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Poesía

Jeton Kelmendi de Albania: su último poemario “La vida vive en mí”

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La Distinguida escritora italiana Elisabetta Bagli ha escrito un Epílogo sobre la obra del escritor Albanes Jeton Kelmendi, el poemario “La vida vive en mi”. Lo siguiente es el material completo de pensamientos de Bagli sobre la obra poética de Kelmendi, un fecundo escritor de Albania, oriundo de la Republica de Kosova.   


No se puede definir qué es poesía en un sentido estricto, pero sin lugar a dudas, se puede decir que la poesía es la voz que cada uno lleva dentro y que sale bajo la forma de palabra en versos; es esa voz que libera los miedos, los temblores, las sonrisas y la belleza. Podemos decir también que la poesía es el sueño del poeta que rompe con las estructuras que rigen la rutina para adentrarse en el universo onírico y sensible de su alma:


“El amor es un sueño/al que todo el mundo tiene derecho…”

“En el caos,/mis sueños vinieron muy rápido,/como un día cuando, al despertar,/comencé a ver paisajes de ensueño.”

“…los sueños son un buen augurio…”


Jeton Kelmendi en su poemario “La vida vive en mí” habla de sueños y ensoñaciones, de amor y de sus ilusiones, sus engaños y sus amarguras; describe la vida y las muchas existencias que viven en ella y en su poesía, abarcando temas tan existencialistas que no conciernen sólo a la esfera íntima de la vida cotidiana:


“Si quieres ir a la realidad, al amor, a la ilusión,/no le digas que la vida es solo un sueño…”

“No le hables a nadie sobre mi tiempo/porque la vida es un juego de trucos…”   


Marina Tsvetaeva solía decir que la poesía es “algo que dentro de nosotros quiere desesperadamente ser”. Y es esto que hace el poeta albanés que quiere dar movimiento, con sus palabras, a lo que siente dentro, al amor y a sus debilidades que a menudos se tornan dolor, a aquellas necesidades de las que no somos conscientes, a aquellos muchos elementos que, a veces, nada tienen que ver con el objeto del amor. Sin embargo, es en ese momento cuando todos sentimos la necesidad de escribir, de decir algo que pueda ser transmitido a los demás para que lo asimilen y puedan reflexionar sobre los acontecimientos de la vida.


“… el amor nace cada día, cada noche,/por la tarde, pasada la medianoche,/simplemente, podemos verlo/en cualquier momento,/en cualquier sitio…”

“Así es el amor, como una manzana/que, ocasionalmente,/madura líquida en el alma humana/y explica el sabor del dolor/de la vida del hombre…”


Hay que recordar también que la poesía es “memoria” exactamente como decía Giovanni Pascoli: “El recuerdo es poesía, y la poesía no existe si no tengo recuerdos”. Un recuerdo para almacenar en la memoria y devolver a la vida justo cuando uno vive situaciones emocionalmente similares a las del pasado; un recuerdo que está vinculado al afecto, pero también, en una visión más global, a la memoria histórica y cultural de los pueblos, constituyendo, en todos sus matices, una herencia humana indeleble que es la base de la identidad de una comunidad y, a nivel individual, de la personalidad de cada uno.


“…Sentado en la memoria/eché una mirada a sus pasos/que aplastan el futuro…”

“...Diariamente subo a la cima de la memoria/y por la noche desciendo hasta mí,/el tiempo se sienta allí, en su propia cama.”


Y el mismo Pascoli decía que poesía es también “estupor”, el mismo del niño que llora y ríe sin un por qué, sintiendo cosas que escapan a nuestros sentidos y a nuestra razón. Es él quien nos salva de las lágrimas con su loca alegría; es él quien hace tolerables la felicidad y la desgracia, templándolas con lo amargo y lo dulce, y haciendo que dos cosas sean igualmente dulces para la memoria.


“Caminaré por el horizonte,/como el primer deseo en la infancia/que nos elevó a ritmos de cautiverio,/igual que llevo mi nombre/desplegado en la memoria.”


La poesía es trabajar sobre uno mismo: revelar el ser de cada uno, profundizando la relación entre nuestra conciencia y nuestro ser. En el poemario “La vida vive en mí” Jeton Kelmendi está en constante relación consigo mismo y la palabra. Por eso, es necesaria una cuidadosa lectura de sus escritos que tratan de la vida y sus delirios, de lo que es vivir y soñar, y a los buenos lectores les gusta mucho soñar.

Jeton Kelmendi de Albania: su último poemario “La vida vive en mí”

Poesía
Peter Tase
lunes, 27 de febrero de 2023, 09:37 h (CET)

La Distinguida escritora italiana Elisabetta Bagli ha escrito un Epílogo sobre la obra del escritor Albanes Jeton Kelmendi, el poemario “La vida vive en mi”. Lo siguiente es el material completo de pensamientos de Bagli sobre la obra poética de Kelmendi, un fecundo escritor de Albania, oriundo de la Republica de Kosova.   


No se puede definir qué es poesía en un sentido estricto, pero sin lugar a dudas, se puede decir que la poesía es la voz que cada uno lleva dentro y que sale bajo la forma de palabra en versos; es esa voz que libera los miedos, los temblores, las sonrisas y la belleza. Podemos decir también que la poesía es el sueño del poeta que rompe con las estructuras que rigen la rutina para adentrarse en el universo onírico y sensible de su alma:


“El amor es un sueño/al que todo el mundo tiene derecho…”

“En el caos,/mis sueños vinieron muy rápido,/como un día cuando, al despertar,/comencé a ver paisajes de ensueño.”

“…los sueños son un buen augurio…”


Jeton Kelmendi en su poemario “La vida vive en mí” habla de sueños y ensoñaciones, de amor y de sus ilusiones, sus engaños y sus amarguras; describe la vida y las muchas existencias que viven en ella y en su poesía, abarcando temas tan existencialistas que no conciernen sólo a la esfera íntima de la vida cotidiana:


“Si quieres ir a la realidad, al amor, a la ilusión,/no le digas que la vida es solo un sueño…”

“No le hables a nadie sobre mi tiempo/porque la vida es un juego de trucos…”   


Marina Tsvetaeva solía decir que la poesía es “algo que dentro de nosotros quiere desesperadamente ser”. Y es esto que hace el poeta albanés que quiere dar movimiento, con sus palabras, a lo que siente dentro, al amor y a sus debilidades que a menudos se tornan dolor, a aquellas necesidades de las que no somos conscientes, a aquellos muchos elementos que, a veces, nada tienen que ver con el objeto del amor. Sin embargo, es en ese momento cuando todos sentimos la necesidad de escribir, de decir algo que pueda ser transmitido a los demás para que lo asimilen y puedan reflexionar sobre los acontecimientos de la vida.


“… el amor nace cada día, cada noche,/por la tarde, pasada la medianoche,/simplemente, podemos verlo/en cualquier momento,/en cualquier sitio…”

“Así es el amor, como una manzana/que, ocasionalmente,/madura líquida en el alma humana/y explica el sabor del dolor/de la vida del hombre…”


Hay que recordar también que la poesía es “memoria” exactamente como decía Giovanni Pascoli: “El recuerdo es poesía, y la poesía no existe si no tengo recuerdos”. Un recuerdo para almacenar en la memoria y devolver a la vida justo cuando uno vive situaciones emocionalmente similares a las del pasado; un recuerdo que está vinculado al afecto, pero también, en una visión más global, a la memoria histórica y cultural de los pueblos, constituyendo, en todos sus matices, una herencia humana indeleble que es la base de la identidad de una comunidad y, a nivel individual, de la personalidad de cada uno.


“…Sentado en la memoria/eché una mirada a sus pasos/que aplastan el futuro…”

“...Diariamente subo a la cima de la memoria/y por la noche desciendo hasta mí,/el tiempo se sienta allí, en su propia cama.”


Y el mismo Pascoli decía que poesía es también “estupor”, el mismo del niño que llora y ríe sin un por qué, sintiendo cosas que escapan a nuestros sentidos y a nuestra razón. Es él quien nos salva de las lágrimas con su loca alegría; es él quien hace tolerables la felicidad y la desgracia, templándolas con lo amargo y lo dulce, y haciendo que dos cosas sean igualmente dulces para la memoria.


“Caminaré por el horizonte,/como el primer deseo en la infancia/que nos elevó a ritmos de cautiverio,/igual que llevo mi nombre/desplegado en la memoria.”


La poesía es trabajar sobre uno mismo: revelar el ser de cada uno, profundizando la relación entre nuestra conciencia y nuestro ser. En el poemario “La vida vive en mí” Jeton Kelmendi está en constante relación consigo mismo y la palabra. Por eso, es necesaria una cuidadosa lectura de sus escritos que tratan de la vida y sus delirios, de lo que es vivir y soñar, y a los buenos lectores les gusta mucho soñar.

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