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El ya superado 15-O tuvo lugar en la madrileña sala Moon Live una cita con la historia, no en vano pasó por allí el que ya es leyenda del rock más allá de las fronteras patrias: Evaristo Páramos, quien lleva más de cuarenta años subido a un escenario en calidad de lucidísimo juglar que no ceja de lanzar harto surtidas y vasodilatadoras proclamas. Dio el aludido Páramos un conciertazo antológico con su actual formación “Tropa do Carallo”, la cual conforma junto con Abel Murua (también histórico bajista de “La Polla Records”), Tripi (quien asimismo fuera batería de “Gatillazo”) y los guitarras Kako y Salgado.
Antes de la salida a escena de los “Tropa”, se marcaron un gran concierto también los teloneros, el grupo “Kamikazes”, una banda cañerísima en la línea de “Non Servium” y “Kaos Urbano” que hizo las delicias de un respetable entregado por demás. Prepararon el terreno para el adviento del gran Evaristo que salió danzando al ritmo de Manolo Escobar (uno de sus musos inversos) en irónico-denostador proceder. Y a partir de ahí, se desarrolló un espectáculo increíble, en el que las canciones se sucedían una detrás de otra, al estilo de los “Ramones”, como siempre anheló Páramos, contando de cuando en cuando los breves intersticios inter-tonadas con las impagables acotaciones del aludido mítico cantor. También cayeron algunos temas de “La Polla Records” como “Delincuencia” u “Odio a los partidos”, que enardecieron al respetable sobremanera.
Entre la concurrencia se encontraba Javier Corcuera, director del documental que conmemora los 40 años de “La Polla”: “No somos nada”, y que no podía disimular gestualmente su adhesión a la formación en ese momento en liza sobre el escenario.
A tenor de la energía destilada por Evaristo Páramos, me atrevo a pronosticar que vamos a disfrutar de su indubitable talento algunos años más. Así sea.
El mundo de la música está de enhorabuena con la llegada de "Desiertos", el último y esperado disco de Gaby Sopeña. Este álbum no sólo consolida la carrera de una de las voces más distintivas del panorama musical actual, sino que también representa un viaje emocional y sonoro que promete dejar una huella imborrable en todos sus oyentes.
Formentera Jazz Festival se ha convertido por derecho propio en un reclamo para aquellos melómanos que buscan experiencias singulares. No basta solo con escuchar buena música ejecutada por músicos sobresalientes. El escenario cobra cada vez más importancia. Y no hay 'stage' más impresionante que la isla de Formentera. El festival ‘arranca’ el lunes 3 de junio con la exposición ‘Una década a Jazz: notas visuales de magia en Formentera’.
Realizado por BSN producciones y con el músico cordobés Paco Marín como encargado de sonido, el programa, con voz y música en directo, pretende ser una nueva herramienta de promoción, apoyo y difusión de la música, no sólo de lo ya establecido y consolidado sino también de la presentación de nuevos talentos o valores.
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