Jorge Lanata (Mar de Plata, 1960) es un reconocido periodista argentino. A los 26 años fundó el diario Página 12, fue conductor de diversos programas televisivos y hace poco volvió a fundar otro diario, Crítica. Se quiera o no, Lanata es una voz influyente en la prensa latinoamericana. Ergo, una verdadera vaca sagrada del mundo de las informaciones, pero ahora abordaremos su último libro, la novela “Muertos de amor”, publicada a fines del 2007.
“MA” intenta ficcionalizar los avatares del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), formado por el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, quien, en 1960, entrevistó en Cuba a Ernesto Guevara, el “Che”, quedando seducido por las ideas revolucionarias, tan caras en esos años. El “Che” nombra a Masetti como su Comandante Segundo, y este se embarca en lo que a todas luces parecía ser una empresa destinada al fracaso, pero como el aura romántica siempre funciona en los movimientos guerrilleros, los óbices no hacían sino que cimentar aún más el carácter de cambio en pos de la justicia social. Masetti, entonces, redacta una serie de comunicados que tienen el objetivo de encontrar eco en los campesinos argentinos de Salta, una zona marcada por la extrema pobreza y el olvido del estado.
La novela es corta, Lanata se vale de una serie de recursos narrativos como la epístola, el comunicado, la entrevista y el testimonio para engarzar la historia de estos revolucionarios desde distintos puntos de vista. En ella no encontramos una voz omnisciente, pero sí una atmósfera llena de pesadez y fracaso, así la empresa esté signada por la mejor de las intenciones. Y es en esta atmósfera donde encontramos la crítica feroz de la novela: la sin razón de las guerrillas cuando estas son acicateadas por el entusiasmo, cuando quienes quieren cambiar el mundo no encuentran el sustento de la intención insurgente: el apoyo del pueblo. Es por eso que a medida que vamos conociendo los “avances” de esta guerrilla, el enemigo paulatinamente deja de ser el cuco imperialista, y adquiere cuerpo a través de una suerte de desconfianza entre los mismos integrantes del EGP.
Muchos ya han señalado la prosa arrolladora de la novela. Como dije, el autor es un reconocido periodista que tiene como sello de garantía una escritura cargada de reflexión y claridad: noo se la hace difícil al lector, es de aquellos que llevan a la práctica el tan difícil arte de la compleja sencillez. Sin embargo, “MA” deja, por momentos, la sensación de ser una edición de lo que es un gran reportaje, e indefectiblemente, sin querer, se convierte en la gran traba de la novela puesto que la estructura que utiliza Lanata no tiene el componente estético como para ser calificado de literatura. Aunque sabemos bien que, a estas alturas, la discusión que se regodea en la delgada línea que separa al periodismo de la literatura es de por sí interminable, pero aun así no hay que dejar de consignarla.
Editorial: Alfaguara.
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