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Opinión
Etiquetas | Escritura | Historia | Mitología | Antropología | cultural
A lo largo de la historia ha desarrollado aspectos cognoscitivos, sociales, mágicos y sagrados observados en culturas y tiempos diferentes

​La escritura como una sustancia misma de nuestra cultura

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La escritura la definimos como un sistema de comunicación humana, mediante representaciones gráficas, del idioma verbal. Sobre la base de las actuales pruebas arqueológicas, la escritura apareció al mismo tiempo en Mesopotamia y Egipto, aproximadamente un siglo antes del año 3000 a.C. Como seres sociales, nace de la necesidad de expresar de forma gráfica las ideas, en relación con el sonido de la lengua hablada en cada tribu, y de la búsqueda de un método de dejar constancia de lo realizado, y por realizar.


Por lo tanto, se habla de los sumerios, quienes habitaban el Sur de la Mesopotamia (los que hoy es Irak, norte de Siria y sureste de Turquía), que fueron los primeros en usar este método dando forma tangible a las secuencias de las palabras que usaban.


Años después vuelven a aparecer este método a 1800 km de distancia en Egipto, aunque los símbolos utilizados fueron completamente distintos, y sobre todo plasmado en una especie de papel hecho con fibras de una planta que crece en las orillas del Nilo.


Posteriormente, los elamitas en Arabia (lo que hoy es India y Pakistán) en el valle del río Indo, también usaban estas técnicas como método técnico de expresión.


Coetáneamente en el valle del río Amarillo, el pueblo chino también comenzaba a usar estas técnicas de comunicación, el pueblo Los incas fue el único en el mundo en desarrollar una espléndida civilización sin llegar a conocer la escritura. Los registros y censo de población que les permitían controlar su extenso imperio se mantenían por medio de un sistema de cuerdas anudadas llamadas quipos que hacía las veces de escritura y de cálculos.


Durante muchos siglos la escritura se consideró un gran invento técnico y nada más, por ello que durante muchos siglos su estudio fuera sobre todo histórico, dedicado a los orígenes, a la división y a la modificación de los principales sistemas gráficos.


Pero la escritura es también y, sobre todo, un campo fundamental de la producción ideológica y simbólica de las sociedades: dar forma tangible a las efímeras secuencias de la palabra no es su única función, cada cultura y pueblo tiene sus propias reglas gramaticales y su propia noción de ortografía, por ello cada cultura es reflejo de un pensamiento particular, y de una historia específica, y que sus reglas de representación han ido cambiando coetáneamente con su historia.


En sus orígenes este método no servía para enunciar nombres propios ni elementos gramaticales, aquí es donde la capacidad del ingenio humano tuvo que agudizarse para inventar los fonogramas: dibujos que representaban sonidos silábicos y que podían unirse para formar palabras: por ejemplo, un sol, luna, alimentos…


Algunos de los primeros usos de la escritura fueron, comunicarse con los espíritus, el comienzo de la escritura estuvo rodeado, en algunos pueblos, de un halo de magia y misterio. Así, los antiguos chinos creyeron en principio que sus ideogramas podían ponerlos en contacto con los espíritus divinos.


Para la mitología egipcia se atribuye a esta divinidad la invención de la escritura. Pero lo más probable es que los egipcios idearan sus jeroglíficos a partir de los pictogramas y fonogramas sumerios.


No sabemos muy bien si los chinos copiaron a los egipcios o fue, al contrario, pero la comparación entre jeroglíficos egipcios y escritura china llevó en el siglo XVII a los académicos franceses a creer que los chinos habían sido colonizados por los egipcios algo que el mismo análisis hizo que los ingleses pensasen justo lo contrario.


A Los fenicios se les atribuye la invención del alfabeto y, a veces, erróneamente, el descubrimiento de la escritura. Pero existen alfabetos protosemíticos anteriores al suyo que se difundieron hasta un milenio a. C., igual que decenas de sistemas de escritura.


En un examen más amplio y atemporal la escritura se revela precisamente en su forma más concreta de trazo, de grabado, de disposición de color, como uno de los más vigorosos instrumentos de conocimiento y manipulación de la realidad. El desarrollo a lo largo de la historia ha desarrollado aspectos cognoscitivos, sociales, mágicos y sagrados de la escritura (observados en culturas y tiempos diferentes), con el fin de lograr que en última instancia emerja, a través de la variedad y la diferencia, la identidad sustancial que los regula.


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A día de hoy, es de admirar quien domina este arte, considerando que la escritura despierta todos los sentidos mediante las palabras y la creación de belleza en el lenguaje, y también cultiva la imaginación y la memoria. Es toda una realización de las facultades corporales y anímicas del ser humano.


La forma de cuanto se dice o escribe es tan importante como el sentido o el “mensaje”, ayuda a expresar y/o reconocer sentimientos y emociones, al mismo tiempo que fomenta la creatividad, imaginación y la comprensión de la vida, y es una vía para descubrir el pensamiento humano, lo que hay en el interior de las personas y esto hace que las personas se hagan sensibles a todas aquellas cosas que son parte de su vida. A través de la escritura se ejercita la expresión oral, ya que ayuda a adquirir más vocabulario que se puede utilizar para hablar, y con ello profundizar en el significado de las emociones, nos relaja y nos emociona, nos genera introspección, nos hace sentir placer estético y hace que conectemos con nuestro interior y con la subjetividad


Al igual que expresar ideas propias, políticas, culturales u otras de una manera no convencional, creando ideas directamente a través de esta, generando conocimientos y opiniones, que no estaban de antemano, y considerándola como una sustancia misma de nuestra cultura. 

​La escritura como una sustancia misma de nuestra cultura

A lo largo de la historia ha desarrollado aspectos cognoscitivos, sociales, mágicos y sagrados observados en culturas y tiempos diferentes
Miguel Jesús Castillo Garrido
martes, 4 de julio de 2023, 09:01 h (CET)

La escritura la definimos como un sistema de comunicación humana, mediante representaciones gráficas, del idioma verbal. Sobre la base de las actuales pruebas arqueológicas, la escritura apareció al mismo tiempo en Mesopotamia y Egipto, aproximadamente un siglo antes del año 3000 a.C. Como seres sociales, nace de la necesidad de expresar de forma gráfica las ideas, en relación con el sonido de la lengua hablada en cada tribu, y de la búsqueda de un método de dejar constancia de lo realizado, y por realizar.


Por lo tanto, se habla de los sumerios, quienes habitaban el Sur de la Mesopotamia (los que hoy es Irak, norte de Siria y sureste de Turquía), que fueron los primeros en usar este método dando forma tangible a las secuencias de las palabras que usaban.


Años después vuelven a aparecer este método a 1800 km de distancia en Egipto, aunque los símbolos utilizados fueron completamente distintos, y sobre todo plasmado en una especie de papel hecho con fibras de una planta que crece en las orillas del Nilo.


Posteriormente, los elamitas en Arabia (lo que hoy es India y Pakistán) en el valle del río Indo, también usaban estas técnicas como método técnico de expresión.


Coetáneamente en el valle del río Amarillo, el pueblo chino también comenzaba a usar estas técnicas de comunicación, el pueblo Los incas fue el único en el mundo en desarrollar una espléndida civilización sin llegar a conocer la escritura. Los registros y censo de población que les permitían controlar su extenso imperio se mantenían por medio de un sistema de cuerdas anudadas llamadas quipos que hacía las veces de escritura y de cálculos.


Durante muchos siglos la escritura se consideró un gran invento técnico y nada más, por ello que durante muchos siglos su estudio fuera sobre todo histórico, dedicado a los orígenes, a la división y a la modificación de los principales sistemas gráficos.


Pero la escritura es también y, sobre todo, un campo fundamental de la producción ideológica y simbólica de las sociedades: dar forma tangible a las efímeras secuencias de la palabra no es su única función, cada cultura y pueblo tiene sus propias reglas gramaticales y su propia noción de ortografía, por ello cada cultura es reflejo de un pensamiento particular, y de una historia específica, y que sus reglas de representación han ido cambiando coetáneamente con su historia.


En sus orígenes este método no servía para enunciar nombres propios ni elementos gramaticales, aquí es donde la capacidad del ingenio humano tuvo que agudizarse para inventar los fonogramas: dibujos que representaban sonidos silábicos y que podían unirse para formar palabras: por ejemplo, un sol, luna, alimentos…


Algunos de los primeros usos de la escritura fueron, comunicarse con los espíritus, el comienzo de la escritura estuvo rodeado, en algunos pueblos, de un halo de magia y misterio. Así, los antiguos chinos creyeron en principio que sus ideogramas podían ponerlos en contacto con los espíritus divinos.


Para la mitología egipcia se atribuye a esta divinidad la invención de la escritura. Pero lo más probable es que los egipcios idearan sus jeroglíficos a partir de los pictogramas y fonogramas sumerios.


No sabemos muy bien si los chinos copiaron a los egipcios o fue, al contrario, pero la comparación entre jeroglíficos egipcios y escritura china llevó en el siglo XVII a los académicos franceses a creer que los chinos habían sido colonizados por los egipcios algo que el mismo análisis hizo que los ingleses pensasen justo lo contrario.


A Los fenicios se les atribuye la invención del alfabeto y, a veces, erróneamente, el descubrimiento de la escritura. Pero existen alfabetos protosemíticos anteriores al suyo que se difundieron hasta un milenio a. C., igual que decenas de sistemas de escritura.


En un examen más amplio y atemporal la escritura se revela precisamente en su forma más concreta de trazo, de grabado, de disposición de color, como uno de los más vigorosos instrumentos de conocimiento y manipulación de la realidad. El desarrollo a lo largo de la historia ha desarrollado aspectos cognoscitivos, sociales, mágicos y sagrados de la escritura (observados en culturas y tiempos diferentes), con el fin de lograr que en última instancia emerja, a través de la variedad y la diferencia, la identidad sustancial que los regula.


B131429f 2d54 4928 8a7b 7a182dadc848 21 9 aspect ratio default 0 x389y324


A día de hoy, es de admirar quien domina este arte, considerando que la escritura despierta todos los sentidos mediante las palabras y la creación de belleza en el lenguaje, y también cultiva la imaginación y la memoria. Es toda una realización de las facultades corporales y anímicas del ser humano.


La forma de cuanto se dice o escribe es tan importante como el sentido o el “mensaje”, ayuda a expresar y/o reconocer sentimientos y emociones, al mismo tiempo que fomenta la creatividad, imaginación y la comprensión de la vida, y es una vía para descubrir el pensamiento humano, lo que hay en el interior de las personas y esto hace que las personas se hagan sensibles a todas aquellas cosas que son parte de su vida. A través de la escritura se ejercita la expresión oral, ya que ayuda a adquirir más vocabulario que se puede utilizar para hablar, y con ello profundizar en el significado de las emociones, nos relaja y nos emociona, nos genera introspección, nos hace sentir placer estético y hace que conectemos con nuestro interior y con la subjetividad


Al igual que expresar ideas propias, políticas, culturales u otras de una manera no convencional, creando ideas directamente a través de esta, generando conocimientos y opiniones, que no estaban de antemano, y considerándola como una sustancia misma de nuestra cultura. 

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