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Blackkaiser, de Víctor Santos: ‘el cómic que emergió del negro’

Herme Cerezo
Herme Cerezo
lunes, 4 de mayo de 2009, 08:00 h (CET)
El historietista Víctor Santos (Valencia, 1977) nos presenta un thriller: ‘Blakkaiser. Una historia de espías’. En él, un killer, al que llamaremos desde ahora B.K., antiguo sicario de los países del telón de acero, entrenado excepcionalmente en el manejo de las armas, las artes marciales, el sexo tántrico y la autosugestión curativa, es contratado para eliminar a un congresista, implicado en la venta de participaciones en importantes empresas estadounidenses a los países árabes. La acción arranca precisamente cuando B.K. tiene en el centro de la mira telescópica de su sofisticado fusil al futuro finado. Un acontecimiento inesperado e insólito va a cambiar toda la estructura de su carrera como profesional del "trabajo sucio". Corre el 11 de septiembre de 2001, en primer plano la silueta recortada del asesino a sueldo, al fondo, tras los cristales de un amplio ventanal, un avión se dirige contra la segunda torre gemela del World Trade Center. La primera de ellas ya vomita humo, se quema, arde.



Portada del cómic.


¿Quién es Blackkaiser? B.K. es un tipo duro como corresponde a su oficio, acostumbrado a realizar las misiones más difíciles y a sobrevivir en las condiciones más adversas. Él mismo define su cometido como "memorizar un rostro para luego convertirlo precisamente en memoria". A B.K también le tiemblan las manos, como a cualquier mortal, se le incrusta la angustia en el estómago y sufre antes de efectuar sus trabajos. Sin embargo, es un matarife profesional y no puede perder tiempo en estas menudencias porque su tiempo es oro. Entonces se supera: se repone, apunta, dispara, pliega bártulos y a otra cosa, mariposa.

Sin embargo, como decía antes, en este álbum la cosa no va funcionar así. Víctor Santos, juega con el tiempo continuamente, en una reiterada serie de flashbacks sobre el pasado inmediato, el más remoto y el presente de B.K. En algunos instantes, esta insistencia puede producir una cierta confusión y el lector ha de prestar mucha atención a los rasgos físicos de los personajes, especialmente de los femeninos: Irina e Ifrit, una buena, la otra no tan mala como parece, para evitarla. El pelo y las greñas de estas dos mujeres, de cintura de avispa y caderas acusadas, ayuda mucho en su identificación, al igual que los roles antagónicos que ambas desempeñan en la historia. Probablemente si la acción no fuese tan dinámica y trepidante, los cambios de escenario, tiempo y situación son casi continuos, la confusión podría atenuarse. Por otro lado, sin embargo, precisamente este dinamismo es uno de los valores intrínsecos de ‘BlackKaiser. Una historia de espías’. Mal thriller es aquel que concede tregua al lector. Exasperante suele ser la palabra.

Otro factor que no podemos dejar de lado y que, a mi juicio, llama mucho la atención, es la propuesta gráfica de Víctor Santos. En primer lugar, la construcción de las páginas es completamente arbitraria. No hay normas fijas, no hay modelos preestablecidos de nueve, doce o quince viñetas. Santos apuesta por el diseño según la necesidad. Hay páginas con muchas viñetas y otras con muy pocas. Incluso en ocasiones un solo dibujo enmarca varias acciones, varios momentos narrativos, varias perspectivas. Son destacables en este sentido las páginas en las que un solo dibujo central, normalmente un cuerpo femenino, grande, completo, encierra en su anatomía una cadena de situaciones relacionadas entre sí, que distinguimos por un solo dibujo y algunos bocadillos, sin márgenes, recuadros ni nada por el estilo. Por el contrario, también son destacables aquellas viñetas, de página completa también, cuya figura central posee a su alrededor varios momentos que la complementan o explican.

El dibujo es en blanco y negro. Las historietas de José Muñoz (‘Alack Sinner’) acudieron a mi memoria en más de una ocasión mientras leía ‘Blackkaiser’. Sin embargo, yo diría que, mientras que el argentino parte de la concepción de la utilización del papel blanco como superficie de trabajo para construir su grafía y sus escenarios con tinta negra, parece que Víctor Santos haga justo lo contrario. Y así muchas páginas dan la sensación de partir del color negro, como fondo inicial, para dar vida a esta historia de espías a través de tonos blancos y unos cuantos entramados grises, muy pocos. Original planteamiento el del cómic que partió del negro, tan válido como cualquier otro, por supuesto.

Y un par de referencias más. Interesantes aquellas viñetas en las que B.K. ejercita su puntería en una sala de tiro al blanco, en este caso concreto, sobre siluetas humanas. Sus disparos van destrozando determinados lugares de las indefensas anatomías de madera: el corazón, la cabeza .... En un momento de la acción, de la acción de verdad, en pleno tiroteo, estas imágenes acuden a la mente del protagonista y las vemos reflejadas al caer sus rivales víctimas de disparos en el pecho o en la cabeza. Singular igualmente el Agente 13, un tipo capaz de convertir en arma mortífera cualquier cosa que se ponga a su alcance: una tarjeta Visa, sin ir más lejos.

Victor Santos es un dibujante de trayectoria muy dilatada a pesar de su juventud. Seis galardones en el Salón del Cómic de Barcelona, otros dos en el de Madrid y el manejo en diversos géneros (fantástico, thriller y juvenil) así lo avalan. Obras suyas son ‘Gaijin: honor, balas y ex novias’ (1999);’ Los Reyes Elfos (2000); ‘Los Reyes Elfos: La Doncella y los lobos’ (2001); ‘Los Reyes Elfos: La Emperatriz del Hielo’ (2002); ‘Pulp Heroes’, ‘Los Reyes Elfos: la Espada de los inocentes’ y ‘Faeric Gangs’ (2003); ‘Aventuras en el Mundo Jung’ y ‘Protector’ (2004);’Lone in Heaven’,’ Los reyes elfos: Hasta los dioses mueren’ y ‘Pulp héroes 2: Bushido’ (2005); ‘Los reyes elfos: Historias de Faerie’ ( 2006); ‘Al mejor postor’ y ‘Works. El Arte de Víctor Santos’ (2007).

Y termino. ‘Blakkaiser. Una historia de espías’ es un entretenido cómic, una historia de sicarios, espías, contraespías, dobles agentes, bellas mujeres, presente y pasado, donde algunos personajes no son lo que parecen y que requiere una lectura atena para su completa comprensión. Un buen acercamiento del cómic al género del thriller que, probablemente, tendrá continuación ya que su final queda completamente abierto para el futuro.

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Víctor Santos: ‘Blackkaiser. Una historia de espías’; ed. PlanetaDeAgostini; Abril 2009. Tapa dura, blanco y negro, 8,95 euros.

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