Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Copa del Rey 2015

Carta de un barcelonista español al independentismo

|



Estimats amics:

Me pregunto cómo os fue aquel día. Lloré desconsoladamente sobre mi cama, durante horas. ¿Os acordáis? El Celta había ganado tres goles a dos al Barcelona, temporada 1992/1993, y dejaba vía libre al Madrid para el título de Liga. Sin la decena cumplida, para un niño residente en Mondariz, un pequeño pueblo de la provincia de Pontevedra, el hecho de que los celestes jugaran a poco más de una hora de su casa le era indiferente. Había entregado conscientemente una parte de mi corazón al Barça, un amor tan noble y puro que no entendía de distancias.

Entre lágrimas y risas el vínculo ha crecido irreemplazable e imperecedero. No puedo dejar de ser del Barça. No hay nada que pueda hacer o puedan hacer que rompa ese lazo. No quiero, pero sinceramente a veces me sorprende que tampoco pueda. Sabes de lo que hablo, ¿verdad?

Por eso quería escribiros hoy y daros las gracias. Sin doble sentido, desde el fondo de mi alma. Porque resulta que tampoco puedo dejar de ser español, otra faena del artificio humano. Y tú me haces libre. Tan libre como “el Madrid es España”. Gracias a vuestra doble intolerancia habéis conseguido protegerme del odio, la gran lacra que corrompe al ser humano. Yo jamás podría haberlo hecho solo. Ni creo que pueda ahora. Y os lo agradezco.

No digo que no me duela que me ignores, porque me duele. No digo que no me avergüence, porque me avergüenzo. No digo que no me sienta humillado, porque me siento humillado. Pero es el duro peaje a pagar para mantener puro el amor de aquel niño de lágrima floja. Lucha, lucha, lucha por lo que quieres. Eso hago. Nunca llevo camisetas a la cabina de prensa. Pero me traje el sábado la mía del año 1993. Porque lo sabía. No la tenía puesta, me estaba abrazando.

Mira hacia dentro y dime, ¿dónde está “aquesta gent, tan ufana i tan superba”? ¿Dónde? Tienes la suerte de vivir a su lado, y actúas como un arrendador despiadado manipulando su esencia y empequeñeciendo su grandeza. Vuelve a ser barcelonista. Por favor. Por el Barça.

Sabes que tienes todo el tiempo del mundo, porque ya te dije que no tengo otro camino. Y soy consciente de que es muy difícil facturar el odio y no subirlo contigo al campo. Lo entiendo, porque soy tan humano como tú. Pero también soy tan barcelonista como tú. Y si aquel niño de nueve años pasó de llorar su alma a explotarle el corazón en el segundo milagro de Tenerife, ¿acaso esto será más difícil?

Me despido ya. Me alegra que lo hayamos hablado, no tendría sentido de otra forma. Y como buen gallego, me voy preguntando. ¿Estás seguro de que nos separan himnos y banderas?

Tant se val d'on venim, si del Sud o del Nord. Ara estem d'acord, estem d'acord: una bandera ens agermana. Blaugrana al vent, un crit valent. Tenim un nom, el sap tothom: BARÇA, BARÇA, BARÇA!!!

Una abraçada.



Carta de un barcelonista español al independentismo

Roberto Carrera Hernández
miércoles, 3 de junio de 2015, 08:28 h (CET)



Estimats amics:

Me pregunto cómo os fue aquel día. Lloré desconsoladamente sobre mi cama, durante horas. ¿Os acordáis? El Celta había ganado tres goles a dos al Barcelona, temporada 1992/1993, y dejaba vía libre al Madrid para el título de Liga. Sin la decena cumplida, para un niño residente en Mondariz, un pequeño pueblo de la provincia de Pontevedra, el hecho de que los celestes jugaran a poco más de una hora de su casa le era indiferente. Había entregado conscientemente una parte de mi corazón al Barça, un amor tan noble y puro que no entendía de distancias.

Entre lágrimas y risas el vínculo ha crecido irreemplazable e imperecedero. No puedo dejar de ser del Barça. No hay nada que pueda hacer o puedan hacer que rompa ese lazo. No quiero, pero sinceramente a veces me sorprende que tampoco pueda. Sabes de lo que hablo, ¿verdad?

Por eso quería escribiros hoy y daros las gracias. Sin doble sentido, desde el fondo de mi alma. Porque resulta que tampoco puedo dejar de ser español, otra faena del artificio humano. Y tú me haces libre. Tan libre como “el Madrid es España”. Gracias a vuestra doble intolerancia habéis conseguido protegerme del odio, la gran lacra que corrompe al ser humano. Yo jamás podría haberlo hecho solo. Ni creo que pueda ahora. Y os lo agradezco.

No digo que no me duela que me ignores, porque me duele. No digo que no me avergüence, porque me avergüenzo. No digo que no me sienta humillado, porque me siento humillado. Pero es el duro peaje a pagar para mantener puro el amor de aquel niño de lágrima floja. Lucha, lucha, lucha por lo que quieres. Eso hago. Nunca llevo camisetas a la cabina de prensa. Pero me traje el sábado la mía del año 1993. Porque lo sabía. No la tenía puesta, me estaba abrazando.

Mira hacia dentro y dime, ¿dónde está “aquesta gent, tan ufana i tan superba”? ¿Dónde? Tienes la suerte de vivir a su lado, y actúas como un arrendador despiadado manipulando su esencia y empequeñeciendo su grandeza. Vuelve a ser barcelonista. Por favor. Por el Barça.

Sabes que tienes todo el tiempo del mundo, porque ya te dije que no tengo otro camino. Y soy consciente de que es muy difícil facturar el odio y no subirlo contigo al campo. Lo entiendo, porque soy tan humano como tú. Pero también soy tan barcelonista como tú. Y si aquel niño de nueve años pasó de llorar su alma a explotarle el corazón en el segundo milagro de Tenerife, ¿acaso esto será más difícil?

Me despido ya. Me alegra que lo hayamos hablado, no tendría sentido de otra forma. Y como buen gallego, me voy preguntando. ¿Estás seguro de que nos separan himnos y banderas?

Tant se val d'on venim, si del Sud o del Nord. Ara estem d'acord, estem d'acord: una bandera ens agermana. Blaugrana al vent, un crit valent. Tenim un nom, el sap tothom: BARÇA, BARÇA, BARÇA!!!

Una abraçada.



Noticias relacionadas

Realmente, la función de la filosofía se desarrolla, como un saber crítico de segundo grado, que analiza los contenidos de las diversas ciencias. Es un saber que se interesa por toda la realidad y el presente. Ya en vida de su creador Gustavo Bueno, su materialismo demostró una potencia explicativa extraordinaria, superior a la de otras corrientes o sistemas filosóficos.

Hay cosas cómicas que hay que tomar muy en serio. Son gansadas que retratan nuestro mundo. Representan el ombliguismo que nos rodea. El término es magistral: define aquello que cree está en el centro del cuerpo (del universo), sin reparar que su función se volvió inútil hace ya tiempo.

Hace unos días recibí de la editorial Anagrama el libro de Roberto Saviano titulado Los valientes están solos. Libro apasionante que he comenzado a devorar por la forma directa de contar una historia de coraje e integridad que terminó con los restos del juez Falcone volando por los aires a consecuencia del atentado perpetrado por la Cosa Nostra, al mando de ese tipo con cara de paleto bobo, Salvatore Totò Riina.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto