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Saul Bellow, el novelista rebelde

Centenario de su nacimiento
Ana Alejandre
miércoles, 1 de julio de 2015, 05:55 h (CET)
El próximo 10 de julio se cumplen cien años que nació Saul Bellow. Este novelista estadounidense, galardonado con el Premio Nobel, nacido el 10 de julio de 1915, en Lachine (Quebec) -hijo de Abraham Belo, un judío ruso que emigró a Canadá en 1912 y cambió su apellido Belo por Bellow-, y creció en la contradicción que suponía la sinagoga a la que asistía con su familia y el contrabando que su padre hacía, durante la Ley Seca, en la frontera de EE.UU. El pequeño Saul escribía sobre aquello que veía de forma novelesca. A los trece años, con un amigo suyo, realizó una parodia en yiddish a T.S. Eliot. A los veinte años firma sus primeras obras como Saul Bellow mientras su familia pasaba por graves apuros económicos.

Después, cuando tenía nueve años, se trasladó junto a su familia a Chicago y estudió en la Universidad de Northwestern, las licenciaturas de Antropología y Sociología que finalizó en 1937. Sirvió en la Marina mercante durante la II Guerra Mundial y adquirió la nacionalidad estadounidense. Fue profesor de varias universidades americanas.

Es autor de novelas como Hombre en suspenso, su primera obra publicada (1944), La víctima (1947), Las aventuras de Augie March (1953), Carpe diem (11956) yHenderson el rey de la lluvia (1959), Herzog (1964) y El Planeta de Mir. Sammler, premiadas ambas con National Book Award (Premio Nacional del Libro), que reflejan la lucha de los intelectuales judíos contra la insatisfacción y malestar espiritual que les embarga en la sociedad en la que viven.

Obtuvo importante premios literarios como el Premio Pulitzer, en 1976, por El Legado de Humboldt (1975) y en el mismo año le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Otras obras posteriores a través de las que este autor prosigue su análisis de la cultura contemporánea es El diciembre del decano (1982). Jerusalén, ida y vuelta (1976) que es un estudio lúcido y emotivo de su visita a Israel, y la novela Son más los que mueren de desamor (1987), a la que sitúa en el Medio Oeste de EE.UU. Sus últimas obras fueron, entre las más destacadas, La verdadera (1997) y Ravelstein (2000).

Para conocer mejor al autor de Herzog, obra cumbre la literatura americana, no hay obra más adecuada que la publicación de la correspondencia de Saul Below (1915-2005) -publicada por primera vez en España por la editorial Alfabia en 2011-. Bellow siempre afirmaba que la novela debería asemejarse a la correspondencia epistolar, por lo que tendría las características de ésta: «Ser suelta, cubrir mucho terreno, avanzar rápidamente, asumir el riesgo de la inmortalidad y la decadencia»

La paciente búsqueda y catalogación durante tres años del escritor Benjamin Taylor, dio como resultado la colección de cartas de Saul Bellow que fueron escritas entre 1932 y 2004. A través de esta correspondencia se perfila un clarificador autorretrato de su autor y se puede conocer de primera mano el ambiente de cada momento epistolar. En esta colección de cartas se encuentran las que dirigió a esposas, hijos, amantes, lectores, alumnos, coleccionistas de autógrafos y escritores de la talla de Faulkner, Roth, Amis, John Cheever, Ralph Ellison, Bernard Malamud, James Salter, Joyce Carol Oates, Vargas Llosa y un largo etcétera. Además, esta correspondencia nos sirve para ir comprobando los distintos procesos creativos de cada novela bellowiana y así se puede leer lo que afirma del proceso de creación de Herzog «Herzog me tiene hundido —escribe en 1960 a Richard Stern—: como pasa alguna vez en la página cien, mi falta de planificación, o la astucia inconsciente, me alcanza y estoy de nuevo en Montreal de 1922, intentando meter un borracho en la cama, y no estoy seguro de si sabré qué hacer cuando se duerma...».

A través de esta correspondencia se pueden conocer vivencias de su autor como la que narra, en 1956, cuando Faulkner, presidente del comité antisoviético «People to People», solicita a Bellow que apoye la petición de liberación de Ezra Pound, por entonces internado en un manicomio por su colaboración con el fascismo. a lo que Bellow responde tajantemente: «aconsejó (Pound) la enemistad hacia los judíos y predicó a favor del odio y el asesinato. ¿Me pide que me una a usted para honrar a un hombre que pidió la destrucción de mis parientes?».

Hay notas definitorias del carácter y rebeldía de Bellow como la que se pone de manifiesto en la carta que escribe, en la primavera del 68, a Meyer Shapiro, cuando le pide opinión sobre su cuento El viejo sistema, porque se lo querían cortar en el New Jorker, por lo que decidió publicarlo en Playboy y, por ello, afirma, «Los trimestrales son tan corruptos como las revistas ilustradas, y Hugh Hefner tiene vicios más agradables que W. Phillips».

La crítica había calificado a Bellow de “novelista de ideas”, por quedar siempre sus protagonistas intelectuales indefensos y desconcertados ante la evidencia de los acontecimientos y de la propia vida, haciéndoles añicos su sabiduría que resulta inerme ante la fuerza arrolladora de la corriente existencial.

Se encuentran también en esta inestimable colección de cartas los nombres de los tres escritores a los que considera los mejores: Philip Roth, John Cheever y Martin Amis y, refiriéndose a este último, lo califica como el mejor de los más jóvenes, añadiendo: "Soy demasiado viejo para los caramelos y extrañamente (para un escritor de ficción) desde hace algunos años digo exactamente lo que pienso".

Esta correspondencia forma una obra imprescindible para quienes se sienten subyugados por la narrativa de este escritor y para los que aún no la conocen, porque, a lo largo de estas cartas, verdaderas crónicas vitales, literarias, sociales y políticas, su autor va perfilando su mejor y acabado personaje: Saul Bellow.

Bellow falleció el 5 de abril de 2005 en Massachusetts.

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