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Con el PP y Vox vamos como los cangrejos, hacia atrás en la historia, en la cultura y, seguramente, en la defensa de los derechos humanos

País Valencià, regreso al pasado

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Los resultados electorales del pasado mayo devolvieron las tierras valencianas a unos tiempos que los últimos ocho años de políticas más o menos progresistas habían enviado al cajón del olvido. Pero en las elecciones municipales y autonòmicas del último domingo de mayo el voto de una mayoría de valencianos, olvidando el expolio al que dirigentes como Zaplana, Camps, Cotino o Rita Barberá, por nombrar tan sólo unos cuantos de las decenas de políticos de la derecha valenciana que han sentado sus traseros en el banco de los acusados en diversos juzgados. abrió la caja de los horrores donde estaba hibernando la muchachada de la gaviota carroñera para que volvieran a gobernar a su antojo las instituciones valencianas como hicieron durante dos décadas de robo, escarnio y asalto a la caja pública, todo ello con la aquiescencia de quienes les habían votado, de una parte de la prensa afín y agradecida y de una parte de la judicatura que muchas veces, presumiblemente a propósito, llegó tarde tapando con el paso del tiempo los trapicheos del Partido Popular.


A las pocas horas de cerrarse los colegios electorales ya se habían reunido la plana mayor  del Partido Popular, ganador de las elecciones pero sin los suficientes escaños para gobernar, y los representantes valencianos de Vox para, “todos juntos y en unión” como dice el himno del carlismo, repartirse los trofeos de la victòria. Para ello a la derecha extrema le hacían falta los votos de la extrema derecha, y el PP, cada día más escorado a la derecha, no le hizo ascos a una “liaison dangereuse” con el fascismo de Vox, partido que no cree en la democracia, encallado todavía en aquella “dialéctica de los puños y las pistolas” que predicaba José Antonio Primo de Rivera, creador de Falange Española y líder del fascismo español en los años treinta del pasado siglo. El resultado de aquel cónclave fue un gobierno presidido por el PP con un Vicepresidente y Conseller de Cultura torero. Un matrimonio al que solo unen las ansias de poder y dinero.


No ha hecho falta darles los tradicionales 100 días de cortesía  para ver su funcionamiento. No han guardado ni tan sols las formas, la segunda de Barrera en su toma de posesión ya amenazó, vino a decir que los/nos tiene en una lista de catalanistas, para ella grandes enemigos del País Valencià, bueno, ellos hablan de Comunidad o Región Valenciana. A falta de argumentos sólidos esconden, como ya hicieron antes, su ineptitud en una guerra filológica en la que todo el mundo es su enemigo desde la Real Academia de la Lengua Española a la Academia Valenciana de la Llengua, pasando por centenares de Universidades de todo el mundo que saben que el valenciano es la manera en que los valencianos denominamos el catalán que hablamos en el País Valencià. Las derechas valencianas saben que la denominación de la lengua, aprovechando la ignorancia y el chovinismo de muchos valencianos les ha dado y les da rédito electoral.   A ellos la lengua y su nombre les importa un pimiento, nunca hablan en valenciano, ni siquiera cuando lo defienden. Odian la lengua y lo que ésta representa: la libertad de un pueblo.


Pero mientras con este tema desvían la atención de público y prensa Mazón va haciendo camino en aquello que para el PP es más importante, el dinero, porque como dice el refrán “aunque la mona se vista de seda mona se queda” y en este caso aunque el PP se vista de seda mona se queda y su tendencia es favorecer a los “suyos” favorecer al poderoso engañando con migajas al pueblo. Anulan el impuesto de sucesiones (herencias) cuando este impuesto el 90 % de valencianos no tenían que pagarlo por no llegar a heredar por encima de las cantidades por las que se pagaba el impuesto. Los pudientes,ese escaso tanto por ciento de valencianos con posibles económicos van a dejar de pagar a la Hacienda 400 millones anuales de euros que el Gobierno Mazón tendrá que buscar en algún otro sitio, los 400 millones que los “suyos” no van a pagar lo pagarán con recortes el resto de valencianos, también los que les votaron haciendo caso de sus cantos de sirena envueltos en la defensa de la lengua y la bandera contra el malvado catalanismo que quiere arrebatar a los valencianos desde el “virgo de Visanteta” al Micalet de la Seu y la sacrosanta paella.


Volvemos atrás, a un pasado de gobernantes ignorantes y aprovechados , que tan sólo aspiraban al poder para poder llenar sus bolsillos con las comisiones que cobraban a empresarios tan corruptos como ellos. La temporada la inauguró un Zaplana a finales de los años 80 cuando ansiaba poder para poder comprarse un “coche de 16 válvulas”, aquel coche acabó convertido en millones de euros en su cuenta corriente, no podemos olvidar a Carlos Fabra, Dom Fabricio Corleone de Castelló, y su aeropuerto, el del “abuelito” como decía a su nieto, sin aviones pero sí con muchas comisiones que le llevaron a prisión de la que, seguramente, se libraron Cotino y Rita Barberá al morir antes de la celebración de un juicio con todas las pruebas en su contra. Nunca se recuperaron las cantidades defraudadas al erario público, el Govern del Botànic creó una oficina para hacerlo y alguna pequeña cantidad se consiguió rescatar. Por eso, para que los políticos corruptos del PP y sus familiares queden tranquilos una de las primeras disposiciones de Mazón ha sido anular esta oficina, no vaya a ser que a alguno de sus conmilitones le descubran los dineros ocultos y tenga que devolverlos y ponerse a pedir limosna a la puerta de la iglesia.


Con el PP y Vox vamos como los cangrejos, hacia atrás en la historia, en la cultura y, seguramente, en la defensa de los derechos humanos. Algún amigo me ha dicho que el nuevo lema de la Conselleria de Cultura podría ser “Amb Barrera anem a la Burrera”, y el de la de Economía podría tomar como lema una frase del desaparecido Monleón cuando desde la pantalla de Canal 9 exclamava “A guanyar diners, a guanyar diners” acompañado por sus “monleonetes”. 

País Valencià, regreso al pasado

Con el PP y Vox vamos como los cangrejos, hacia atrás en la historia, en la cultura y, seguramente, en la defensa de los derechos humanos
Rafa Esteve-Casanova
lunes, 21 de agosto de 2023, 11:23 h (CET)

Los resultados electorales del pasado mayo devolvieron las tierras valencianas a unos tiempos que los últimos ocho años de políticas más o menos progresistas habían enviado al cajón del olvido. Pero en las elecciones municipales y autonòmicas del último domingo de mayo el voto de una mayoría de valencianos, olvidando el expolio al que dirigentes como Zaplana, Camps, Cotino o Rita Barberá, por nombrar tan sólo unos cuantos de las decenas de políticos de la derecha valenciana que han sentado sus traseros en el banco de los acusados en diversos juzgados. abrió la caja de los horrores donde estaba hibernando la muchachada de la gaviota carroñera para que volvieran a gobernar a su antojo las instituciones valencianas como hicieron durante dos décadas de robo, escarnio y asalto a la caja pública, todo ello con la aquiescencia de quienes les habían votado, de una parte de la prensa afín y agradecida y de una parte de la judicatura que muchas veces, presumiblemente a propósito, llegó tarde tapando con el paso del tiempo los trapicheos del Partido Popular.


A las pocas horas de cerrarse los colegios electorales ya se habían reunido la plana mayor  del Partido Popular, ganador de las elecciones pero sin los suficientes escaños para gobernar, y los representantes valencianos de Vox para, “todos juntos y en unión” como dice el himno del carlismo, repartirse los trofeos de la victòria. Para ello a la derecha extrema le hacían falta los votos de la extrema derecha, y el PP, cada día más escorado a la derecha, no le hizo ascos a una “liaison dangereuse” con el fascismo de Vox, partido que no cree en la democracia, encallado todavía en aquella “dialéctica de los puños y las pistolas” que predicaba José Antonio Primo de Rivera, creador de Falange Española y líder del fascismo español en los años treinta del pasado siglo. El resultado de aquel cónclave fue un gobierno presidido por el PP con un Vicepresidente y Conseller de Cultura torero. Un matrimonio al que solo unen las ansias de poder y dinero.


No ha hecho falta darles los tradicionales 100 días de cortesía  para ver su funcionamiento. No han guardado ni tan sols las formas, la segunda de Barrera en su toma de posesión ya amenazó, vino a decir que los/nos tiene en una lista de catalanistas, para ella grandes enemigos del País Valencià, bueno, ellos hablan de Comunidad o Región Valenciana. A falta de argumentos sólidos esconden, como ya hicieron antes, su ineptitud en una guerra filológica en la que todo el mundo es su enemigo desde la Real Academia de la Lengua Española a la Academia Valenciana de la Llengua, pasando por centenares de Universidades de todo el mundo que saben que el valenciano es la manera en que los valencianos denominamos el catalán que hablamos en el País Valencià. Las derechas valencianas saben que la denominación de la lengua, aprovechando la ignorancia y el chovinismo de muchos valencianos les ha dado y les da rédito electoral.   A ellos la lengua y su nombre les importa un pimiento, nunca hablan en valenciano, ni siquiera cuando lo defienden. Odian la lengua y lo que ésta representa: la libertad de un pueblo.


Pero mientras con este tema desvían la atención de público y prensa Mazón va haciendo camino en aquello que para el PP es más importante, el dinero, porque como dice el refrán “aunque la mona se vista de seda mona se queda” y en este caso aunque el PP se vista de seda mona se queda y su tendencia es favorecer a los “suyos” favorecer al poderoso engañando con migajas al pueblo. Anulan el impuesto de sucesiones (herencias) cuando este impuesto el 90 % de valencianos no tenían que pagarlo por no llegar a heredar por encima de las cantidades por las que se pagaba el impuesto. Los pudientes,ese escaso tanto por ciento de valencianos con posibles económicos van a dejar de pagar a la Hacienda 400 millones anuales de euros que el Gobierno Mazón tendrá que buscar en algún otro sitio, los 400 millones que los “suyos” no van a pagar lo pagarán con recortes el resto de valencianos, también los que les votaron haciendo caso de sus cantos de sirena envueltos en la defensa de la lengua y la bandera contra el malvado catalanismo que quiere arrebatar a los valencianos desde el “virgo de Visanteta” al Micalet de la Seu y la sacrosanta paella.


Volvemos atrás, a un pasado de gobernantes ignorantes y aprovechados , que tan sólo aspiraban al poder para poder llenar sus bolsillos con las comisiones que cobraban a empresarios tan corruptos como ellos. La temporada la inauguró un Zaplana a finales de los años 80 cuando ansiaba poder para poder comprarse un “coche de 16 válvulas”, aquel coche acabó convertido en millones de euros en su cuenta corriente, no podemos olvidar a Carlos Fabra, Dom Fabricio Corleone de Castelló, y su aeropuerto, el del “abuelito” como decía a su nieto, sin aviones pero sí con muchas comisiones que le llevaron a prisión de la que, seguramente, se libraron Cotino y Rita Barberá al morir antes de la celebración de un juicio con todas las pruebas en su contra. Nunca se recuperaron las cantidades defraudadas al erario público, el Govern del Botànic creó una oficina para hacerlo y alguna pequeña cantidad se consiguió rescatar. Por eso, para que los políticos corruptos del PP y sus familiares queden tranquilos una de las primeras disposiciones de Mazón ha sido anular esta oficina, no vaya a ser que a alguno de sus conmilitones le descubran los dineros ocultos y tenga que devolverlos y ponerse a pedir limosna a la puerta de la iglesia.


Con el PP y Vox vamos como los cangrejos, hacia atrás en la historia, en la cultura y, seguramente, en la defensa de los derechos humanos. Algún amigo me ha dicho que el nuevo lema de la Conselleria de Cultura podría ser “Amb Barrera anem a la Burrera”, y el de la de Economía podría tomar como lema una frase del desaparecido Monleón cuando desde la pantalla de Canal 9 exclamava “A guanyar diners, a guanyar diners” acompañado por sus “monleonetes”. 

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