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Tal vez ha llegado ya el momento de que, tanto los políticos de la oposición como las instituciones ciudadanas, planten cara, judicialmente, al PP y Vox

Cuando los legisladores incumplen la ley

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Después de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M el fascismo entró, como el caballo de Atila, en las instituciones del País Valencià de la mano del Partido Popular que les tomó como socios de gobierno sin hacer ascos a la ideología fascista, porque para las mesnadas de la gaviota carroñera lo importante es acceder al poder sin importar el precio a pagar por ello. La implosión de VOX en tierras valencianas se veía venir, los chicos y chicas del fascio estaban prestos y ojo avizor para recoger los retales populistas y ultraderechistas que quedaron del paso de González Lizondo por la Presidencia de la sede parlamentària valenciana. Desaparecido el GAV (Grup d'Acció Valencianista), brazo armado de Unió Valenciana, VOX necesitaba un apoyo en el que sustentarse para volver a ondear, con el fin de muñir votos, la bandera del anticatalanismo. Y ha encontrado este apoyo en Lo Rat Penat y su actual pensamiento secesionista en materia lingüística. Esta centenaria sociedad de "aimadors de la llengüa valenciana" lleva años escorada a la extrema derecha defendiendo tesis separatistas en materia de la lengua que nos llegó con la parte catalana de los caballeros que acompañaban a Jaume I en la conquista de tierras valencianas. De VOX, en materia de una lengua diferente al castellano, poco podemos esperar, ellos son más de ese grito de rigor de España “una, grande y libre”. De unos y otros no podemos esperar nada bueno. El mal que viene de Almansa lleva años afincado en el País Valencià.


Ante de cerrarse los colegios electorales PP y VOX ya tenían previstas las reuniones para repartirse los puestos de mando y así volver a los viejos tiempos en que el PP, con nombres como Rita Barberá, Zaplana, Cotino y Camps hacían y deshacían a su libre  albedrío. La derecha valenciana, para ganar elecciones, siempre se ha servido de la lengua del País, agitar la bubota del catalanismo "invasor" siempre les ha dado votos y poder. Envueltos en la franja azul de la senyera y con la excusa de defender lo valenciano se han dedicado, casi siempre usando el castellano, a esparcir las tesis secesionistas, por lo que ahora han aprovechado la posible utilización del catalán en el Congreso para acusar al Gobierno central de haber olvidado el valenciano. Una muestra más de la ignorancia de quienes hoy aquí ostentan el poder. Una parte de lo que ahora ocurre hay que anotarlo en la cuenta del PSPV, cada día más PSOE, con una E de España ganando terreno a la P de País y la V de Valencià. Durante la transición los socialdemócratas fueron cediendo terreno por miedo a perder pistonada electoral, a las exigencias de una derecha cerril y montaraz se cedió con el himno, con la bandera y con el nombre científico de la lengua. Y de aquellos barros vienen los lodos actuales.


A los nombres de los secesionistas Vicente Ramos, que desde Alicante quería separar las tierras alicantinas del País Valenciano, Giner Boira, fundador de Alianza Popular en València y González Lizondo y su “populismo” con un cierto perfume de fascismo, hemos de añadir ahora los de José Antonio Rovira, Conseller de Educación, que hace unos días afirmó que la AVL “no tiene la verdad absoluta sobre el valenciano” considerando lícito que “cada uno use el valenciano que crea conveniente”, y también el de la Presidenta de Les Corts, María de los LLanos Massó, una señora de Toledo que no habla el valenciano, más bién lo odia y que se ha mostrado partidaria de las secesionistas “Normes del Puig”.


La Presidenta de las Corts, el Parlament valenciano, segunda autoridad del País, el de Educación, invitando al anafalbetismo en la lengua del País, y otros dos Consellers de VOX emitiendo los comunicados de sus Consellerias escritos solamente en castellano están negándose a cumplir con la ley, prevaricando claramente, sólo por odio a una lengua que tiene el carácter de oficial en el País Valenciano, el valenciano, que es la forma en que desde hace muchos años los valencianos denominamos el catalán que aquí se habla. Los peligrosos coqueteos que el PP mantiene con el fascismo, todo les vale para continuar en el poder, han sentado en el trono más alto de las Corts valencianas a una nueva “rebentaplenaris”, aquella Paquita de la transición era de Toledo, esta Llanos es de Albacete, una iba de la mano de los mamporreros del GAV y Unió Valenciana y la actual es una ultra católica españolista que ni siquiera habla, aunque fuera mal, la lengua que dice defender.


Tal vez ha llegado ya el momento de que, tanto los políticos de la oposición como las instituciones ciudadanas, planten cara, judicialmente, al PP y VOX denunciando ante las instancias jurídicas los incumplimientos del Estatut, parte del “corpus” jurídico de la legislación española Tenemos un Presidente de la Generalitat que siempre se expresa en castellano, un Vicepresidente y Consejero de Cultura torero y franquista, una Presidenta de Les Corts seguramente partidaria de la Santa Inquisición y un Consejero de Educación que, al no saber escribir una de las lenguas oficiales del País anima al personal a escribir el valenciano como le pase por la entrepierna. Però atentos, que la lucha por los signos de identidad no nos distraiga porque tanto para el PP como para VOX los signos de identidad son tan sólo un capote para distraernos mientras por otro lado van llenándose los bolsillos privatizando la sanidad y la enseñanza pública. Ese es el fin que persiguen las dos derechas porque al fin y al cabo son sólo una y quieren lo mismo, favorecer a los suyos y ver si cae alguna comisión en sus bolsillos. Ya lo hicieron durante veinte años. 

Cuando los legisladores incumplen la ley

Tal vez ha llegado ya el momento de que, tanto los políticos de la oposición como las instituciones ciudadanas, planten cara, judicialmente, al PP y Vox
Rafa Esteve-Casanova
viernes, 1 de septiembre de 2023, 09:52 h (CET)

Después de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M el fascismo entró, como el caballo de Atila, en las instituciones del País Valencià de la mano del Partido Popular que les tomó como socios de gobierno sin hacer ascos a la ideología fascista, porque para las mesnadas de la gaviota carroñera lo importante es acceder al poder sin importar el precio a pagar por ello. La implosión de VOX en tierras valencianas se veía venir, los chicos y chicas del fascio estaban prestos y ojo avizor para recoger los retales populistas y ultraderechistas que quedaron del paso de González Lizondo por la Presidencia de la sede parlamentària valenciana. Desaparecido el GAV (Grup d'Acció Valencianista), brazo armado de Unió Valenciana, VOX necesitaba un apoyo en el que sustentarse para volver a ondear, con el fin de muñir votos, la bandera del anticatalanismo. Y ha encontrado este apoyo en Lo Rat Penat y su actual pensamiento secesionista en materia lingüística. Esta centenaria sociedad de "aimadors de la llengüa valenciana" lleva años escorada a la extrema derecha defendiendo tesis separatistas en materia de la lengua que nos llegó con la parte catalana de los caballeros que acompañaban a Jaume I en la conquista de tierras valencianas. De VOX, en materia de una lengua diferente al castellano, poco podemos esperar, ellos son más de ese grito de rigor de España “una, grande y libre”. De unos y otros no podemos esperar nada bueno. El mal que viene de Almansa lleva años afincado en el País Valencià.


Ante de cerrarse los colegios electorales PP y VOX ya tenían previstas las reuniones para repartirse los puestos de mando y así volver a los viejos tiempos en que el PP, con nombres como Rita Barberá, Zaplana, Cotino y Camps hacían y deshacían a su libre  albedrío. La derecha valenciana, para ganar elecciones, siempre se ha servido de la lengua del País, agitar la bubota del catalanismo "invasor" siempre les ha dado votos y poder. Envueltos en la franja azul de la senyera y con la excusa de defender lo valenciano se han dedicado, casi siempre usando el castellano, a esparcir las tesis secesionistas, por lo que ahora han aprovechado la posible utilización del catalán en el Congreso para acusar al Gobierno central de haber olvidado el valenciano. Una muestra más de la ignorancia de quienes hoy aquí ostentan el poder. Una parte de lo que ahora ocurre hay que anotarlo en la cuenta del PSPV, cada día más PSOE, con una E de España ganando terreno a la P de País y la V de Valencià. Durante la transición los socialdemócratas fueron cediendo terreno por miedo a perder pistonada electoral, a las exigencias de una derecha cerril y montaraz se cedió con el himno, con la bandera y con el nombre científico de la lengua. Y de aquellos barros vienen los lodos actuales.


A los nombres de los secesionistas Vicente Ramos, que desde Alicante quería separar las tierras alicantinas del País Valenciano, Giner Boira, fundador de Alianza Popular en València y González Lizondo y su “populismo” con un cierto perfume de fascismo, hemos de añadir ahora los de José Antonio Rovira, Conseller de Educación, que hace unos días afirmó que la AVL “no tiene la verdad absoluta sobre el valenciano” considerando lícito que “cada uno use el valenciano que crea conveniente”, y también el de la Presidenta de Les Corts, María de los LLanos Massó, una señora de Toledo que no habla el valenciano, más bién lo odia y que se ha mostrado partidaria de las secesionistas “Normes del Puig”.


La Presidenta de las Corts, el Parlament valenciano, segunda autoridad del País, el de Educación, invitando al anafalbetismo en la lengua del País, y otros dos Consellers de VOX emitiendo los comunicados de sus Consellerias escritos solamente en castellano están negándose a cumplir con la ley, prevaricando claramente, sólo por odio a una lengua que tiene el carácter de oficial en el País Valenciano, el valenciano, que es la forma en que desde hace muchos años los valencianos denominamos el catalán que aquí se habla. Los peligrosos coqueteos que el PP mantiene con el fascismo, todo les vale para continuar en el poder, han sentado en el trono más alto de las Corts valencianas a una nueva “rebentaplenaris”, aquella Paquita de la transición era de Toledo, esta Llanos es de Albacete, una iba de la mano de los mamporreros del GAV y Unió Valenciana y la actual es una ultra católica españolista que ni siquiera habla, aunque fuera mal, la lengua que dice defender.


Tal vez ha llegado ya el momento de que, tanto los políticos de la oposición como las instituciones ciudadanas, planten cara, judicialmente, al PP y VOX denunciando ante las instancias jurídicas los incumplimientos del Estatut, parte del “corpus” jurídico de la legislación española Tenemos un Presidente de la Generalitat que siempre se expresa en castellano, un Vicepresidente y Consejero de Cultura torero y franquista, una Presidenta de Les Corts seguramente partidaria de la Santa Inquisición y un Consejero de Educación que, al no saber escribir una de las lenguas oficiales del País anima al personal a escribir el valenciano como le pase por la entrepierna. Però atentos, que la lucha por los signos de identidad no nos distraiga porque tanto para el PP como para VOX los signos de identidad son tan sólo un capote para distraernos mientras por otro lado van llenándose los bolsillos privatizando la sanidad y la enseñanza pública. Ese es el fin que persiguen las dos derechas porque al fin y al cabo son sólo una y quieren lo mismo, favorecer a los suyos y ver si cae alguna comisión en sus bolsillos. Ya lo hicieron durante veinte años. 

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Esta frase la encontramos en el “De Amicitia” (Sobre la Amistad), escrito por Marco Tulio Cicerón, y con ella quiere decir que “los iguales con mucha facilidad de unen a sus iguales”. En Español tenemos un refrán casi idéntico que es “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

Escribió Walter Benjamín que lo hecho nunca está definitivamente hecho y que, por tanto, lo peor puede volver. Desde hace tiempo, comprobamos que es así: los partidos de una extrema derecha que creíamos desparecida, o al menos reducida a la mínima expresión desde hace décadas, vuelven a tener influencia política decisiva, e incluso gobiernan en algunos países de gran relevancia.

Bastaría observar, de entrada, que se ha puesto fin al recorrido político de algunos países que dicen ser la vanguardia política, ya que el gobierno de partido parece estar agotado, y su lugar político lo ocupa la autocracia. La política ha vuelto a caer en las redes del personalismo radical, con lo que la trayectoria avanzada ha concluido.

 
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