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Son unos utópicos

José Enrique Centén
domingo, 4 de octubre de 2015, 09:29 h (CET)
Es el calificativo más suave de como consideran a los votantes y miembros de Podemos cuando sorprendió en la elecciones al Europarlamento, fue un soplo de esperanza el ideario con el que se presentó, se le ha tachado y se le tacha también de populista, revolucionario, bolchevique, de querer implantar el soviet en la sociedad, calificativos peyorativos de los partidos y satélites que desde la dictadura han ostentado el poder. Podemos está muy preocupado por lo social y el Estado a diferencia de socialdemócratas y liberales, defensores del liberalismo parlamentario consagrando la individualidad que menoscaba los derechos del Estado en beneficio de una minoría, actitud que definió Kant (1724-1804) cuando expuso: la ostentación del poder corrompe inexorablemente el libre juicio de la razón.

La realidad de Podemos es que es menos radical que los partidos en la órbita comunista con dirigentes que siguen anclados en conceptos con muy pocas variantes y un discurso fracasado como se ha demostrado convocatoria tras convocatoria, con dirigentes más jóvenes bien preparados y válidos, pero que permanecen en su viejo partido por nostalgia y algunos no quieren converger en mor de la supervivencia del nombre de su partido y un solo punto discrepante, el monetario para su subsistencia.

También se le critica la falta de concreción de un programa económico, único asunto que les importa a los partidos del poder, sin entender que en realidad tanto en lo económico como en el resto de su programa lo que intenta Podemos es falsar sus propias teorías para encontrar resquicios que puedan ser contradictorios, lo hacen con expertos económicos y mediante consulta por medio de internet, dando la posibilidad de opinar y exponer propuestas a sus posibles votantes, método que ningún partido realiza, dado que estos partidos lo dejan en manos de una élite, y según su ideología se apoyan únicamente en economistas seguidores de las teorías marxiana, keynesiana o la más reciente, la monetarista, en estas dos últimas son los poderes financieros quienes la elaboran en propio beneficio y en detrimento de la población en general, incluso capaces de actuar por encima del derecho y de la ética.

Podemos lo que hace es intentar un sistema asambleario en sus decisiones, muy difícil a nivel nacional incluso con las nuevas tecnologías, porque las personas se cansan de asambleas y consultas periódicas, se mueven más y mejor si estas se realizaran para cosas muy concretas en época más cercanas a elecciones y siempre después de exponer puntos concretos para debatir, ampliar, modificar. La realidad es que este partido está más cercano a la filosofía de Popper en su teoría de ingeniería social, al plantear un reformismo donde los parámetros iniciales se van modificando sucesivamente hasta obtener el resultado final, no dando su postura como dogma, sino perfectamente mejorable, en lugar de un cambio radical cuyas consecuencias pueden ser demasiado traumática. Teoría económica contraria a la actual donde la sociedad está inmersa en una vorágine de individualidad provocada por el liberalismo de ese nuevo dictador, el Mercado, controlado por multinacionales que ejercen la dictadura financiera, ellos han provocado una revolución económica con el deseo de influenciar aún más con el TTIP para competir con su partenaire oriental, planteando el despido gratuito y en el precio de mano de obra similar al modelo asiático, casi sumido en la esclavitud. El ejemplo es claro, en poco menos de cuatro años se ha implantado los contratos precarios, por horas o días mayoritariamente, han acabado prácticamente con el Bienestar Social que tantos años de sacrificios ha costado a la sociedad con solo sus manos como capital de inversión para obtener obtenerlos.

Podemos es consciente que conviviremos con el capitalismo, por ello su actitud es que el poder político sea controlado por una multiplicidad de instituciones fiscalizadas por todos los partidos políticos, a modo de contra poder, con el fin de que este capitalismo financiero no se convierta en una instancia superior al Estado, y de manera que se beneficie toda la sociedad evitando la supremacía del capital sobre los ciudadanos.

Por ese motivo los poderes financieros nacionales e internacionales desean evitar su triunfo intentando socavar su credibilidad, al pretender acabar con la hegemonía financiera dictatorial, la importancia de España es patente, un país de mayor poder económico y enclave político como plataforma para Hispanoamérica y norte de África por sus lazos culturales desde hace siglos, eso temen perder. Los llaman utópicos cuando en realidad son portadores de mensajes que dan esperanza, sus propuestas originales son una luz que se atisba al fondo de un tenebroso túnel.

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