándole sus errores, y hasta, como dice Alberto de Calle 1440, homenajeándole.
Si para mentir, creando mi culpabilidad hace veintisiete años, afianzando las finanzas del Partido, capitalizado con el dinero del BANCO GARRIGA NOGUÉS, manejado por el franquista JAVIER DE LA ROSA (atrapado en su desmesurada ambición), y hasta colocándose él, su amigo SERRA, y los suyos, a la cabeza de la POLÍTICA NACIONAL con lo de sus CIEN AÑOS DE HONRADEZ, estaba cuerdo, ahora en que se tiran los trastos a la cabeza, cuando se pueden descubrir muchos flecos de la GRAN CORRUPCIÓN, no pueden montar una campaña atribuyendo a unas neuronas de más o de menos esa ROTURA DE CARNÉ, o los errores y horrores acumulados. En una palabra, DESACREDITARLE, como tan bien consiguieron merecidamente con su financiero De la Rosa, y tantos otros. Y lo siento por lo que de verdad pueda tener, pero sin callarme que las neuronas se afectan por infinidad de conocidas y desconocidas causas, y grandes o nefastos políticos las tenían alteradas desde antes del éxito de sus CARRERAS, sin olvidar que los ídolos o líderes unas veces se hacen por si mismos y otras los fabrican.
Un mafioso italiano, de los de verdad, buen compañero de cárcel, me decía que si a él o los suyos en ITALIA les hubieran hecho algo así, no viviría nadie. Yo, no solo no contemplé convertirme en un asesino vengador, sino que los QUERÍA VIVOS Y CUERDOS, para que de sus peleas surgiera la verdad, como sucedió entre Piqué Vidal y Pascual Estevill. MI PÍRRICA VENGANZA, en mínima parte, muy mínima, lograda, pues aun los hay EN LIBERTAD, MUY RICOS, PODEROSOS y GOZANDO DE SIMULADA HONORABILIDAD.
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